Cautela en la región

Inquietud en Oriente Próximo por la presencia de la ultraderecha en el Gobierno de Israel

La rebeldía de los ministros radicales de Netanyahu ya ha obligado al primer ministro a cancelar su viaje a Emiratos Árabes Unidos

Una protesta contra el Gobierno de Israel.

Una protesta contra el Gobierno de Israel. / EP

Andrea López-Tomàs

Los primeros días del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu

 ya han hecho saltar las alarmas a nivel regional. Después de las felicitaciones iniciales de los líderes árabes tras la formación de gobierno, han salido a relucir las verdaderas impresiones ante los nuevos aliados del primer ministro de 

Israel

Egipto

 ha pedido precaución, los socios emiratís se han escandalizado por la visita de un ministro ultraderechista a un lugar sagrado musulmán, y los vecinos jordanos condenaron este acto de provocación. Aunque todos celebran el fin del bloqueo político, también se mantienen cautos ante una legislatura que se prevé polémica y que ya ha provocado algunas protestas.

Primero, llegaron las enhorabuenas. El presidente de Estados Unidos, 

Joe Biden

, recordó que Netanyahu ha sido su "amigo durante décadas", ignorando las nuevas alianzas del mandatario israelí con la ultraderecha racista con la que gobierna. "Desde el comienzo de mi administración, hemos trabajado con socios para promover esta visión más esperanzadora de una región en paz, incluso entre israelíes y palestinos", afirmó el líder estadounidense. Por su parte, el presidente ruso, 

Vladímir Putin

, dio la bienvenida al nuevo Ejecutivo de Netanyahu. También sus socios del Golfo celebraron la "victoria" del primer ministro más longevo de la historia de Israel.

En cambio, sus vecinos más inmediatos como Egipto o Jordania se mantienen en alerta. El presidente egipcio, Abdelfatá el Sisi, ha recordado al nuevo Gobierno de línea dura de Israel la "necesidad de evitar cualquier medida que pueda conducir a una situación tensa en la región". A su vez, el rey Abdalá de Jordania le pidió al Ejecutivo entrante que no cruce las "líneas rojas" de Jordania con respecto a los lugares sagrados de Jerusalén. Los ministros de Netanyahu desoyeron esta advertencia durante su primera semana en el cargo. 

Opresión de los palestinos

Itamar Ben Gvir, el polémico ministro ultraderechista, homófobo y racista de Seguridad Pública, visitó la Explanada de las Mezquitas el pasado 3 de enero, provocando ansiedad en todo el mundo. Y Netanyahu ya está pagando las consecuencias de su rebeldía. El primer ministro expresó desde un primer momento su intención de poner la política exterior y la expansión de sus alianzas en la región como sus mayores prioridades. Estaba tan convencido de ello que empezó a planear su primera visita a los Emiratos Árabes Unidos

 para esta semana. Pero la provocación de Ben Gvir le obligó a cancelar todos sus planes.

Sus socios emiratís denunciaron el "asalto al patio de la mezquita de Al Aqsa" a la vez que pedían el fin de las "violaciones graves y provocativas". Incluso pidieron una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dos días después en nombre de los palestinos. A continuación, el viaje de Netanyahu se pospuso al menos hasta febrero, tal vez indefinidamente, por "consideraciones logísticas", afirman en medios israelís. "Es imposible ignorar el hecho de que Emiratos ha logrado negarle a Netanyahu una sesión de fotos con el presidente Mohamed Bin Zayed durante dos años", recuerda Lazar Berman en 'The Times of Israel'.

Así, Netanyahu va aprendiendo por la fuerza que debe controlar a sus ministros más radicales. Aunque la causa palestina se mantiene al final de la lista de prioridades de la comunidad internacional, hay ciertas líneas rojas que una vez cruzadas, concentran toda la atención negativa sobre Israel. Eso es lo último que quiere el experimentado líder del Likud. Sus socios de Gobierno han expresado su deseo de hacer de la anexión de Cisjordania y la expansión de los asentamientos ilegales su principal tarea. Por eso, los aliados israelís en Occidente y el mundo árabe mantienen sus ojos bien abiertos para evitar un mayor empeoramiento de las condiciones de los palestinos.