Alimentación

Los restaurantes franceses tendrán que decir en sus cartas qué platos no son caseros

La medida aspira a proteger mejor a los consumidores, buscar realzar el trabajo de los restaurantes que realmente cocinan sus propios platos y pretende contribuir a la defensa de la gastronomía francesa

La cocina del restaurante Enigma.

La cocina del restaurante Enigma. / Elisenda Pons

María Jesús Ibáñez

Los restaurantes franceses tendrán que detallar en sus cartas los platos que no elaboran en sus cocinas. La medida, que hasta ahora era opcional en los establecimientos del país vecino, pasará ahora a ser obligatoria, según ha anunciado la ministra de Pequeñas y Medianas Empresas, Comercio, Artesanía y Turismo, Olivia Grégoire.

Entre otros objetivos, la medida aspira a proteger mejor a los consumidores, buscar asimismo realzar el trabajo de los restaurantes que realmente cocinan sus propios platos y, en tercer lugar, pretende contribuir a la defensa de la gastronomía francesa, declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010.

"Hay que valorar a los restauradores que proponen buenos platos caseros", afirmó Grégoire el pasado domingo en un mensaje en la red X. El propósito de la iniciativa planteada por la ministra del gobierno Macron es que a finales de este año las cartas de los 175.000 restaurantes que hay en Francia detallen los platos que no se elaboran en las cocinas de cada uno, detalló el rotativo 'La Tribune du Dimanche'.

'Fait maison', hecho en casa

Desde 2014, los establecimientos de restauración franceses pueden marcar como 'fait maison' (hecho en casa, o casero) a los platos que elaboran en sus cocinas a partir de productos brutos. Pero esta medida, que es opcional, se considera muy vaga, ya que este mecanismo no informa de los platos que son cocinados fuera del restaurante, a menudo de forma industrial y que se recalientan luego en microondas antes de servirse a los clientes. 

No es la primera vez que la ministra Grégoire se distingue por su defensa de la cocina tradicional francesa, una práctica que, a su entender, serviría también para abaratar los precios de los alimentos en Francia, muy castigada por la inflación.

Este verano, la titular de Pequeñas y Medianas Empresas defendió, por ejemplo, "enseñar a cocinar productos en bruto de nuevo para evitar comprar preparados, más caros", dijo al periódico 'Sud-Ouest', respondiendo a una pregunta sobre la inflación y sus consecuencias en las familias.

"Es necesario que las clases de cocina vuelvan a la escuela", agregó también en esa misma entrevista, en la que reivindicó con insistencia "la pequeña cocina de la vida cotidiana".