FARO DE VIGO

La mayor trama de almeja furtiva que llegó a Galicia desde Portugal se nutría de la inmigración ilegal

La red que cayó hace días con la operación King se aprovechaba de multitud de tailandeses y nepaleses: “Son cientos de personas”

Parte de la almeja incautada en la operación King.

Parte de la almeja incautada en la operación King. / AESA

La mayor red de almeja furtiva de Portugal cayó hace cuestión de días, a comienzos de abril, en el marco de la operación King, desarrollada en Lisboa y Setúbal por la Unidade Central de Investigação Criminal (UCIC) de la Polícia Marítima en colaboración con la Unidad Adscrita en Galicia del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Conforme adelantó FARO, se incautaron casi 12 toneladas de la especie japónica como parte de un dispositivo que se saldó con la detención de los dos presuntos cabecillas de la banda, así como otros siete implicados investigados.

La trama, cuyo producto “tenía como destino España e Italia”, introducía buena parte del bivalvo ilegal en la comunidad, cuando este tenía como destino final distintos clientes del territorio nacional. En una entrevista realizada por este periódico a los responsables de la operación, canalizada a través de la Autoridade Marítima, las autoridades lusas confirman ahora que la “base” de la organización residía en los numerosos inmigrantes, “muchos de ellos ilegales”, que usaba diariamente para recolectar estos moluscos del río Tajo.

"Cientos de personas"

“Estamos hablando de cientos de personas”, apuntan las fuentes consultadas. Mano de obra en su mayoría tailandesa y nepalesa que, “a través de condiciones laborales precarias, coacciones y amenazas”, alimentaba esta cadena que llevaba bajo el punto de mira de los investigadores desde 2012, momento en el que operaba vinculada a otros distribuidores. Lo que hizo saltar las alarmas fue la elevada cantidad de producto que progresivamente comenzó a exportar –jornada sí, jornada también– este receptador, “que con los años se convirtió en el principal exportador al mercado español, francés e italiano”. En 2020, en plena vorágine de la pandemia del covid-19, se detectó que “se había vuelto autónomo”, con recursos, organización y jerarquía propia.

“Se trata de organizaciones que se aprovechan de las debilidades de la emigración. Cada vez más sofisticadas en los mecanismos que utilizan para engañar a las autoridades y darle apariencia de legalidad a todo este negocio. Por lo general, estas organizaciones compran a los mariscadores a precios muy bajos, utilizando intermediarios que van directamente a la orilla del río a comprar cuando los mariscadores están saliendo del agua. Desde estos puntos, la almeja japónica es transportada en coches, en condiciones insalubres, hasta los almacenes de los receptadores, donde es pesada y envasada para su exportación”, explican los investigadores.

10.000 kilos por semana

La Autoridade Marítima calcula que, como mínimo, 10.000 kilos de almeja japónica entran en Galicia cada semana desde Portugal. “En los últimos años se estima que se han incautado más de un millón de toneladas”, resaltan, indicando que “siempre que una organización se desmantela hay otra que intenta ocupar su lugar porque se trata de un negocio que es sumamente rentable”.

Por este motivo, la colaboración entre países es crucial; sobre todo con los cuerpos y fuerzas de seguridad desplegados en la comunidad autónoma. “La colaboración entre Portugal y España es cada vez más estrecha para combatir este fenómeno transnacional”, aseguran las mismas fuentes, dejando claro que la operación King “permanece abierta” y se están analizando “todas las pruebas incautadas”.

Por el momento, además de los dos detenidos y los otros siete implicados identificados, se ha intervenido gran cantidad de documentos relacionados con la actividad ilícita, equipos de telecomunicaciones marítimos, un teléfono satelital y 30.000 euros en efectivo. También se han decomisado cinco vehículos en los que se transportaba toda la mercancía que pretendían mover, que previo dictamen veterinario será destruida, como resultado de las cuatro entradas y registros, en un domicilio, una oficina y dos naves, realizados por las autoridades.

La organización contaba con varias empresas que sirvieron para “blanquear” el origen de la almeja japónica y los fondos que percibía al venderla. Su principal responsable, uno de los dos detenidos, disponía de un entramado empresarial formado por dos empresas en Portugal y una en España, entre las que realizaba facturación. A la hora de transportar la mercancía, la red disponía de varios recorridos, dependiendo del destino: “Cuando este era Galicia, entraban por este punto en España. En cambio, cuando el destino era Francia o Italia, el recorrido era diferente”. La mercancía incautada, casi 12 toneladas, tiene un valor de unos 110.000 euros.

La organización

1. Bajo el punto de mira desde 2012

La red llevaba bajo el punto de mira desde 2012, cuando operaba vinculada a otros distribuidores.

2. Creció hasta tener jerarquía propia

En 2020, en la pandemia, el entramado “se había vuelto autónomo”, con su propia organización.

3. Dos detenidos y siete investigados

La investigación sigue “abierta”. Por ahora hay ya dos detenidos y otros siete implicados investigados.

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