Fútbol

La violencia verbal en el fútbol: diagnóstico de una enfermedad contagiosa

Los insultos y las agresiones físicas no solo se viven en los campos profesionales, también el fútbol base experimenta este tipo de incidentes | Los expertos apuestan por más campañas de concienciación para atajar la violencia verbal

La violencia verbal en el fútbol: diagnóstico de una enfermedad contagiosa

La violencia verbal en el fútbol: diagnóstico de una enfermedad contagiosa / R.G. / D.S.

Dounia Sbai y Rubén Gargoi

Cada fin de semana vivimos multitud de episodios violentos en los estadios del fútbol profesional, las últimas semanas con especial ira cada vez que sale a escena el jugador del Real Madrid Vinicius Junior. Los insultos lanzados desde las gradas y en el campo de fútbol contra el brasileño calientan un ambiente ya de por sí cargado por la presión que supone el fútbol de primera categoría. Solo basta poner en el buscador el nombre de Vinicius para que aparezcan numerosas noticias (y no buenas) de lo que ha ocurrido en el último partido que ha disputado. 

Estas actitudes pueden afectar al fútbol base, que toma de ejemplo a los jugadores profesionales para seguir sus pasos y labrarse una carrera futbolística. De hecho, el fútbol base está viviendo una explosión de violencia verbal. Recientemente, el Comité de Competición de Fútbol base de la Federación Aragonesa de Fútbol ha dictaminado una sanción con 25 partidos a un jugador infantil del Club Alfindén EFB y con 15 a otros dos por agredir a contrarios estando el juego detenido y también por insultar al árbitro de forma grave y reiterada. Se trata de una medida pionera hasta la fecha en este tipo de categorías inferiores del fútbol. Una solución para intentar atajar una de las problemáticas que más preocupan a las federaciones.

"El tema de Vinicius es algo que está de moda. Sacar a relucir el tema de la violencia verbal contra este jugador es una cosa puntual comparado a lo que se vive semanalmente en muchos campos de la Comunidad de Madrid y que se puede extrapolar a cualquier otra comunidad autónoma", asegura José Luis Lesma, presidente del Comité de Árbitros de la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM).

"Sacar a relucir el tema de la violencia verbal contra Vinicius es una cosa puntual comparado a lo que se vive semanalmente en muchos campos"

La violencia verbal o física en el deporte se ha dado durante toda la vida, pero con las redes sociales este tipo de conflictos se ha acentuado aún más. En 2017, un vídeo de un partido entre jugadores del fútbol base en Mallorca mostraba la cara más amarga de este deporte: empujones, puñetazos y hasta una batalla campal. Todo provocado por una dura entrada realizada por un jugador a otro que acarreó una pelea entre padres, jugadores y espectadores.

Este 2023 se ha vivido un episodio parecido al anterior en un partido entre el Écija y el CD Mairena correspondiente a la Cuarta División Andaluza de cadetes. Un delegado del cuadro visitante se dirigió hacia la grada en la que estaba la mayoría de padres del conjunto local realizando gestos obscenos tras conseguir empatar el partido. Uno de los padres se bajó de su sitio para increparle esta actitud y entonces se desató el caos con puñetazos y patadas. Tras este incidente, el Écija se puso en contacto con el CD Mairena para lamentar los hechos, según recoge el diario 'La Voz del Sur'. "Es un hecho bochornoso que mancha el fútbol y da mal ejemplo a unos chavales de 14 y 15 años", explicaban desde el club sevillano del Écija para añadir que "esto es fruto de un acto de un energúmeno que utiliza el fútbol para expresar sus frustraciones, personas que hay que apartar y sacar de nuestro deporte".

En el fútbol base, en contra de lo que pueda parecer con estas imágenes, los comportamientos no deportivos más frecuentes no corresponden a la violencia física, sino que es más habitual encontrarse con insultos y faltas de respeto tanto en las gradas como en el césped. Pero, pese a que estos casos son más aislados, los profesionales recuerdan que no se debe quitar el foco a esta lacra: "Siempre en las gradas podemos encontrar un incidente de violencia física entre espectadores al intentar tirar objetos o agredir a algún entrenador o jugador. No siempre puede haber un profesional de las Fuerzas del Estado durante un partido en el fútbol base: un guardia civil, un policía nacional o un policía local entonces son los propios espectadores y jugadores responsables de estos equipos los que tienen que gestionar estas situaciones y a veces en algunas zonas se enquista un poco", reconoce Fernando Gimeno Marco, profesor de Psicología de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de Zaragoza. 

Árbitros, diana de los ataques

La figura del árbitro es, por desagracia, una de las más acostumbradas a lidiar con situaciones desagradables y faltas graves de respeto. "Hasta que no tenemos un incidente muy grave con un árbitro nadie lo pone en valor. Porque nos hemos acostumbrado a que esto sea lo habitual. Nosotros tenemos que enseñar a los árbitros las reglas del juego y a canalizar los insultos que van a recibir. Una situación que es muy triste", subraya Lesma, que muestra su desacuerdo con la normalización de este tipo de incidentes: "Estamos acostumbrados a que el público se pueda dirigir, principalmente, al árbitro de cualquier manera. Todos somos muy transigentes con un error que pueda cometer un jugador o un entrenador, pero no actuamos de igual manera cuando el fallo lo comete el colegiado. Siempre se intenta buscar algo oscuro detrás", alega el Presidente del Comité de Árbitros de la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM).

Con el objetivo de frenar este tipo de conductas, el presidente del Comité de Árbitros de la RFFM considera que los padres y las madres de los jugadores deben comprender la situación del árbitro y tener claro qué es lo verdaderamente importante. "Los árbitros son chavales jóvenes, se están formando y tienen que equivocarse. El arbitraje es muy difícil y el error humano ha existido siempre y va a continuar existiendo", apunta Lesma, y remarca la necesidad de que exista un cambio de visión. "Un entrenador de categoría cadete no debe tener miedo a ser despedido por el hecho de perder. Al contrario, debe estar para educar a los niños y enseñarles que no deben protestar", sentencia.

Ausencia de datos sobre la violencia verbal

En el fútbol profesional existe un protocolo de actuación ante los denominados partidos de alto riesgo que pretende prevenir los comportamientos agresivos y violentos que se puedan producir dentro y fuera del campo. ¿Existe un sistema parecido en el fútbol base? Los responsables autonómicos son los que tienen la potestad para poder tomar medidas en este sentido. Sin embargo, el Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol junto con los Comités Arbitrales de las Federaciones Territoriales han redactado un Protocolo de Actuación Efectiva contra la Violencia Verbal con la intención de combatir las amenazas, los insultos y las manifestaciones racistas, xenófobas, sexistas e intolerantes.

Protocolo de actuación sobre la violencia verbal.

Protocolo de actuación sobre la violencia verbal. / D.S. Fuente: RFEF

Cuando intentamos poner cifras y datos a la falta de deportividad que sucede en el fútbol nos encontramos con que existe una ausencia de cifras que escaneen esta problemática de manera nacional. Para conocer cuántas sanciones se han puesto en el fútbol base se debe recurrir a las actas arbitrales de las federaciones futbolísticas de cada comunidad autónoma. "Las actas arbitrales pueden recoger la violencia verbal, pero no está codificada. Para saber con qué frecuencia y qué magnitud tiene determinados comportamientos hay que tabularlos y traducirlos en números. Esa es la dificultad que tenemos en estos momentos", recalca el profesor Fernando Gimeno Marco.

El pasado 5 de febrero en el estadio Mallorca San Moix un joven de 20 años profirió unos insultos contra Vinicius: "Es normal este tipo de insultos en los campos de fútbol", dijo cuando se le comunicó a la salida de un partido contra el Villarreal que se le abría un expediente disciplinario tras ser identificado por la Unidad Central Operativa de la Policía Nacional (UCO). El servicio de seguridad del Mallorca, del que está al mando José Antonio Costana, explicó al Diario Mallorca, del grupo Prensa Ibérica, cómo fue el proceso de localizar al hincha: "DAZN saca las imágenes y se oye una voz que grita 'Vinicius, mono' en una zona concreta del estadio. Nos dijeron dónde estaba ubicado el micro en el terreno de juego y justo detrás se veía la grada Lluís Sitjar. La Liga nos dice que la voz ha salido de esta grada y nos marca una zona concreta", argumenta José Antonio Costana. Este hecho ejemplifica el arduo trabajo que tienen las autoridades para contabilizar y poner cifras a la violencia verbal que existe en el terreno de juego.

"Estamos más centrados en, más que en conocer la estadística porque es grandísima, en intentar llegar a los clubes y a los medios para que de verdad se le dé importancia a este problema"

Y la historia se repite una y otra vez en los diferentes terrenos de juego, pues el astro brasileño volvió a jugar el pasado sábado fuera de casa en LaLiga y volvieron los insultos, esta vez desde el minuto de silencio que precedió al inicio del partido en El Sadar. La diferencia de estos casos con el fútbol base es que quedan registrados en la multitud de cámaras que graban cada acción que ocurre en torno al césped. 

En cambio, en los terrenos donde juegan los menores, todo esto queda en el aire. Sin una mayor trascendencia. Según explica Lesma, el Comité de Árbitros en Madrid recoge en las actas arbitrales las agresiones físicas, pero no cuentan con estadísticas de expulsiones por insultos o agresiones verbales. Pese a ello, señala que se trata de datos "infinitos", porque cada fin de semana las agresiones verbales son el "denominador común". "Estamos más centrados en, más que en conocer la estadística porque es grandísima, en intentar llegar a los clubes y a los medios para que de verdad se le dé importancia a este problema", enfatiza Lesma. 

El papel de las redes sociales

Las redes sociales pueden ser un arma de doble filo en el deporte: por una lado sirven para mostrar el lado más amable que se produce en el campo de juego y, por otra, recalcan los hechos negativos que experimentan los jugadores, los árbitros, los entrenadores y los espectadores. "Con las redes sociales es como si pusiéramos una lupa porque además todo el mundo se siente observado y evaluado", argumenta Fernando Gimeno Marco. Añade que desde los perfiles de las federaciones y los clubes la mayoría de manifestaciones que hay son de enorme rechazo respecto a los incidentes que se producen y subraya que las redes deben ser un aliado para prevenir este tipo de comportamientos. 

"Con las redes sociales es como si pusiéramos una lupa porque todo el mundo se siente observado y evaluado"

Los jóvenes toman de ejemplo a los padres y estos muchas veces se comportan de manera indebida tanto en las gradas como en el campo de fútbol. Por eso, el año pasado la Fundación Brafa lanzó una campaña de concienciación denunciando la presión que algunos progenitores ejercen sobre sus hijos. Un vídeo que pretende destapar a los hooligans en el deporte infantil y juvenil.

Los entrenadores desarrollan un papel importante en la educación deportiva de sus jugadores sobre todo en edades tan tempranas. "A los jóvenes no hay que decirles lo que tienen que pensar [sobre la violencia verbal] porque lo tienen muy claro. Tenemos jóvenes con unos conceptos y valores éticos que si no les obligas a pensar les permites decidir qué le ha parecido te van a decir que eso no está bien", razona el psicólogo Fernando Gimeno Marco.

Radares en los terrenos de juego

El Doctor en Psicopedagogía Alfredo Sáenz Ibáñez, que ocupa el cargo de director general en la compañía Gesto Deportivo, ve necesario adoptar ciertas medidas en aras de la deportividad en el deporte escolar: "En el fútbol base se adaptan los tiempos, los balones, los espacios, las porterías, en definitiva, todos los apartados logísticos. Y sin embargo, no se adapta el aspecto pedagógico, educativo o reeducativo. Solo se aplica la sanción", y añade que se debe actuar con mayor antelación para anticiparse a posibles incidentes. "Las federaciones deben contar con un sistema de evaluación que permita tener un ‘radar’ en los campos de fútbol del territorio para detectar qué clubes son los más y los menos deportivos", manifiesta.

"Las federaciones deben contar con un sistema de evaluación que permita tener un ‘radar’ en los campos de fútbol"

Con vistas a perseguir ese objetivo, Gesto Deportivo, empresa que trabaja de la mano de diferentes organismos en Castilla y León, Extremadura, Castilla la Mancha, Andalucía, Álava y Navarra con el objetivo de mejorar la calidad de la deportividad en el deporte escolar, ha desarrollado una herramienta para detectar el peligro de que sucedan altercados de esta índole. "La App 'Deportivity' permite recoger semanalmente todas las actitudes y conductas de deportividad y de no deportividad de cada uno de los agentes de cada club, es decir, de padres, madres, entrenadores, árbitros y jugadores", detalla Sáenz.

Cambio de cultura

En la aplicación 'Deportivity' son el propio árbitro, el entrenador local y el visitante quienes se encargan de valorar y puntuar el comportamiento y el 'fair play' de los diferentes actores que se reúnen en un encuentro. Los puntos de deportividad que gana cada equipo semanalmente se van acumulando, generando así una clasificación en la que, como reconocimiento, aparecen los cuatro mejor valorados. Dicho ránking, además de aparecer en internet, se reparte en los encuentros entre el público asistente en forma de 'flyers' para hacer partícipes a los padres y madres. "Estamos cambiando la cultura. No solamente competimos por ganar, sino que le damos importancia a aparecer en una clasificación de deportividad", subraya Sáenz.

Imagen de un taller sobre deportividad a jugadores de un equipo de Álava.

Imagen de un taller sobre deportividad a jugadores de un equipo de Álava. / Gesto Deportivo

Por otro lado, la recopilación de todos estos datos permite "detectar tendencias y observar equipos de riesgo en cuanto a la no deportividad", señala. Cuando se identifica algún conjunto que haya obtenido malas puntuaciones repetidamente, se ofrece la posibilidad de organizar talleres con profesionales en la materia para trabajar tanto con los padres y madres como con los jugadores. 

De esta manera, Gesto Deportivo pretende actuar con precisión en los grupos donde se perciban señales que indiquen que pueden darse casos de violencia verbal o, incluso, física. "Cuando una persona protagoniza un incidente de este tipo ha tenido que pasar antes por una serie de estadios que pudieron comenzar por levantar los brazos, después protestar, luego gritar, hasta que se llega a insultar. Por ello, esos pasos hay que identificarlos para poder actuar cuanto antes", defiende Alfredo Sáenz.

"El que comete una agresión tiene que tener una sanción ejemplarizante"

Mientras Alfredo Sáenz considera que son las federaciones territoriales las que deben aplicar las herramientas necesarias para atajar este problema, Lesma considera que son los clubes los que deben controlar a sus aficiones y exigir a los padres que acudan a los talleres que se imparten. "El que comete una agresión tiene que tener una sanción ejemplarizante, pero también debe haber una parte pedagógica, que para llevarla a cabo, necesitamos la ayuda de las instituciones y de los clubes. Así, cuando se convoque a un club para realizar un taller de este tipo, no pueden dedicar solo cinco minutos para hablar. No, se debe dedicar una tarde entera o lo que fuera necesario, porque esto es mucho más importante que un entrenamiento. Estamos hablando de la educación", sentencia Lesma.