CONFLICTO INTERNACIONAL

Biden exige a Putin que rebaje la tensión con Ucrania e inicie la desescalada

Washington da a entender que aplicará sanciones severas contra Moscú si invade Ucrania

El portavoz presidencial ruso rebaja las expectativas del encuentro, dada la "tensión extraordinaria" que se vive en Europa del este

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla mediante videoconferencia con el presidente estadounidense, Joe Biden

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla mediante videoconferencia con el presidente estadounidense, Joe Biden / EFE/EPA/MIKHAEL METZEL/SPUTNIK/KREMLIN POOL

Marc Marginedas

Con sonrisas y hasta saludos afectuosos. Así han iniciado este martes los presidentes de EEUU y Rusia, Joe Biden y Vladímir Putin, la cumbre virtual por videoconferencia en la que la escalada de tensiones en Ucrania ocupará el grueso de las discusiones. El líder norteamericano ha amenazado con aplicar severas sanciones contra Rusia, que podrían incluso afectar a la convertibilidad del rublo o a la conexión financiera del país con el resto del mundo, en el caso de que su Ejército ataque al país vecino. Por su parte, el mandatario ruso ha dado a entender que su país exigía "garantías de seguridad" de que la Alianza Atlántica no se expandiría junto a sus fronteras, en una nada velada alusión al país eslavo vecino.

"Es una lástima que no nos hayamos visto durante la cumbre del G-20", ha espetado Biden en tono distendido a su interlocutor nada más arrancar la reunión. Al otro lado de la pantalla, Putin se ha limitado a sonreír. Eran los primeros segundos de una conexión intercontinental por videoconferencia, que arrancó poco después de las 18.00 horas (dos horas menos en España) y cuyas imágenes el Kremlin ha difundido a través de sus medios de comunicación. Se sabe ya que al término de la reunión no habrá comunicado conjunto y una vez haya concluido, ambas partes informarán por su cuenta de su transcurso y los resultados, si es que los hay.

Horas antes del inicio de la conversación, el propio portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se ha encargado de rebajar las expectativas de un posible deshielo. "No hay que esperar avances, es una conversación de trabajo en un período complicado", ha subrayado el portavoz, quien no obstante no obstante, que el hecho de que ambos presidentes se sienten a hablar en las condiciones actuales ya es una buena señal.

"Costes reales" de una invasión

Biden ya ha declarado que durante las conversaciones, piensa exponer a su homólogo "los costes reales" de una ofensiva militar contra Ucrania, en cuyas fronteras Rusia concentra en estos momentos entre 70.000 y 94.000 soldados. Los medios de comunicación han venido filtrando en los últimos días posibles sanciones si Rusia agrede a Ucrania y que podrían llegar a impedir la convertibilidad del rublo, a desconectar al gigante euroasiático del sistema financiero mundial de transferencias, y que incluso podrían afectar al círculo más íntimo del presidente ruso o al mismo gasoducto Nord Stream 2, cuya construcción ha sido completada pero que aún espera las bendiciones del ente regulador alemán.

EEUU estima que Rusia podría atacar o invadir Ucrania con unos 175.000 soldados y Ucrania calcula el momento más probable de una nueva agresión rusa sería a finales de enero de 2022.

El mandatario ruso, por su parte, exigirá a Biden garantías legalmente vinculantes de que la OTAN no se expanda más hacia Rusia, es decir a Ucrania, Georgia o incluso a Finlandia, y de que no desplegará armamento en territorio ucraniano. Los expertos creen que Rusia presiona a Washington sobre el tema ucraniano pensando que la defensa de la exrepública soviética no es un tema prioritario en EEUU, dada la rivalidad con China y que tras la caótica retirada norteamericana de Afganistán, la situación le es propicia.

Para justificar sus demandas, Putin ha aludido a las promesas verbales que recibió su país en su momento de que la OTAN no iba a ampliarse al este, algo que según su opinión se incumplió en 1999 y 2004 con la incorporación de todo el antiguo Pacto de Varsovia más las independizadas repúblicas bálticas, ignorando, según el líder del Kremlin, "las legítimas preocupaciones rusas en materia de seguridad".

Para justificar su despliegue militar en torno a Ucrania, Rusia afirma que KIev que pretende recuperar "por la fuerza" los territorios separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este del país, donde se enfrentan desde 2014 el Ejército ucraniano y las fuerzas prorrusas apoyados política y militarmente por Moscú, un extremo que el Gobierno ucraniano niega rotundamente.

Kiev lo ha negado rotundamente y ha asegurado que apuesta por una solución diplomática al conflicto en el Donbás. Además de la crisis ucraniana, ambos mandatarios intentarán limar diferencias en temas de ciberseguridad y en la eliminación de obstáculos al trabajo de las legaciones de EEUU y Rusia, además de analizar la situación en torno a Afganistán, Irán, Libia y Siria, así como la pandemia del coronavirus.