Opinión | OPINIÓN | A POR UVAS

El "cambio" en la RFEF, ya si eso, mañana

Las jugadoras están en su derecho de mantener la presión, conscientes de que tienen de su lado a la opinión pública y de que son ellas las únicas que quieren y pueden forzar el "cambio"

Pedro Rocha, este lunes, durante la presentación de Montse Tomé como nueva seleccionadora.

Pedro Rocha, este lunes, durante la presentación de Montse Tomé como nueva seleccionadora. / Rodrigo Jiménez / Efe

El presunto "cambio" en la RFEF tiene una importante barrera estética de partida. Resulta que quien hoy dirige la institución, en calidad de presidente de una comisión gestora de la que nada se sabe (ni siquiera quién la compone), sigue siendo la persona a la que Luis Rubiales eligió a dedo como sucesor de emergencia para dejarlo atado y bien atado, pensando en él como un hombre de paja que le permitiera seguir controlando el cotarro. Ahí sigue, en definitiva, Pedro Rocha, al que parece encantarle ser el centro de atención de cámaras y fotógrafos, en palcos, terrenos de juegos y salones de Las Rozas.

Hace ya tres semanas largas que Rubiales no es presidente en activo de la RFEF, primero por suspensión temporal, después por dimisión. Un tiempo en el que la promesa de un "cambio" se ha pregonado a los cuatro vientos sin que se haya materializado. Apenas la ejecución de Jorge Vilda, ya entonces muerto en vida, el eslabón más débil del 'rubialismo', en un intento de que el exseleccionador sirviera como chivo expiatorio que curara todos los males.

El papel de Montse Tomé

Ay, el "cambio"... No, aprovechar que Chema Timón se echaba a un lado para designar a Elvira Andrés como directora de gabinete de presidencia tampoco era un "cambio" real, solo cosmética. Como el de designar como seleccionadora a Montse Tomé, tan aplaudidora del discurso de Rubiales como Vilda y carente de experiencia al frente de un banquillo profesional. Hoy muchas jugadoras están profundamente decepcionadas con alguien en quien, en mayor o menor medida, confiaban. Pésimo arranque el de la asturiana.

En el comunicado hecho público por la RFEF minutos antes de la convocatoria de Tomé, se volvía a mencionar el compromiso federativo por los "cambios estructurales", lustroso apellido para el "cambio", sin que estos lleguen nunca. Y si no lo hacen es porque quienes tienen que ejecutarlos temen que los "cambios" también les acaben arrastrando a ellos.

Esos barones territoriales que, con alguna honrosa excepción, han visto la oportunidad de aprovechar un pequeño vacío de poder para atornillarse a sus sillas son también culpables del lodazal que es ahora la RFEF. Muchos de ellos hablan a micrófono cerrado de que nada puede seguir como está y de que no se fían de Rocha (es difícil hacerlo, las cosas como son), pero pocos son los que a la hora de la verdad ponen las cartas sobre la mesa.

El Gobierno y el Mundial 2030

Y qué decir de tantos altos ejecutivos del 'rubialismo' que esconden las orejas o de un Gobierno cuya presión parece más enfocada a salvar el proyecto del Mundial 2030 que a contribuir a limpiar lo que durante tanto tiempo permitieron que se ensuciara, mirando para otro lado.

La falta de solidaridad con sus compañeras de los internacionales masculinos (no, el comunicado leído por Morata no fue suficiente) ha impedido que la presión sobre los dirigentes de la RFEF surtiera más efecto. Y han dejado pasar un tiempo valioso pues, por poner un ejemplo (no casual), Rocha podía destituir al secretario general y pope del 'rubialismo', Andreu Camps, cuando era presidente interino, pero los estatutos no le permiten hacerlo ahora que está al frente de la gestora. Otra sibilina victoria del 'rubialismo'.

La convocatoria de Tomé de este lunes ha sido el último episodio de una serie que hace ya varias semanas que dejó de tener sentido. Veremos la respuesta de las jugadoras, que están en su derecho de mantener la presión, conscientes de que tienen de su lado a la opinión pública y de que son ellas las únicas que quieren y pueden forzar el "cambio". Porque si es por Rocha y los suyos, el "cambio", ya si eso, llegará mañana.