REUNIÓN EN EL CONGRESO

Una hora de reunión infructuosa: Sánchez pide a Feijóo que renueve el CGPJ

El líder del PP propone a Sánchez seis pactos de Estado para desarrollar en una legislatura corta de dos años con Feijóo como presidente

El dirigente socialista reúne de manera extraordinaria a su ejecutiva tras verse con el conservador

Sánchez pide a Feijóo que se comprometa a renovar el CGPJ antes del 31 de diciembre

PI STUDIO

Alberto Núñez Feijóo ha propuesto a Pedro Sánchez en su encuentro de este miércoles en el Congreso de los Doputados un acuerdo por el que el líder popular sería presidente del Gobierno un periodo de dos años, durante el que se acometerían "las grandes reformas que necesita España", sustentadas en seis pactos de Estado.

Es la petición que el dirigente conservador le ha hecho al socialista en una reunión que apenas ha durado tres cuartos de hora en un espacio neutral de la Cámara Baja.

Según fuentes populares, "ante el riesgo de una repetición electoral en solo cuatro meses", Feijóo ha puesto encima de la mesa una propuesta de "doce meses" para llevar a cabo políticas de Estado entre PP y PSOE y evitar que la gobernabilidad de España descanse en los independentistas. El dirigente gallego le ha trasladado su malestar a Sánchez por los acuerdos que debe firmar para llegar a ser presidente y que, necesariamente, pasará por EH Bildu, ERC y Junts.

Propuesta de Feijóo a Sánchez para una legislatura de dos años

Propuesta de Feijóo a Sánchez para una legislatura de dos años

Propuesta de Feijóo a Sánchez para una legislatura de dos años

En la propuesta que le ha entregado en mano, el líder del PP establece la formación de un Gobierno con 15 ministerios (el actual Ejecutivo de coalición tiene 22). Y los seis pactos son los siguientes: uno sobre regeneración democrática, defendiendo la efectiva "división de poderes" y la independencia de los organismos de control; uno por el Estado de Bienestar (en el que habla de garantizar la viabilidad del sistema nacional de salud, la calidad del sistema educativo, la igualdad entre hombres y mujeres y una reforma de las pensiones que incluya la revalorización anual sin mencionar expresamente hacerlo conforme al IPC).

Después figura otro pacto por el saneamiento económico; otro para las familias (incluye una propuesta para que agentes sociales y económicos garanticen nuevas fórmulas de conciliación), un Pacto Nacional por el Agua (punto clave en el programa electoral del PP y que tiene enfrentados a algunos territorios) y un Pacto Territorial que pide convertir el Senado "en una verdadera Cámara territorial" y que se ocupe de aprobar un nuevo modelo de financiación.

El punto final de la propuesta establece que la legislatura terminaría en un máximo de dos años o antes si estas reformas se acometen en un periodo inferior. También estipula darle continuidad "si los dos firmantes" así lo consideran.

Ejecutiva socialista

Las expectativas de este encuentro "al más alto nivel", como calificaron el lunes en Génova, eran muy bajas por ambas partes. Los dos dirigentes sabían que había poco que hablar. Pero Sánchez decidió convocar una reunión extraordinaria de su ejecutiva, una vez terminara la cita. Antes de las once de la mañana el coche del presidente en funciones abandonaba el Congreso.

Sánchez aprovechó la cita para pedir al candidato popular que "sea quien sea la persona elegida" al frente de la presidencia del Gobierno, los dos grandes partidos "se comprometan formalmente a que, antes del 31 de diciembre de este año, se proceda a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)", cuyo mandato lleva más de cuatro años caducado.

La referencia a que pueda ser Feijóo quien llegue a la Moncloa es un puro formalismo del PSOE, ya que su discurso es que no tiene ninguna posibilidad de aumentar los 172 apoyos que tiene (sus 137, los 33 de Vox, la diputada de Coalición Canaria y el parlamenrtario de Unión del Pueblo Navarro). Pero esta solicitud pretendía arrancar el compromiso de Feijóo, que el octubre pasado rompió el pacto para actualizar el CGPJ cuando ya se había culminado, después de muchas presiones judiciales y mediáticas, con el argumento de que Sánchez iba a aprobar una reforma de la sedición (eliminó el delito).

Los socialistas han deslizado en los últimos días que su funcionamiento interno es más democrático que el del PP y que, ante la petición de los conservadores de esta reunión, sería la ejecutiva socialista quien decidiría sobre su celebración y sobre la persona que acudiría, en el caso de que no fuera el presidente. Esa reflexión se esfumó casi en minutos porque, tras lanzar inicialmente mensajes confusos, Ferraz y Moncloa confirmaron la asistencia de Sánchez con el argumento de que el encuentro forma parte de la "normalidad democrática" de celebrar una ronda de consultas tras recibir el encargo del Rey para la investidura.

A pesar de reconocer que este es el marco, el mensaje del PSOE, que este martes defendió públicamente la propia portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez, es que la votación a la que el aspirante del PP se someterá la última semana de septiembre es solo un "paripé".