ESPAÑA VACIADA

Robots para controlar a las vacas desde el móvil: así se digitalizan los ganaderos

Lara González vigila a sus animales con un sistema informático

Lara González trabajando en el ordenador, controlando la información que le llega de los robots.

Lara González trabajando en el ordenador, controlando la información que le llega de los robots. / PI

Ana Paz Paredes

Lara González González, de 24 años, siempre quiso ser ganadera, según dice de forma rotunda y convencida. "Vengo de familia ganadera. Primero mis abuelos y luego mis padres. Desde muy pequeña sabía que quería dedicarme a esto, siempre me gustaron los animales y trabajar con ellos", explica esta joven emprendedora rural que, sabedora de que vive en pleno siglo XXI, decidió prepararse antes estudiando Administración en Tineo. "Tenía claro que quería quedarme aquí y estudié, y lo sigo haciendo con los cursos de reciclaje que van saliendo, para estar al día en cuanto a todo lo que es el papeleo de la ganadería, lo que menos le gusta a mi padre", añade la joven mientras observa en una de las pantallas de sus ordenadores el movimiento de las vacas dentro de la cuadra.

Junto a su padre, Javier González, está al frente de una ganadería de leche con un total de 270 animales, de los que hay 170 en ordeño. El nombre de la ganadería, Mingón, cuya nave se encuentra en Sabadel de Troncedo, es el nombre de la casa familiar de sus abuelos. Sus instalaciones cuentan, como sucede en algunas otras de Asturias de similar envergadura, con sistemas de mecanización que contribuyen a facilitar el trabajo donde cobran protagonismo tanto sus tres robots "Laly" como la informatización del cuidado, alimentación y ordeño de los animales. Así, Lara se mueve tanto por la nave, para la atención directa cuando se precisa al ganado, como delante de los dos ordenadores que controlan a los animales.

"Todas las vacas llevan un collar que envía información a los robots y al ordenador. Ellas son las que acuden a los robots para ser ordeñadas a lo largo del día mediante un sistema de atracción con el pienso. El robot sabe cuándo hay que ordeñarlas y cuándo no. Al mismo tiempo, a través del collar, me llega información al ordenador y a mi móvil de todo tipo: un informe de salud que te dice si bajaron en rumia, si tienen fiebre, si andan en celo... En fin, un montón de cosas", explica esta joven ganadera que se lleva en su móvil, como quien dice, a todas sus vacas las 24 horas del día.

"A veces el robot se para, o los tres, depende de la avería, y te llama al móvil", añade mientras observa, en la pantalla del ordenador, a los animales comer, moverse o ir hacia los robots, a través de las diferentes cámaras de la nave. "Nosotros producimos al día unos 7.200 litros de leche que vendemos a Central Lechera Asturiana, continúa esta profesional, que vive con su abuela, en la casa familiar, en Anzas.

Lara González trabajando en el ordenador, controlando la información que le llega de los robots.

Lara González trabajando en el ordenador, controlando la información que le llega de los robots. / PI

"Las vacas se adaptaron mejor los primeros días a las instalaciones que nosotros, porque fue un cambio muy grande, como también lo fue la inversión para hacer esto realidad. Mi padre y yo trabajamos en conjunto. Yo no tengo la fuerza de él para los trabajos más duros, pero sí es verdad que para el resto, así como para el trabajo con el ordenador, me entiendo mejor que él", explica ella que, incluso cuando va de fiesta, como un verano que estaba en una romería en Pola de Allande, tuvo que volver corriendo de madrugada a la nave tras recibir aviso en el móvil para atender a una vaca.

Como joven que vive en el medio rural de este siglo XXI reclama para ella y para todo el que quiera trabajar en el campo, en lo que sea, una buena cobertura de internet. "Aunque quiera, hay gente joven y no tan joven que no puede quedar en los pueblos porque, por ejemplo, no puede teletrabajar, algo que está a la orden del día para todo. Quieren que la gente se quede, pero hay que facilitarlo. Aquí la cobertura es mala y donde vivo, porque tengo la wifi y con el teléfono me voy arreglando. Y luego está el tema del papeleo, que es mucho. Deberían saber que buena parte de ese tiempo que tenemos que dedicar a los papeles, lo necesitamos para atender a nuestros animales", añade.