VIOLENCIA SEXUAL

24 horas contra la violencia sexual: así es el centro de crisis que servirá de modelo en toda España

En 2023 todas las provincias tendrán que contar con un centro de crisis para atender a las víctimas de violencia sexual

España afronta con retraso la atención integral a víctimas de violencia sexual.

España afronta con retraso la atención integral a víctimas de violencia sexual. / Imagen de archivo / Pixabay

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

En Madrid, a un lado de la M-30, un equipo de psicólogas, trabajadoras sociales y abogadas trabajan día y noche para atender a víctimas de violencia sexual. Las 24 horas del día, los 365 días del año: ni el confinamiento más estricto ni la borrasca Filomena cerraron las puertas del Centro de Crisis contra la Violencia Sexual Pilar Estébanez, una iniciativa pionera que servirá de modelo para toda España, ya que en 2023 todas las provincias deberán contar con un recurso de este tipo.

Más de mil víctimas de violencia sexual han sido atendidas y más de 700 familiares y personas de apoyo han recibido ayuda en este centro madrileño, dependiente del ayuntamiento, en sus casi dos años de funcionamiento. Su razón de ser: constituir un lugar seguro en el que las víctimas sean creídas, escuchadas, asesoradas, acompañadas sin ser cuestionadas y donde se las ayude en su proceso de recuperación para que puedan continuar una vida en plenitud a pesar de la vivencia traumática.

Madrid ha sido la primera ciudad en contar con un recurso de este tipo -aunque Asturias recientemente ha puesto en marcha su Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales-. En 2023, todas las provincias y ciudades autónomas tendrán que tener un centro de crisis 24 horas para atender a las víctimas de violencias sexuales: el Ministerio de Igualdad ya ha hecho las primeras transferencias a las comunidades autónomas para que comiencen a diseñarlos.

Todas las víctimas

"El objetivo es prestar una atención inmediata, tanto telefónica a través de una línea gratuita como presencial, las 24 horas, los 365 días del año a mujeres que han sufrido o tienen la sospecha de haber sufrido cualquier tipo de violencia sexual recientemente o en el pasado", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la coordinadora del centro de crisis de Madrid, Belén Martín María.

Cualquier mujer víctima puede acudir a este recurso: da igual su edad, que haya denunciado o no los hechos o el tiempo que hace que sufrió la agresión. El acceso es universal: no se pide empadronamiento ni permiso de residencia.

"Llegan a un espacio en el que se las cree, se las desculpabiliza. Esto es muy importante para ellas porque lo que más temen -y por eso no lo verbalizan, ni piden apoyo ni denuncian- es no ser creídas. Aquí se las acoge en un espacio de seguridad tanto física como emocional, donde va a poder volver a confiar en la bondad de la humanidad", sostiene Martín.

La mayor parte de las mujeres llega al centro de crisis a través del teléfono 900 869 947, aunque algunas son derivadas directamente por la policía o los servicios sanitarios. También se atiende por Whatsapp en el 602 22 44 17. Desde la primera toma de contacto, el equipo empieza a hacer una "contención emocional" y evalúa la urgencia con la que debe ser citada de forma presencial en las instalaciones. De las 1.019 mujeres que han sido atendidas por teléfono, 779 han recibido atención presencial desde que se puso en funcionamiento.

Situaciones de emergencia

La emergencia de la intervención puede responder a que la agresión ha sido reciente o a que, aun habiendo ocurrido en el pasado, la mujer está pasando por una situación de "desbordamiento" que puede desencadenarse, por ejemplo, por la reaparición del agresor, por el nacimiento de un hijo o porque una hija cumple la edad en la que ella sufrió los abusos sexuales. En ocasiones, esa desestabilización puede derivar en ideaciones suicidas.

Cuando las mujeres llegan al centro justo tras una agresión sexual, la urgencia de la intervención va a permitir que el abordaje psicológico sea más eficaz porque se evita que la sintomatología de "estrés agudo" mute a un "estrés postraumático crónico". "Es importante estabilizar su situación emocional, darle asesoramiento jurídico y respetar sus tiempos y sus decisiones".

"Hay que reconocer la resiliencia y las capacidades de las mujeres, que tienen derecho a tomar sus decisiones y elegir los procesos que quieren iniciar. Es un derecho reparador porque estas mujeres se han visto cosificadas y han visto anulada toda su autonomía con la violencia y aquí ellas son las dueñas de sus procesos y de sus decisiones", matiza.

Las profesionales del centro de crisis también asesoran jurídicamente a la mujer -para que disponga de toda la información a la hora de decidir si denuncia, ya que "los procesos penales son complejos"-, la acompañan a las pruebas médico-forenses de recogida de pruebas y también al médico para la profilaxis frente a enfermedades de transmisión sexual y para evitar un embarazo por violación. Resulta crucial evaluar el riesgo de que la víctima vuelva a ser agredida, en cuyo caso se intentan solicitar medidas judiciales de protección.

"Hay mujeres que nos llaman un mes después de la agresión, tras hacerse una prueba de embarazo y conocer que se se han quedado embarazadas por la violencia sexual", cuenta la coordinadora.

Víctimas muy jóvenes

Cada vez son más las mujeres sobrevivientes que acuden después de haber sufrido la violencia (ya suponen el 47,8 %) y eso significa que la actividad del centro se conoce y existe una mayor conciencia de lo que es la violencia sexual, muy invisibilizada en este país.

A pesar de que son múltiples las formas de violencia sexual, la mayoría de los casos que se abordan en el recurso madrileño son violaciones y abusos graves. Una gran parte de las mujeres atendidas son jóvenes: el 36 %, de entre 18 y 24 años; y el 26 %, entre 25 a 34. Apenas piden ayuda las mujeres mayores.

"La población que tenemos es muy joven. Constatamos que hay mujeres con un continuum de violencia. Vemos historias de cúmulo de violencias en mujeres jóvenes que han padecido maltrato en la infancia, abusos sexuales en la infancia y violencia sexual en edades muy tempranas. Son mujeres supervulnerables con una salud psicológica muy quebrada. Llevo muchos años en esto, pero todavía se me pone la piel de gallina", señala la experta, dedicada desde hace dos décadas a la lucha contra la violencia sexual.

Le preocupa a la experta el "retroceso en la idealización del amor romántico", la presencia de relaciones abusivas de sexualidad en las primeras citas y los pocos casos que llegan de violencia sexual ejercida a través de la tecnología, "cuando está a la orden del día".

Son frecuentes los casos de sumisión química, de violencia sexual en primeras relaciones y primeras citas, la violencia intrafamiliar y en el entorno laboral. La agresión sexual que cometen desconocidos es un mito: "Aquí lo constatamos, un porcentaje elevado de agresores son del entorno familiar o cercano. Que sea un desconocido es muy anecdótico".

Las profesionales del centro -dependiente del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid- están formadas en discapacidad y multiculturalidad, para tener en cuenta las particularidades de las mujeres víctimas con discapacidad o migrantes. Además, disponen de un servicio de mediación cultural y de otro de interpretación de casi 100 idiomas.

"La violencia sexual no se olvida"

El centro de crisis también atiende a los familiares de las víctimas, para ayudarlos a que las acompañen en su proceso de recuperación y entiendan sus tiempos sin caer en estereotipos con los que pueden terminar culpabilizándolas. "Hay que respetar que esté enfadada con el mundo, que no quiera hablar con nadie, es una reacción posible". Las intervenciones psicológicas suelen durar, como mínimo, un año, aunque hay mujeres que necesitan más tiempo.

Martín destaca que la violencia sexual constituye "una situación desbordante" para la mujer que la sufre, pero aclara que no sólo impacta a nivel psicológico, también relacional y social, incluso laboral, por lo que la intervención debe ser multidisciplinar.

"La violencia sexual no se olvida, pero se puede aprender a vivir con ella igual que se aprende a vivir con la pérdida de un ser querido esencial. Se trata de que lo integren y de que puedan continuar con su proyecto de vida". Tener relaciones sanas, volver a salir de noche, ir sola por la calle, poder dormir, tener la capacidad de que las imágenes o los recuerdos no la paralicen para continuar con su día a día.

Belén Martín y su equipo están las 24 horas a la disposición de estas mujeres para que lo consigan.

España llega tarde

Aunque España ha estado a la vanguardia de la lucha contra la violencia de género en el ámbito de la pareja y la expareja, su respuesta a las víctimas de violencia sexual es escasa. Así lo señaló el Grupo de Expertos en la lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Grevio), que vela por el cumplimiento del Convenio de Estambul, que alertó de la carencia de recursos de emergencia para las víctimas de delitos sexuales y de violación.

Estos centros de crisis 24 horas forman parte del proyecto de ley de garantía integral de la libertad sexual (conocida como ley del sólo sí es sí), pero ante la urgencia de su puesta en marcha, el Ministerio de Irene Montero se ha adelantado a su aprobación y ha destinado dinero de los fondos europeos a tal fin. En 2023, todas las provincias y las dos ciudades autónomas dispondrán de un recurso de este tipo.

España llega tarde a esta cuestión: en los países anglosajones disponen de estos recursos desde hace décadas. El primero nació en Washington en la década de los 70 del siglo pasado.

El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura. También se ofrece información a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y asesoramiento y atención psicosocial mediante el número de Whatsapp 600 000 016. Además, los menores pueden dirigirse al teléfono de ANAR 900202010.