CONSEJO NACIONAL DE LOS REPUBLICANOS

ERC teme que Junts "capitalice el trabajo" de su diálogo con el Gobierno

Después de haberse dejado 300.000 votos el 28-M y 400.000 el 23-J, la cúpula estaba preparada para recibir un correctivo por parte de los consejeros

Gabriel Rufián, con Pere Aragonès y Oriol Junqueras tras los resultados de las elecciones del 23-J.

Gabriel Rufián, con Pere Aragonès y Oriol Junqueras tras los resultados de las elecciones del 23-J. / Jordi Otix

Sara González

El consejo nacional de ERC de este viernes fue largo, de más de tres horas y con 37 intervenciones. Había necesidad de catarsis, de manifestar críticas y preocupaciones tras los dos batacazos electorales encajados en las municipales y en las generales y el pacto con el PSC para entrar en el gobierno de la Diputación de Barcelona, además de una negociación para la investidura de Pedro Sánchez que se prevé de alto voltaje y que deberá ser refrendada por la militancia. Sin embargo, el tono no fue bronco, según explican varios dirigentes que asistieron, sino más bien "reflexivo" y "propositivo". Hubo un temor que fue hilo conductor: que acabe siendo Junts quien "capitalice el trabajo" resultante de su apuesta por el diálogo con el Gobierno ahora que sus siete diputados son clave para que el PSOE se mantenga en la Moncloa.

"Fue más plácido de lo que esperábamos", resumen des de la dirección del partido. Y es que, después de haberse dejado 300.000 votos el 28-M y 400.000 el 23-J, la cúpula estaba preparada para recibir un correctivo por parte de los consejeros. Hubo críticas y cuestionamientos, pero "más por la táctica" que por la estrategia de fondo que ejerce de columna vertebral de ERC en estos momentos y que pasa por la negociación pragmática con Madrid mientras se gobierna la Generalitat y se prepara un nuevo escenario para avanzar en la resolución del conflicto. El adelanto electoral ha retrasado los plazos del acuerdo de claridad que abandera el 'president' Pere Aragonès.

"La estrategia de fondo no la cuestiona nadie, todos tenemos la certeza de que es la única viable. El tema es cómo lo explicacamos. El cuestionamiento es más táctico que estratégico", resumen desde la dirección republicana a tenor de las críticas recogidas durante el encuentro. Y es que algunos de los consejeros que tomaron la palabra lo hicieron para señalar la "incapacidad" del partido para "poner en valor y explicar" el trabajo hecho hasta el punto de que haya "cuajado el relato" de que se ha dialogado con la Moncloa "a cambio de nada", el discurso que abonan los posconvergentes. Bildu, en cambio, sí que ha sabido sacar rédito de ese rol negociador en el Congreso.

A pesar de haber quedado en quinta posición y de haber perdido un escaño y 140.000 votos, la aritmética convierte los siete diputados de Junts en cruciales para Sánchez. Más ahora que, después del recuento del voto CERA, el PP ha arrebatado un diputado al PSOE y ha complicado un poco más la investidura a los socialistas, que pueden llegar a necesitar el 'sí' de los posconvergentes en lugar de una abstención. Los de Carles Puigdemont insisten en que la autodeterminación y la amnistía son dos exigencias inamovibles de partida. "Pero es que nosotros hemos puesto estas dos condiciones desde el primer dia", lamentan en ERC, además de recordar que gracias a sus votos se ha aprobado una ley de vivienda o revalorizado las pensiones.

"Hay un punto de impotencia ante los mensajes simplistas que consiguen imponer desde Junts. La crítica recibida, sobre todo, va en este sentido", insisten fuentes republicanas, partidarias de ser "consecuentes" con la estrategia vigente y que abogan por no dejarse "arrastrar" por los posconvergentes en un escenario en el que consideran que no se pueden permitir una repetición electoral.

El pacto con el PSC en la Diputación de Barcelona

No faltaron también las voces que sacaron a la palestra el hecho de que ERC se haya sumado, tras las generales, al gobierno del PSC, los Comuns y los díscolos de Junts de la Diputación de Barcelona, una decisión que fue comunicada a la ejecutiva el día siguiente de las elecciones y que se hizo pública solo 48 horas después. La queja fue "por los tempos" y por la falta de información a la militancia "más que por la decisión en sí", a pesar de que durante la semana algunos dirigentes territoriales republicanos han criticado la falta de coherencia por la decisión tras años cargando contra Junts por el pacto con el PSC en el anterior mandato.

La crítica más dura a la dirección de ERC ha llegado de la mano de los díscolos agrupados bajo el 'Col·lectiu Primer d'Octubre' -con un miembro dentro del consejo nacional- que reclaman un congreso extraordinario para "enderezar" tanto la estrategia del partido como para renovar sus liderazgos. "No tienen peso dentro de la organización, son los que son", zanjan desde la cúpula republicana.