Australia y la UE impulsan sus relaciones comerciales

Australia es el sexto país más grande del mundo. Con una población de 26,3 millones de habitantes y una extensión de 7,6 millones de kilómetros cuadrados, este país, bañado por los océanos Índico y Pacífico, acredita un modelo democrático estable en el que confluyen múltiples culturas. Su diversidad paisajística le confiere el enorme atractivo del contraste que marcan sus playas, sus desiertos, sus montañas y sus imponentes ciudades. Considerado un país de enorme prosperidad, Australia es la duodécima potencia económica del mundo y constituye un mercado rico en consumo.

Las predicciones del Fondo Monetario Internacional apuntan que su economía crecerá en 2023 un 1,6%. Australia es también el sexto país del mundo con mayor número de hogares con altos ingresos. Con un sistema legal y de gobierno transparente y fiable, es un país atractivo para hacer negocios que goza de una alta protección de los derechos de propiedad, bajos impuestos y un entorno regulatorio ágil y flexible. Con una ubicación geoestratégica única en el Indo-Pacífico, Australia destaca por ser una plataforma natural para la expansión comercial hacia los mercados asiáticos.

Cuenta con una extensa red de acuerdos regionales en esta zona del mundo y diversas empresas españolas se han posicionado ya en Asia utilizando Australia como base para su estrategia de crecimiento territorial. El comercio exterior representa un 40% del PIB de Australia, aunque el mercado digital y los servicios se están consolidando también como áreas importantes de crecimiento comercial. La inversión extranjera ha crecido en Australia un 7% anual durante la última década y se ha convertido en un factor fundamental del éxito económico del país. 

Alianza comercial

Australia y la Unión Europea están negociando un Acuerdo de Libre Comercio (TLC) con el que acercar aún más sus economías e incentivar la inversión en ambas direcciones. Aunque la Unión Europea ya es el tercer mayor socio comercial de bienes y servicios de Australia, un acuerdo ambicioso entre ambos territorios podría aumentar las exportaciones en más de un 30% en 2030, según los cálculos de las autoridades comunitarias.

La alianza supondría, entre otros aspectos, la eliminación y reducción de aranceles. Esto daría a las empresas europeas y españolas un mayor acceso al mercado australiano, algo de lo que ya disfrutan los muchos países que forman parte de la amplia red de acuerdos comerciales de Australia en todo el mundo.

El Tratado de Libre Comercio impulsaría el intercambio de servicios y las posibilidades de inversión gracias a la fuerte seguridad jurídica que ofrece el país y la reducción de barreras entre territorios. El pacto crearía más oportunidades para que las empresas europeas puedan competir por contratos en Australia a nivel nacional. Y se introducirían además nuevas reglas comerciales orientadas a reforzar áreas tan relevantes como el comercio electrónico.

Relación con España

El Tratado de Libre Comercio favorecería el fortalecimiento de la relación entre España y Australia. La inversión de nuestro país en la economía australiana superó en 2022 los 5.000 millones de dólares australianos (3.000 millones de euros). Una encuesta reciente de la Fundación Consejo España-Australia concluyó, de hecho, que "la mayoría de las empresas españolas que trabajan con Australia lo ven como un mercado rentable y con perspectivas positivas". De las empresas encuestadas, el 76% tenía una opinión positiva de la economía australiana y en torno al 70% de ellas planeaba aumentar su actividad en este país. 

Australianos indígenas

Es significativa la proliferación de empresas indígenas que contribuyen a impulsar la economía australiana y que también han desarrollado lazos comerciales con socios internacionales desde hace ya muchos años. Veinticuatro empresas autóctonas ya exportan bienes y servicios a mercados extranjeros y otras cincuenta compañías indígenas consideran esta exportación una vía óptima de crecimiento.

El Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio (DFAT) de Australia ha puesto en marcha la Agenda de Diplomacia Indígena, enmarcada en el compromiso del Gobierno australiano de trabajar en colaboración con estos australianos indígenas, para elevar las cuestiones indígenas a la estrategia exterior y de comercio. 

Transición energética

Australia ocupa, por otro lado, el sexto lugar en el índice de países por atractivo en energías renovables, según un estudio de Ernst & Young, en un ránking en el que España se sitúa en el octavo puesto y que corrobora la determinación de ambos países en su apuesta por un mercado más sostenible y respetuoso con el planeta. Australia cuenta con abundantes recursos solares y eólicos, lo que le ha permitido situarse a la cabeza en producción solar per cápita del mundo. Alrededor de un 30% de los hogares australianos se abastecen ya con energía fotovoltaica que recogen de sus propios paneles.

Entre los proyectos que están atrayendo ya inversiones por todo el mundo se encuentra el Australian Renewable Energy Hub (AREH), una iniciativa que combina la energía eólica y la solar con el objetivo de producir hidrógeno verde para su posterior exportación a otros países. En su compromiso por impulsar los objetivos climáticos y energéticos, el Gobierno de Australia ha tomado ya importantes medidas que se concretan en un ambicioso plan de reducción de las emisiones que alcanzaría el 43% en 2030 y que aspira a llegar a las cero emisiones en 2050. El Ejecutivo australiano ha anunciado una partida de 2.000 millones de dólares australianos (1.200 millones de euros) para financiación climática en el período 2021-2025 y ha lanzado un conjunto de ayudas para que la industria avance en el desarrollo de vehículos eléctricos, baterías y minerales críticos.

En abril de este mismo año se presentó la Estrategia Nacional para el Vehículo Eléctrico, que establece los estándares de eficiencia de combustible y que contribuirá a superar las barreras que existen para la adopción de este tipo de vehículos mediante la mejora de las infraestructuras de recarga. Al ser uno de los países más importantes en la producción de materias primas para las baterías, las autoridades australianas también están trabajando para desarrollar una estrategia nacional que recoja una regulación eficiente.

Australia fue pionera en exportar hidrógeno verde a Japón en 2022 y, a partir de ahí, su avance en el desarrollo de este tipo de energía continúa creciendo de forma exponencial. Con más de 100 proyectos de hidrógeno en proceso, el objetivo es ser capaz de abastecer a mercados de alta demanda en Asia como Japón, Singapur, India o Corea, y convertirse en una superpotencia en el campo de las energías renovables.

La agencia S&P Global Ratings ha confirmado de nuevo en 2023 la calificación crediticia AAA al país oceánico, convirtiéndolo en una de las nueve economías a las que las tres principales agencias de calificación crediticia otorgan la calificación AAA. Australia también es líder en materiales críticos, albergando las mayores reservas conocidas de zinc, níquel y tantalio del mundo, así como otros materiales como el litio (del que es el mayor productor mundial), el cobalto y las tierras raras.

Nuevas tecnologías

La tercera mayor contribución al PIB del país australiano viene del sector tecnológico, valorado en 167.000 millones de dólares australianos (101.942 millones de euros). La fortaleza de la economía australiana, impulsada precisamente por estos avances, la sitúa entre los diez primeros países en materia de innovación, según el Índice de Innovación Global. Las instituciones científicas australianas se ubican en el 1% superior del mundo en quince campos de investigación individual.

La ciencia espacial, la física, la informática y la medicina clínica son algunas de las áreas en las que el país cuenta con una mayor cualificación. Tanto consumidores como empresas han adoptado en Australia una actitud abierta que promueve la introducción en su sistema productivo de los nuevos servicios digitales que van desarrollándose. Entre las historias australianas de éxito figuran, entre otras, la aplicación de blockchain en las finanzas, la simulación inmersiva en educación, el uso de la robótica en los procedimientos médicos y la aplicación del Internet de las Cosas a la agricultura.

Además, Australia también es reconocida como líder mundial en investigación de computación cuántica basada en silicio. El sector financiero australiano incluye el quinto fondo de pensiones más grande del mundo. Las fintech son también un sector de crecimiento en el que Australia ocupa el segundo lugar entre los países asiáticos.