Crisis Ucrania

Alakran, la última arma de guerra vendida desde España a Ucrania

El ejército ucraniano la desplegó a solo unos meses de que se prohibiera venderle material militar

Alakran, la última arma de guerra vendida desde España a Ucrania.

/ Consejo Nacional de Defensa de Ucrania

En unos segundos se despliega sobre el terreno, y un ordenador orienta su boca en altura e inclinación. En los primeros cinco minutos, puede haber disparado 16 granadas de 120 milímetros, y esas balas alcanzarán su objetivo con milésimas de error. Se llama Alakran, es un mortero transportable de enorme precisión, la última arma de guerra que la industria de defensa española exportó a Ucrania, antes de que entrara en vigor una severa limitación de venta de tecnología militar a aquel país.

En 2017, el ejército ucraniano adquirió a la firma española NTGS (New Technologies Global Systems) seis unidades de esta pieza artillera. Aquel mismo año, otra firma española vendió al ministerio de defensa de Ucrania un sistema antidrones. A lo largo de 2018, Kev probó las capacidades del Alakran adaptándolo a distintos tipos de vehículos blindados y semiblindados, e incluso a algunos, y más viejos, 4x4 militares heredados de Rusia. Fue entonces cuando pudieron comprobar que pueden desplegar camiones o furgones en una línea de ataque y bombardear objetivos a nueve kilómetros de distancia.

El contrato se consolidó en 2018 por un montante del que solo ha trascendido el pago inicial, en 2017, de 216.000 euros. La empresa pública ucraniana de defensa Ukroboron Service desarrolló el sistema a partir de esta compra sobre vehículos Bars-8, fabricados por la firma Bogdan Motors, resultante de la fusión de antiguas plantas soviéticas de automoción radicadas en Ucrania. Ahora la versión ucraniana del arma española recibe el nombre técnico UKR-MMS.

Arsenal secreto

En septiembre de 2019, a un año de la entrada en vigor de severas prohibiciones por parte del Gobierno de España sobre la exportación de material militar y de doble uso a Ucrania -y mediando publicaciones en prensa especializada no confirmadas sobre apropiaciones del diseño español por parte de los militares ucranianos-, la I Brigada Blindada de la Fuerza Terrestre del ejército de Ucrania adoptó finalmente el mortero español en su arsenal.

En las circunstancias de tensión y escalada bélica que vive el país es secreto el número y la localización de unidades de esta arma de guerra de las que disponen sus fuerzas armadas.

El ejército ucraniano monta el Alakran en un 4x4 de gran tamaño, con 42 balas de mortero. El arma puede ser dirigida telemáticamente desde un cuartel, o adaptarse al barrido de objetivos que realice el software de un ordenador instalado en el mismo vehículo, o (y esta es su mayor potencialidad) dejarse guiar por la mira de un dron que le señale los objetivos.

El Alakran atrajo el interés de diversos ejércitos en ferias de armamento por dos de las ventajas que presenta, además de su alcance, velocidad de disparo y precisión: puede montarse sobre el suelo, con lo que el retroceso de los disparos de un calibre artillero tan grande no acaba desmantelando el vehículo, y puede ser transportado camuflado bajo carga o lonas en una gran variedad de vehículos.

Ingenieros españoles

A partir de la venta de Alakran, la industria española de defensa no ha vuelto a vender legalmente a Ucrania más que munición para escopetas de caza. En 2020, de hecho, el Gobierno denegó dos licencias para la venta del software de un centro de organización industrial y de la fórmula de una aleación de níquel por el riesgo de doble uso (civil y militar), que comportaba.

El mortero que salió de España hacia el frente ucraniano ha sido actualizado con una capacidad adicional: es capaz de saber cuántos hermanos tiene desplegados en el terreno y dónde están, para coordinarse con ellos. Sus inventores lo llaman "conciencia situacional".

En la presentación de su página web, dice NTGS que su principal activo es su equipo humano. La firma, con instalaciones en la Sierra de Madrid y en Segovia, reúne a ingenieros especializados en sistemas de armamento, radar y plataformas no tripuladas.

Los empresa creadora del Alakran que ahora apunta hacia la región rusófila del Donbass también se dedica a la investigación genética, y está participada y presidida por la rama de industria militar y espacial de Everis, firma que también es de capital español.