ESPECTÁCULOS

Evil Eva, pionera del burlesque en España: "Nos ayuda a reconciliarnos con nosotras mismas, nuestros cuerpos y nuestra sensualidad"

Eva Guerrero, la persona tras el personaje, abandera con orgullo la categoría de pionera: fue la primera en montar una compañía de burlesque en España, la primera que comenzó a dar clases y la primera en crear una escuela especializada en este género en nuestro país

15 años después sigue llevando a los escenarios, a la hora del vermú dominical, lo que ella define como el "arte de la seducción y la insinuación"

Evil Eva durante uno de sus espectáculos.

Evil Eva durante uno de sus espectáculos. / Mathieu Thabault

Héctor González

Héctor González

"Festivo, jocoso, sin formalidad, que implica burla o chanza". Así define el diccionario de la Real Academia Española la palabra burlesco, que comparte raíz latina con burlesque. Nacido en el siglo XVI como un subgénero literario basado en la sátira y la ridiculización, el burlesque evolucionó hasta cambiar las páginas de los libros por las tablas de los escenarios. Hoy en día es un género teatral asociado al espectáculo de variedades que bebe del cabaret y el vodevil europeo. Para Evil Eva, una de las máximas exponentes y pioneras del resurgir del burlesque en España, se trata de la sublimación del arte de la seducción. Un juego de insinuación, erotismo y sensualidad que coquetea con muchas disciplinas, pero no se ata a ninguna. Es también una propuesta de complicidad entre el público y quien se expone en cuerpo y presencia. Pero, por encima de todo ello, es un divertimento, una humorada juguetona y provocativa con la que pasar un buen rato y desembarazarse por unos instantes de los corsés reales y figurados.

Eva Guerrero, la persona tras el personaje, es una malagueña de 44 años que llegó a Madrid a principios de siglo para estudiar arte dramático. Tras varios intectos infructuosos, recaló en la danza. Compaginando clases de teatro y baile durante años de estudio "sueltos y desordenados", en 2004 montó su primera escuela de danza árabe, 'La Luna Descalza'. Allí, por casualidad, como suceden las mejores cosas de la vida, el burlesque llegó a su vida. Una de sus alumnas, que viajaba mucho, había conocido de primera mano al resurgir del burlesque en Estados Unidos y otros países de Europa a finales de los 90. Empeñada en traer ese tipo de fiestas temáticas a España, su alumna le preguntó que si organizaría números para ella. A partir de ahí, una cosa llevó a la otra. Creó su primera compañía, 'El Harén del Infierno', con evidentes reminiscencias de la danza oriental, y empezó a incorporar clases de burlesque por "petición popular" de sus aprendices. En el 2009, todo ello cristalizó en el proyecto principal de su vida desde hace ya casi 15 años: 'Evil, evil Girrrls and The Malvados', la compañía de burlesque que fundó junto a su pareja, Astray, y algunas bailarinas de su escuela. Una escuela que, al mismo tiempo, dejó de centrarse en los bailes orientales y se convirtió en el primer centro de formación de burlesque de España.

Pregunta. Es usted pionera del burlesque en nuestro país.

Respuesta. Así es. Fui la primera persona que empezó a dar clases de burlesque en España y la primera escuela especializada que se creó es la mía. Además, también fui la primera en fundar una compañía de burlesque. Es cierto que, al mismo tiempo, surgió más gente haciendo un trabajo similar. En Barcelona, por ejemplo, aparació Dani Nel·lo con 'Taboo' [el primer show de burlesque de gran formato de España]. Aquí en Madrid estaba también Susana Guerrero, conocida entonces como Lady Dramakuin, que empezó también en esa época. Pero sí, creo que se puede decir que fui pionera en traer el burlesque a España. Antes ha habido otras cosas parecidas, pero tenían otros nombres y características.

P. ¿Qué diferencia al burlesque de lo que se hacía antes y de otros géneros similares, como el cabaret?

R. El burlesque pertenece al espectáculo de variedades, que en cada país se ha llamado de una manera y ha tenido unas determinadas características: en Alemania era el cabaret berlinés; en Francia, el café cantante, y aquí en España fueron el cuplé y la revista musical española. Todos ellos, al igual que el cabaret y el burlesque, parten del tronco común del vodevil euopeo. Siempre ha existido ese componente de provocación intrínseco. En el burlesque, no obstante, aparece el elmento del destape. Se trata, en esencia, de un striptease en el que priman la seducción y la insinuación sobre el desnudo en sí. Es un juego constante con el espectador, con los límites entre enseñar y no enseñar, y en el que importa más cómo te quitas la ropa que el hecho de hacerlo.

P. ¿Qué representa el burlesque para Eva Guerrero?

R. Yo siempre suelo definir el burlesque como el arte de la seducción, el arte de la insinuación. Lleva implícito un striptease, aunque nunca un desnudo integral. El burlesque es, además, un arte muy rico en el sentido de que pueden caber muchas disciplinas dentro de él. Cada uno puede enfocarlo desde el género artístico que mejor se le dé e incorporarlo a sus espectáculos, sea desde la música, el teatro, el humor o las artes circenses. Eso sí, siempre con ese toque de sensualidad y glamour, de la 'divinitud' del erotismo.

P. ¿Por qué ese nombre artístico? ¿Quién es Evil Eva?

R.  El nombre salió de un brainstorming que hicimos. A mí no me gusta ir de buena, la gente que va de buena me da miedo; tampoco soy una persona especialmente dulce, tengo mi mala hostia, y me gusta advertirlo por adelantado [se ríe]. Y de ahí, un poco por la broma, surgió Evil Eva. También quería hacer un juego con mi nombre real, ya que creo que el nombre artístico debe responder también a algo que tenga que ver contigo; además de la carga simbólica que acarrea el nombre de Eva. 

Evil Eva sola sobre el escenario.

Evil Eva sola sobre el escenario. / Mathieu Thabault

P. Toda esta mezcla de estilos, géneros y disciplinas, ¿cómo se traslada al escenario? ¿En qué consiste un show de burlesque?

R. Depende de como cada una lo quiera llevar. Una rutina habitual de burlesque dura entre 5 y 7 minutos como mucho, ya que tampoco puedes alargarte mucho. Ahora bien, en un espectáculo completo de burlesque se mezclan varios elementos, partes solo musicales, otras en las que la maestra de ceremonias interactúa con el público, momentos de baile, etc. El objetivo del número de burlesque es llegar a ese punto seductor y erótico, pero puedes hacerlo por caminos muy diversos. Por lo general, mis espectáculos están más centrados en la danza, ya que yo soy más bailarina, aunque no siempre. Hará cosa de un año hice un número en el que recitaba un poema, un tanguillo de Lola Flores que declamaba mientras me iba deshaciendo de la ropa. Hace años tenía un chicho en la compañía, Marc Nef, que ejercía de maestro de ceremonias y representaba sus propios números. Él era clown e incorporaba esta disciplina a sus rutinas. Actualmente, tengo dos tipos de espectáculos. Por un lado, está mi compañía fija de burlesque, 'Evil, evil Girrrls and The Malvados', compuesta por cuatro músicos, una cantante, la maestra de ceremonias, Karis-Màtika, y tres bailarinas. Y luego tengo otro proyecto, 'Evil Tesearama', que es un formato más estilo varietés en el que invitamos a gente de distintos ámbitos cada vez.

P. ¿En qué se inspira a la hora de crear un número?

R. La inspiración puede venir por muchos lados. Un personaje que quieras desarrollar, una determinada canción que te haya encantado y quieras representar o una tela que has descubierto y te inspira para dar forma a . Hay muchos estímulos que te pueden ayudar a crear un número y el vestuario. Todo ello siempre con una imagen común, una serie de elementos asociados al burlesque, como las plumas, la purpurina, las lentejuelas, el glamour, etc.

P. Teniendo en cuenta toda esta carga de simbolismo erótico, el desnudo y la seducción, ¿qué grado de acogida social tiene el burlesque?

R. La escena ha ido creciendo a lo largo del tiempo. Cuando empecé estábamos Susana y yo aquí en Madrid; en Barcelona estaba Evita Mansfield; en Vigo estaba Miss LaCé... Éramos cuatro gatos. En ese momento, el burlesque era el underground del underground. Nadie sabía en España qué era eso del burlesque. Cuando salió 'The Hole', que aunque no era un espectáculo de burlesque, sí que incluía algún número 'burlesquero', la gente fue conociendo un poquito más el género. Pero, realmente, cuando tú dices la palabra 'burlesque' en España, aún hoy en día, la gente en general suele pensar en la película de Christina Aguilera y Cher ('Burlesque', 2010). Yo adoro a esas dos mujeres, pero la película no tiene nada que ver con lo que realmente es el burlesque. Hay bastante desconocimiento sobre el género y, cuando sí se conoce, permanece en gran medida el estigma de ser un género menor y banal.

P. ¿No percibe que haya cambiado la percepción de este tipo de espectáculos con las transformaciones sociales de la última década?

R. Antes, por decirlo de alguna manera, sabíamos un poco dónde estaba el 'enemigo'. Tradicionalmente, los ambientes conservadores eran los que mostraban un mayor rechazo. Sin embargo, lo cierto es que ahora, prácticamente es al revés. Ahora, con el tema del feminismo mal entendido, se confunde el burlesque con la cosificación de la mujer. 

P. Se podría entender de esa forma...

R. Para mí es absolutamente lo contrario. Yo siempre he pensado, y cada vez lo tengo más claro, que la sexualidad y la sensualidad, nuestra parte más animal, es lo que siempre se ha querido controlar desde todos los lados. Se intenta entrar en nuestra vida privada, y en este caso también en la pública, para reprimir esa faceta de los seres humanos. Pero para mí, ese lado animal, bien entendido, es donde podemos sentirnos más libres. Al final, yo entiendo que el burlesque sirve para todas las personas. Principalmente mujeres, pero no solo, porque las mujeres siempre solemos tener una imagen muy crítica con nosotras mismas. Nos ponemos mucho peso sobre nosotras mismas, incluso sin que nadie nos lo imponga, y nos juzgamos constantemente. Por ello, creo que el burlesque nos ayuda a reconciliarnos con nosotras mismas y con nuestro cuerpo. Y a descubrir que la sensualidad y la atracción no tienen nada que ver con el cuerpo que tengas, sino que es una cuestión de actitud corporal y personal. Las mujeres tenemos mucho miedo a mostrar nuestra sensualidad y nuestro cuerpo, y esto nos libera, nos hace sentirnos mejor en nuestra piel, indistintamente de nuestra imagen.

Una actuación de las bailarinas de la compañía 'Evil, evil Girrrls and The Malvados'.

Una actuación de las bailarinas de la compañía 'Evil, evil Girrrls and The Malvados'. / Juan Carlos Rojas

P. ¿En sus espectáculos y en sus clases hay personas con cuerpos no normativos?

R. Las bailarinas que tengo ahora mismo en la compañía sí podrían considerarse más normativas, pero he tenido de todo. Realmente no me preocupo por ello. Ahora está muy en boga el meter gente de todo tipo, un poco forzadamente. Pero cuando no se llevaba, yo ya lo hacía. En mi compañía de danza oriental he tenido gente de todo tipo de complexión desde hace 20 años, cuando esto no se hablaba en demasía. Lo que me preocupaba era tener gente que bailara bien y con la que me llevara bien, básicamente. Dentro del burlesque hay de todo, de todas las edades y de todos los cuerpos. Por ejemplo, Dirty Martini es toda una 'señora bien apañada' y es maravillosa. Y sale con Dita Von Teese, que no puede encajar más en los cánones de 'perfección'. Yo misma he llegado a actuar embarazada hasta que estaba de casi 8 meses. En el burlesque, de hecho, lo que se reclama y reivindica es precisamente esa diversidad. Que todo el mundo, independientemente de su condición, puede ser sexy y transmitir seducción. Siempre y cuando la persona se lo crea. 

P. ¿Este espíritu de diversidad se refleja en las personas que se apuntan a sus clases?

R. En mis clases hay chicas desde jovencitas de 20 años hasta de 60. El target más habitual de clientela que tengo es gente un poco más madura, mujeres a partir de los 30 y pico o 40. Y son mujeres de todos los tipos. He tenido muchas que llegaban después de haber superado una enfermedad, como un cáncer, y venían con muchos complejos y sin sentirse bien a la hora de aceptar su nuevo cuerpo. A ellas, las clases de burlesque les han ayudado a sentirse sexys de nuevo. De hecho, a las clases se puede venir sin ningún condición física previa. No hace falta ni siquiera haber bailado antes ni nada. En definitiva, hay mujeres de todas las edades, todas las codiciones y todas las complexiones habidas y por haber. Y también chicos, claro.

Evil Eva y algunas de sus alumnas durante una clase de burlesque.

Evil Eva y algunas de sus alumnas durante una clase de burlesque. / Juan Carlos Rojas

P. ¿Cómo se elige el vestuario y qué papel juega en el burlesque?

R. Precisamente en burlesque, que consiste en un striptease en el que se juega, sobre todo, con la ropa, esta tiene una importancia fundamental. Digamos que es como el 50% de un número. Yo no considero que el vestuario lo sea todo, pero sí es cierto que hay que prestarle especial atención. Porque, además, dentro del vestuario están también los trucos efectistas que se emplean durante el show. Por ejemplo, un vestido largo y recargado que, de repente, le arrancas la parte de abajo y se convierte en un vestido corto e insinuante.  La creatividad a la hora de diseñar un número de burlesque reside en muchos aspectos, pero el vestuario es uno de los más importante. Cuando vas a crear un número de burlesque, tienes que pensar muy bien antes en la ropa, porque eso es con lo que vas a trabajar, lo que te vas a quitar y cómo lo vas a hacer. Es lo que te va a dar las herramientas para crear tu número. Se pueden comprar prendas ya hechas, pero generalmente, las personas que hacemos burlesque solemos diseñar nuestro propio vestuario. Quien sabe coser, lo cose; yo no sé, por lo que lo mando a hacer y luego le pongo la pedrería, porque si no es carísimo.

P. ¿Dónde se puede ver a Evil Eva y sus compañías de burlesque?

Nosotros actuamos todos los meses en la sala Moby Dick (cerca de la Castellana). Siempre a mediodía, en horario vermú. Antes los hacíamos nocturnos, pero en Madrid hay tantísima oferta de noche que resulta muy difícil competir. Además, tenemos el hándicap de que son shows que se ven sentados, lo que limita el aforo a la mitad y es más complicado que las salas lo acepten de noche. Por ello, a raíz de la pandemia empezamos con el horario vermú y nos está funcionando bastante bien. El próximo show que tenemos programado es el de Halloween, domingo 29 de octubre, en el que van a participar varias de mis alumnas y va a tener un poco más de cachondeo. En realidad, en mis espectáculos siempre hay cachondeo. Considero que el humor es un elemento fundamental y me gusta hacer mis espectáculos con el objetivo de que el público se divierta. Olvidarse de las miserias cotidinas y que la gente se vaya con una sonrisa en la cara. No tengo mayor pretensión de cambiar el mundo de ninguna manera; yo lo que quiero es que la gente se vaya habiendo pasado un buen rato.