ESTADO DE LA AUTONOMÍA

Feijóo contrapone la “moderación y estabilidad” de Galicia al “sectarismo y frivolidad” del Estado

X. A. Taboada

Fue el Debate sobre el Estado de la Autonomía, pero bien podría ser el debate de la autonomía sobre el Estado, porque el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóose aplicó a fondo a glosar el buen funcionamiento de la comunidad autónoma y de sus instituciones frente al desgobierno, la inestabilidad o el sectarismo del Gobierno central. En resumen, defendió Feijóo, el modelo político a seguir es Galicia y el que se debe refutar, el de Moncloa: por su sumisión al independentismo para buscar mayorías precarias en el Congreso, su desorganización y falta de criterio en la gestión de los fondos europeos, su huida de la multilateralidad en la financiación autonómica, su política económica basada en más gasto a costa de subir los impuestos o su transición ecológica desbocada que está desmantelando el tejido industrial en Galicia y poniendo 17.000 empleos en riesgo de extinción.

El enfoque de Feijóo no pasó inadvertido para la oposición, que le reprochó que asumiera el ideario “más ultra” del PP y que actuara en el Parlamento gallego como líder de la oposición al Gobierno central.

El titular del Ejecutivo autonómico, en un debate marcado en cierto punto por el reciente fallecimiento del conselleiro de Facenda, apenas avanzó proyectos legislativos, quizás en parte porque la semana que viene se aprueban y presentan los presupuestos de la Xunta, pero sí realizó una acentuada defensa de su gestión (en sanidad, educación, servicios sociales, empleo...), que permite que la recuperación económica llegue casi a los niveles previos de la pandemia, y del modelo político de Galicia, donde la “normalidad democrática” es su característica principal.

El contrapunto

Tras apuntar a la “inestabilidad, frivolidad y sectarismo” de la vida pública española de los últimos años –aunque centrada en los partidos que sostienen al Gobierno de Pedro Sánchez–, se preguntó dónde buscar el “contrapunto”. “Pues bien, la respuesta va a seguir estando en Galicia; en su moderación”, soltó en su discurso, de poco más de dos horas de duración.

Feijóo denunció una “subida masiva de impuestos” por parte del Gobierno central y el rechazo a la “multilateralidad” en la negociación de financiación autonómica. A su juicio, el frente en ese debate no estará entre comunidades autónomas –de hecho Galicia y otras siete autonomías se reunirán el día 2 para definir una postura común–, sino en que el Gobierno rehuirá de la negociación para atender a las demandas “secesionistas” –por Cataluña– en la elaboración del nuevo modelo de financiación autonómica “por ser rehén de las debilidades parlamentarias”.

Desgobierno

Afeó a Moncloa la gestión de la crisis sanitaria y la de los fondos europeos por ningunear a las comunidades y reducir su participación a un papel “marginal”, además de desconocerse a estas alturas los criterios de reparto. “Se percibe una grana desorganización, no hay ni cogobernanza ni gobernanza”, dijo.

Pero fue especialmente duro con la política energética, ecológica y de transición económica del Gobierno. Enfatizó que era radical, abrupta y un “ataque constante” contra el tejido industrial de Galicia que ponía 17.000 empleos en riesgo de extinción por el jaque a las centrales eléctricas, Ence, Navantia o Alcoa.

Reprochó que el Gobierno central les exija a las comunidades que mantengan las prestaciones de la pandemia pero sin aportar recursos adicionales y demandó que en 2022 se repita el fondo COVID.

Retraso del AVE

También denunció el “aplazamiento del AVE” hasta mediados del año 2022, porque hasta entonces no entrarán servicio los trenes de alta velocidad pura y se utilizará el parque actual de Renfe. “Una vez más, y ya van demasiadas, no nos dicen la vedad. No tenemos material rodante”, censuró.

Y además reprobó el bono cultural del Gobierno por querer, dijo “comprar con subvenciones el voto” de los que tienen 17 años y van a votar en las próximas elecciones.

Ana Pontón

La portavoz del BNG, Ana Pontón, ironizó durante su intervención con la “clase de moderación” de Feijóo, pese a que en su “rearme ideológico” se ha convertido, dijo, en el PP “más ultra, más centralista y más antigallego” que el mandatario autonómico “abraza”. Lo acusó además de situarse al lado de los lobbies económico y de usar Galicia como arma arrojadiza del PP.

Gonzalo Caballero

Por su parte, el portavoz del PSdeG, Gonzalo Caballero, vio al presidente de la Xunta como líder de la oposición al Gobierno de Madrid en lugar de preocuparse por “dar respuestas a los problemas de los gallegos y gallegas”. “Hoy no nos encontramos al presidente de la Xunta centrado en dar respuestas a los problemas de los gallegos y gallegas. Nos encontramos un presidente de la Xunta marcando una estrategia análoga a la del señor Casado”, declaró Caballero.

En las réplicas y contrarréplicas se reprodujo el esquema de acusaciones habituales en cualquier debate, con la oposición y el titular de la Xunta denunciando situaciones y poniendo encima de la mesa datos que eran desmentidos y corregidos por el contrario sobre sanidad, educación, empleo o demografía.