TRANSICIÓN ECOLÓGICA

España rechaza la propuesta de Bruselas de considerar 'verde' la energía nuclear

La vicepresidenta Teresa Ribera sostiene que ni la nuclear ni el gas "son energías verdes ni sostenibles, independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones"

España rechaza el plan de la Comisión Europea de considerar verde la energía nuclear y el gas

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EPE

El Gobierno español ha mostrado este domingo su rechazo a incluir la energía nuclear y las centrales de ciclo combinado, generadas con gas natural, se consideren en la tabla de clasificación del marco comunitario como opciones 'verdes' , tal y como propone la Comisión Europea (CE).

"Independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles", recalca la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

De esta forma, España se ha sumado a la postura de Alemania, que ha criticado también este domingo la decisión de que las inversiones en energía nuclear se consideren sostenibles en la transición ecológica.

"Me parece un error absoluto que la Comisión Europea tenga la intención de incluir la energía nuclear en la taxonomía de actividades económicas sostenibles de la UE", dijo la titular alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, en declaraciones al grupo de medios Funke.

Según destaca el Departamento que dirige Ribera, España es "firme defensora" de la taxonomía verde como instrumento clave para contar con referencias comunes que puedan ser usadas por inversores para lograr la descarbonización de la economía y alcanzar la neutralidad climática en 2050, pero considera que, dentro de ese objetivo, "admitir la nuclear y el gas natural como parte de la taxonomía verde europea supondría un paso atrás". "No tiene sentido y manda señales erróneas para la transición energética del conjunto de la UE", añade.

España admite que tanto la energía nuclear como el gas natural tienen un papel que jugar en la transición, pero "limitado en el tiempo", por lo que, a su juicio, "deben ser tratadas de forma aparte y no como verdes, donde están otras energías claves para la descarbonización y sin riesgo ni daño ambiental".

Austria, en el grupo de los críticos

Además de Alemania y España, un tercer país se ha mostrado públicamente en contra del planteamiento. Se trata de Austria, cuya ministra de Medio Ambiente y Energía de Austria, la ecologista Leonore Gewessler, ha acusado a la Comisión Europea de llevar a cabo "un lavado de cara verde" a la energía atómica y el gas natural, que, a su juicio, "son dañinas para el clima y destruyen el futuro de nuestros hijos", según recoge EFE. Gewessler ha asegurado que el Gobierno austríaco estudiará de forma detallada el borrador y que de aplicarse la propuesta de la Comisión llevará el asunto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Evidencia científica

Según el marco regulatorio dispuesto en el Pacto Verde Europeo, el reglamento de la taxonomía verde tiene como propósito guiar a las empresas e inversores nacionales e internacionales en sus planes de descarbonización, identificando actividades y sectores económicos ambientalmente sostenibles y que contribuyan a la reducción de CO2, metano y otros gases causantes del cambio climático. Igualmente pretende ayudar a encauzar esas inversiones hacia aquellos sectores esenciales para lograr la meta de la neutralidad climática en 2050.

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España considera que, para cumplir dichos objetivos, la taxonomía debe ser "creíble, útil y basada en la evidencia científica". En ese sentido, la clave para considerar 'verde' una actividad económica, sector o tecnología es, según el Ministerio, su "contribución sustancial a las principales metas ambientales de la UE, como mitigar el cambio climático", entre otras, respetando además el principio de no causar daño ambiental significativo (Do Not Significant Harm).

"Las emisiones de metano de la generación por gas natural y la cuestión de los residuos de la energía nuclear ponen en cuestión la inclusión de ambas tecnologías dentro de la taxonomía verde de la UE", señala Transición Ecológica, que afirma que incluir ambas en la taxonomía verde supone "una señal errónea para los mercados financieros y no aporta la necesaria claridad para enfocar los flujos de capital hacia la economía descarbonizada, resiliente y sostenible prevista en el Pacto Verde Europeo".