UNIÓN EUROPEA

Bruselas propone endurecer el control sobre las inversiones extranjeras en sectores clave

La Comisión Europea ha adoptado una batería de cinco iniciativas destinadas a ello

Margrethe Vestager.

Margrethe Vestager.

Silvia Martínez

Silvia Martínez

La pandemia de covid-19 o la guerra de Rusia en Ucrania han convertido a la “seguridad económica” en una prioridad para la Unión Europea. La Comisión Europea avanzó en junio pasado su primera gran estrategia para blindar la economía frente a actores como Rusia o China y este miércoles ha dado un paso más con la adopción de una batería de cinco iniciativas destinadas a reforzar el control sobre las inversiones extranjeras de países que puedan suponer un riesgo para la seguridad de la UE y evitar que las inversiones europeas en el exterior puedan mejorar la capacidad militar o la inteligencia de actores que socaven la seguridad internacional.

“La UE es el actor más importante del comercio mundial. Exporta más de 3,1 billones de euros en bienes y servicios e importa 2,8 billones” pero “en un momento de tensiones políticas tan profundas y de cambios tecnológicos tan rápidos hay que ser realistas sobre los riesgos a los que nos enfrentamos”, ha justificado el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovkis, durante una comparecencia conjunta junto a la vicepresidenta ejecutiva, Margrethe Vestager.

Al igual que en junio pasado, plan no menciona a países concretos, pero el foco del trabajo es el mismo: remediar los riesgos y vulnerabilidades a los que se enfrenta la UE mejorando el control sobre las inversiones extranjeras; redoblando los controles a la exportación; identificando riesgos potenciales en determinadas inversiones salientes; promoviendo una mayor investigación en tecnologías de doble uso militar y civil; y reforzando la seguridad de la investigación a nivel nacional y sectorial.

Es decir, cerrar brechas en el sistema y “eliminar deficiencias” a partir de la experiencia de los últimos años, basada en el análisis de más 1.200 operaciones de inversión extranjeras directas notificadas por los Veintisiete en los últimos tres años. Por ejemplo, Bruselas considera que el mecanismo de control funciona bien, pero plantea la revisión del reglamento de control para hilar todavía más fino --no todos los países lo han puesto en marcha-- centrarse en las transacciones de mayor riesgo como la inteligencia artificial, los semiconductores, la biotecnología o la cuántica y extender la vigilancia a las inversiones de inversores de la UE controlados por individuos o empresas de países terceros.

Tecnologías de doble uso

Bruselas también considera crucial reforzar el control de las exportaciones de bienes de doble uso, civil y militar, como puede ser la electrónica avanzada, la tecnología nuclear o de misiles o las toxinas. “No queremos que caigan en manos equivocadas y que en última instancia socaven la seguridad mundial o de la UE”, ha explicado Domvrovskis. Aunque el plan no plantea propuestas legislativas sí propone en un libro blanco medidas a corto y medio plazo para garantizar que los controles sean uniformes en la UE, particularmente ante el bloqueo por parte de ciertos países, particularmente Rusia, a controlar determinados productos.

“Esto evitará una mezcla de enfoques nacionales” y que se produzca “un mosaico de medidas de control”, alega la Comisión que ha anunciado la presentación de una recomendación este próximo verano sobre coordinación de las listas de control nacionales antes de la adopción de controles a nivel nacional. La evaluación del reglamento de doble uso de la UE no llegará, sin embargo, hasta 2025.

Inversiones salientes

Bruselas también pone el foco en el refuerzo de la vigilancia sobre las inversiones salientes, particularmente en tecnologías avanzadas que puedan servir para mejorar las capacidades militares y de inteligencia de actores que podrían revolverse contra la UE y socavar la paz y la seguridad mundial. Actualmente, todo esto no está supervisado ni controlado a nivel de la UE o de los Estados miembros.

La idea es desarrollar este ámbito construyendo en primer lugar una base de datos con información centrada en un primer momento en un reducido número de tecnologías sensibles para determinar dónde están los riesgos. El análisis incluirá una consulta de tres meses y un seguimiento y evaluación de 12 meses de las inversiones salientes a nivel nacional. Sobre la base del resultado de la evaluación de riesgos, la Comisión determinará si son necesarias medidas y un nuevo instrumento de vigilancia.