ELECCIONES GENERALES

Pedro Sánchez admite la dificultad del 23J: "La derecha está envalentonada"

El presidente se reivindica y reclama un "respaldo fuerte" para detener la ola "trumpista" de la "derecha" extrema" y la "extrema derecha"

Sánchez afirma que convocó elecciones "por conciencia"

PI Studio

Sesión de terapia colectiva en la reunión del grupo parlamentario socialista. Pedro Sánchez intervino la mañana de este miércoles ante sus diputados y senadores para tratar de levantar la moral a un partido devastado por la hecatombe de las elecciones autonómicas y municipales del 28M. Todo su discurso fue destinado a insuflar optimismo en el partido, pero al mismo tiempo admitió la dificultad de mantenerse en La Moncloa en los comicios generales del próximo 23 de julio. “No es fácil: la derecha está envalentonada y tiene aliados más poderosos”, señaló. 

El efecto buscado, según los colaboradores del presidente del Gobierno, es colocar a los ciudadanos convocados por el adelanto electoral ante una disyuntiva: “La mejor España o la España gris y oscura”. En su primera intervención en público desde que el lunes anunciara por sorpresa el anticipo de las generales, Sánchez evitó referirse a PP y Vox como “la derecha y la extrema derecha”, palabras que utilizaba hasta ahora. Este miércoles, en cambio, dijo que las formaciones de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal son “la derecha extrema y la extrema derecha”, una expresión que los socialistas utilizarán durante los más de 50 días que quedan hasta las elecciones. 

Visiblemente tocado, tratando de transmitir empatía y apelando al orgullo socialista, reivindicó su gestión (“los aciertos han sido mayores que los errores”) y llamó a los españoles a “pronunciarse sin demora” sobre si se “solidarizan con los enfermos o con un empresario que se lleva su empresa a otro país para no pagar impuestos” (una mención implícita a Ferrovial), si “quieren una España que reconstruye el pacto de Toledo o que impone recortes al Estado de bienestar”. El presidente del Gobierno incluso recordó la “guerra ilegal” librada por EEUU en Irak, respaldada en su momento por José María Aznar, frente al apoyo de España a una Ucrania “invadida por el imperialismo” de Rusia. 

“Donde ayer había un socialista en autonomías y municipios, mañana habrá alguien del PP o Vox con un programa del que lo único que conocemos es que pretende ‘derogar el sanchismo’. Todos podemos entender que eso significa destruir todo lo construido, acabar con los avances sociales de estos últimos cinco años". No conocemos su programa, apuntó, pero "podemos intuirlo". "Sabemos a qué intereses sirven y recordamos cómo se comportaron durante la anterior crisis financiera”, destacó Sánchez.

La próxima década, en juego

El marco está claro: si la “derecha extrema y la extrema derecha” logran una nueva victoria el 23 de julio, todos los avances sociales conquistados en los últimos años se vendrán abajo. Se trata de un mensaje en el que Sanchez lleva tiempo insistiendo. Hasta ahora, la llamada alerta antifascista no ha surtido efecto. Vox está cada vez más fuerte y la sociedad española, con muchos matices, muestra síntomas de no tener miedo a la llegada de la ultraderecha. Pero Sánchez insistió con mayor contundencia que nunca en esta tesis, porque lo que ocurra dentro de 53 días, ha argumentado, “tendrá efectos sobre la mayoría social de nuestro país durante la próxima década”. 

En un momento en el que el PSOE reniega de la coalición y multiplica las apelaciones al voto útil, el jefe del Ejecutivo reclamó un "respaldo fuerte" para los próximos cuatros años sin referirse en ningún momento a Unidas Podemos. Tampoco a Sumar, el proyecto que encabeza la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a quien solo le quedan ocho días para llegar a un acuerdo con los morados y concurrir juntos a las generales. Pero Sánchez, durante una intervención inequívocamente de izquierdas, con apelaciones continuas a la clase trabajadora, sí ha lanzado un mensaje que tiene puntos en común con Podemos: la crítica a los medios de comunicación.  

"Crispar para que bajemos los brazos"

“La tormenta va a ser tremenda. El aperitivo de insultos y mentiras ya lo hemos tenido en la última campaña. Van a tratar de crispar para que bajemos los brazos. Desde el dominio en las grandes empresas y medios de comunicación. Veremos en programas de máxima audiencia pontificar e insultar sin derecho a la contestación. Se van a inventar barbaridades. Nada es nuevo. Están copiando a sus maestros norteamericanos. Hablarán de que hay que detenerme por un pucherazo. Ya lo han hecho y ya lo volverán a hacer, dijo, recordando el asalto al Capitolio norteamericano por parte de los seguidores de Donald Trump. “Por eso os pido que nos mantengamos tranquilos y que respondamos a esta catarata de insultos con argumentos y con datos”.  

“El futuro no está escrito -concluyó el presidente del Gobierno-. Hay fuerzas muy poderosas que empujan en esa dirección. España no es inmune a la corriente reaccionaria. Pero podemos pararla, por nuestros hijos e hijas. El PSOE debe parar esta corriente reaccionaria. Vamos a ganar las elecciones”.