PALESTINA 2022 (II)

En el despacho de Shireen: la estrella de Al Jazeera asesinada se convierte en icono del periodismo palestino

Hay calles con su nombre y su retrato se ve por toda Palestina

La Unión Europea acaba de exigir a Israel que los responsables de su asesinato sean “llevados ante la justicia". Familiares y sindicatos de periodistas han denunciado los hechos ante el Tribunal Penal Internacional

Periodistas palestinos relatan a este diario cómo es el ejercicio de la profesión bajo la ocupación

Esta es la segunda entrega de una serie de reportajes sobre la situación de la ocupación de Palestina antes de las elecciones israelíes del 1 de noviembre. Ha sido elaborada con más de una veintena de entrevistas a funcionarios y activistas palestinos, gente de a pie, diplomáticos y miembros de ONG europeas e internacionales. Han sido realizadas entre el 18 y el 24 de septiembre en distintas ciudades de Cisjordania (Palestina), territorio ocupado por Israel desde 1967.

Un miembros de las fuerzas de seguridad palestinas cuelga una foto de la periodista Shireen Abu Akleh

Un miembros de las fuerzas de seguridad palestinas cuelga una foto de la periodista Shireen Abu Akleh / SAID KHATIB / AFP

Mario Saavedra

Mario Saavedra

El que fue, hasta que la mataron, el despacho de la periodista Shireen Abu Akleh es ahora una especie de altar. Sobre su mesa, en lugar de un ordenador o teletipos de agencias impresos, hay flores secas, crespones negros, velas y retratos suyos enmarcados. Abu Akleh aparece con su atuendo de periodista, casco y chaleco antibalas con la palabra “press” (prensa) escrita en letras bien grandes. El memorial se ha ido formando con el material que han ido colocando sus compañeros de trabajo y el que han enviado sus seguidores. Ella, estadounidense de origen palestino, era “una estrella”, una periodista muy conocida en Palestina y en parte del mundo árabe, donde emite Al Jazeera, la cadena catarí de noticias globales en la que trabajaba. 

“Shireen era muy influyente, pero también muy humilde; un símbolo del periodismo objetivo”, dice a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Wessam Hammad, responsable de producción de Al Jazeera en su sede de Ramala, donde trabajan dos docenas de personas. “Yo cuidaba de ella como si fuera mi hermana pequeña, pero ella era a la vez una hermana mayor, y un escudo para todos nosotros”.

Ramala (Cisjordania, Palestina), 19 de septiembre de 2022.- Foto del interior del despacho de la periodista Shireen Abu Akleh

Ramala (Cisjordania, Palestina), 19 de septiembre de 2022.- Foto del interior del despacho de la periodista Shireen Abu Akleh / M.S.

Murió de un tiro en la cabeza, a los 51 años de edad, el pasado 11 de mayo. Estaba cubriendo una incursión del Ejército para detener a milicianos palestinos en la ciudad palestina de Yenín, en la Cisjordania ocupada. Según periodistas presentes en el lugar, Naciones Unidas y las investigaciones de medios independientes, los disparos provenían del Ejército israelí.

La calle en la que está la sede de Al Jazeera en Ramala se llama ahora Calle de Shireen Abu Akleh. Está en el número cuatro, frente a la plaza de Al Manara, famosa por tener una fuente central rodeada de esculturas de leones. Es un edificio moderno de oficinas, acristalado, donde trabajan dos docenas de periodistas: estudios, sala de edición de vídeo, redacción… Y el despacho de Walid Omary, el jefe de todo; el jefe de Abu Akleh. 

“A las 6:13 de la mañana nos mandó su último mensaje para decirnos que estaba ya en el campo de refugiados de Yenín. A las 6.38 me informaron de que había muerto”, nos explica Omary poco antes de hacer una larga pausa. Prosigue. Él se dirigió hacia el campo de refugiados, pero decidió no dar la noticia hasta avisar a la familia. Vió el cuerpo de Abu Akleh sin vida. En las fotos de las agencias internacionales se le ve cogiendo su chaleco antibalas, enarbolándolo ante los fotógrafos. El chaleco en el que ponía en letras grandes “press”, prensa. “Creemos que iban a por ella”, dice. 

Durante su entierro, la policía israelí atacó sin motivo aparente a los centenares de palestinos que se congregaron para portar su féretro, que cayó tras los golpes de porra contra las piernas de los que lo llevaban. 

El pasado 20 de septiembre, cuatro meses después de su muerte y sin respuestas del Gobierno israelí, familiares y el sindicato de periodistas palestinos presentaron una denuncia ante la Corte Criminal Internacional (ICC ) para pedir justicia por su asesinato. Se trata de conseguir un precedente que proteja la vida de otros periodistas, dice Omary. Él, que tiene contacto con las fuerzas israelíes (IDF) y con periodistas de esa nacionalidad, dice que nadie le ha llamado para pedir perdón por la muerte de su empleada y amiga. “El problema no es el soldado que disparó, sino la política de matar a periodistas, afirma.

El Comité de Protección de Periodistas (CPJ en sus siglas en inglés) ha documentado al menos 25 muertes violentas de periodistas palestinos mientras ejercían su profesión desde 1992. Sindicatos de periodistas palestinos elevan la cifra a más de 100 desde el inicio de la ocupación en 1967. Solo en 2018, el Ejército israelí mató de sendos disparos en el abdomen a dos profesionales de la información, Ahmad Abu Hussein y Yaser Murtaja.

Sin investigación penal


Israel al principio dijo que la muerte había sido “probablemente” causada por disparos de militantes palestinos. Pero en aquella zona no hubo disparo alguno, según todos los testigos. A principios de septiembre, Tel Aviv admitió que un soldado de su Ejército podría haber sido el causante de la muerte de la periodista “por error”. Pero se niega a abrir una investigación criminal sobre los hechos. Sostiene que sus tropas actuaron correctamente y que estaban recibiendo disparos de milicianos palestinos. 

Los expertos de Naciones Unidas o investigaciones periodísticas del The New York Times o el Washington Post, entre otros, concluyeron que en las inmediaciones del lugar donde se hallaba la periodista no había presencia de miembros de los grupos armados palestinos. 

Fotograma de un vídeo en el que se ve a la periodista Shireen Abu Akleh yacer en el suelo tras recibir un disparo en la cabeza, el pasado 11 de mayo en Yenin (Cisjordania, Palestina)

Fotograma de un vídeo en el que se ve a la periodista Shireen Abu Akleh yacer en el suelo tras recibir un disparo en la cabeza, el pasado 11 de mayo en Yenin (Cisjordania, Palestina) / AL JAZEERA / AFP

Desde entonces, la muerte de Abu Akleh se ha convertido en una pesadilla diplomática para Israel. El Consejo de Asociación UE-Israel acaba de exigir al Gobierno israelí, tras su reunión este 3 de octubre, una investigación "exhaustiva" que "aclare todas las circunstancias que llevaron a la muerte de Shireen Abu Akleh, y que los responsables sean llevados ante la justicia". En la misma línea se ha expresado el Gobierno de Joe Biden, que pide que su aliado en la zona haga que los responsables "rindan cuentas". Ha calificado, eso sí, el asesinato como un “accidente”. Naciones Unidas ha descrito como “alarmante” que Israel no inicie una investigación penal y ha concluido que fueron disparos israelíes los que acabaron con la vida de la periodista. 

En España, Unidas Podemos reprochó a José Manuel Albares que el Ministerio de Exteriores hablar de “muerte” de la periodista en lugar de “asesinato”. El jefe de la diplomacia española declinó calificarlo como tal ante las preguntas de un periodista de Al Jazeera en España.

Ser periodista en Palestina


“Como periodista en palestina siempre estás en el ojo del huracán, y te sientes objetivo de las balas o de un arresto por parte del Ejército israelí”, opina para este diario la reportera palestina Rafa Musmar. “La muerte de Shireen es para nosotros un doloroso recordatorio de la urgencia de terminar con la violencia y la ocupación”

Más allá de los riesgos para la integridad física, el sistema de ocupación israelí provoca que la producción y cobertura de noticias sea  una carrera de obstáculos. Al Jazeera en Palestina tiene 55 empleados, pero están distribuidos en tres delegaciones totalmente aisladas entre sí, explica Wessam Hammad. 

Ciudad de Gaza, 11 de mayo de 2022.- Escultura de arena en honor a la periodista Shireen Abu Akleh.

Ciudad de Gaza, 11 de mayo de 2022.- Escultura de arena en honor a la periodista Shireen Abu Akleh. / REUTERS/Mohammed Salem

La oficina central está en Ramala, una ciudad bajo control y reglas de la Autoridad Palestina; la de Jerusalén, bajo control y reglas israelíes; la de Gaza, en una zona controlada de facto por el grupo islamista Hamás. “¡Es imposible para nuestros compañeros de Gaza venir a Jerusalén o Ramala, y los de Ramala necesitan permisos especiales para ir a Jerusalén”, se queja. A eso hay que añadirle las restricciones al movimiento dentro de Cisjordania, trufada de controles militares israelíes. 

Pero todos coinciden en que lo más invalidante es el riesgo de muerte. Tan solo un mes después del asesinato de Shireen Abu Akleh, la periodista Ghufran Harun, de 31 años, murió de un tiro en el pecho cuando viajaba a la redacción de su medio online en Hebrón. Era su primer día de trabajo.