ENTREVISTA

Alberto Granados (Microsoft España): "En España vemos proyectos de inteligencia artificial que se pagan solos en seis meses"

La multinacional prepara la mayor inversión de su historia en el país, con la creación de dos regiones de datos en Madrid y Aragón para potenciar el negocio de la nube y la inteligencia artificial generativa. Una tecnología que asegura que ya está dando importantes beneficios económicos a las empresas que se atreven a adoptarla

El presidente de Microsoft España, Alberto Granados, en el Auditorio de Alicante.

El presidente de Microsoft España, Alberto Granados, en el Auditorio de Alicante. / Pilar Cortés

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PREGUNTA (P.) En febrero anunciaron una inversión histórica de 1.950 millones de euros en España. ¿A qué se va a destinar ese dinero?

RESPUESTA (R.) Sí, hemos anunciado que en el periodo 2024-2025 vamos a hacer una inversión que es la mayor que hemos hecho en 37 años en España, de unos 2.100 millones de dólares [1.950 millones de euros, al cambio actual]. Y, básicamente, se destinarán a toda la infraestructura de centros de datos para servir a las empresas españolas y, por supuesto, a la inteligencia artificial (IA). Una infraestructura que creemos necesaria porque estamos viendo un ratio de adopción de la inteligencia artificial enorme y pensamos que eso va a generar también enormes oportunidades de empleo en todo el ecosistema que la utiliza.  

P. Tienen prevista una región de datos en Madrid y otra en Aragón. ¿Serán las únicas inversiones de este tipo o buscan nuevos emplazamientos?

R. Bueno, España se ha convertido en uno de los pocos países a nivel mundial donde estamos haciendo inversiones en dos regiones de datos. Una que vamos a abrir de manera inminente, que es la del centro de España, en Madrid, que son tres centros de datos, y otra que es la región norte [Aragón], que tiene otros tres centros de datos y que va a dar cobertura no solo a España, sino también al sur de Europa. Nos estamos convirtiendo, por lo tanto, en un polo de atracción de inversión como país. Además, le recuerdo que también abrimos hace dos años el centro de innovación e inteligencia artificial en Barcelona, que prácticamente ha duplicado el número de investigadores. Si proyectamos desde el 2026 al 2030, hablamos de una contribución al PIB español de alrededor de unos 8.400 millones de dólares [7.800 millones de euros] y de una estimación, de acuerdo con el análisis que ha realizado la consultora a IDC, de alrededor de 69.000 empleos en España.

P. ¿A qué se refieren esas estimaciones? ¿Son empleos que crearía Microsoft?

R. Hablamos del conjunto del ecosistema que generamos a través de nuestra tecnología. Nosotros tenemos 12.000 partners en España, que son los responsables de implementar [la tecnología] en clientes y que a su vez también contratan gente… Hablo de todo el ecosistema completo, nosotros somos un catalizador. Yo creo que la inteligencia artificial y la digitalización, en general, pueden convertirnos en un país con una ventaja competitiva enorme. De hecho, ahora mismo, en Europa somos el cuarto país en adopción de inteligencia artificial generativa y hemos multiplicado por cinco la adopción en el último trimestre. Sin embargo, somos el número 14 en talento de IA generativa, de acuerdo con LinkedIn, así que imagínese la oportunidad que hay si ese talento se equipara a la posición que tenemos en adopción. Dicho de otra manera, existe demanda de IA, porque las empresas la están adoptando, pero todavía tenemos un gap en talento donde tenemos que trabajar.

P. Entiendo que si hacen esta inversión es porque también ven negocio aquí. ¿Qué peso tiene España en la facturación de Microsoft y cómo va el negocio?

R. Le puedo decir que los crecimientos son muy altos. Los datos que le he dado de que ocupamos la cuarta posición de Europa en adopción de IA generativa, y en particular de Azure AI -nuestra nube de inteligencia artificial-, y de multiplicar por cinco la adopción en el último trimestre son muy significativos de cómo vamos. Creo que España tiene una posición privilegiada porque, si lo piensa, contamos con una posición geoestratégica fantástica, un entorno de energía sostenible envidiable y una red de telecomunicaciones también fantástica. El otro día, José María Álvarez Pallete [presidente ejecutivo de Telefónica] hablaba de una metáfora que me encantó: es como si nos pillase la revolución industrial con todo el país lleno de redes de ferrocarril, porque tenemos una de las mejores redes de comunicaciones del mundo. Esos tres elementos hacen que, evidentemente, la inversión en España sea muy interesante.

P. ¿Hasta qué punto la inteligencia artificial va a transformar la economía? 

R. Le voy a dar dos aproximaciones. Una es más teórica, más de analista, y la otra es más pragmática, de lo que hemos aprendido en estos dos últimos años. Sobre la primera, en las últimas dos décadas la humanidad ha visto cómo el crecimiento de la productividad ha bajado de 2,5 a 2,1 puntos y ahora McKinsey habla de que la IA generativa puede incrementar 3,3 puntos esa productividad y, por lo tanto, revertir la tendencia. La oportunidad es enorme. Y ahora le doy la pragmática. En los últimos meses hemos ayudado a alrededor de 53.000 compañías a nivel mundial y en España estamos viendo que cerca del 40% de las empresas de más de 250 empleados ya están adoptando la IA generativa, y hemos hecho casos de uso y casos de retorno de inversión. Los datos nos arrojan un retorno de inversión no inferior al 260% y en muchos casos ya estamos viendo paybacks, el hecho de que el proyecto se pague por sí solo, en menos de seis o siete meses. Es decir, los números salen. El primer año fue el año en el que empezamos a hacer pruebas de concepto y sacamos un montón de proyectos interesantes. Este segundo año es el de afilar el lápiz y decir: "Ahora vamos a ver cuál es el modelo de negocio y cómo lo vamos a implantar".

P. Es una cifra de retorno muy elevada. 

R. Básicamente, las empresas están generando eso. Le hablo de casos, por ejemplo, donde están viendo que el hecho de implantar IA en un contact center puede generar que la gente sea muchísimo más productiva, porque puede atender a más llamadas y con mejor calidad. Es decir, no mire solo el ángulo económico, sino también mire el ángulo de calidad de servicio, que al final retribuye en el económico. Ahora mismo estamos ayudando a las empresas a saber cómo monetizar la IA generativa, cómo hacer que sea un proyecto de negocio y no un proyecto tecnológico, como lo fue en el primer año. Y estamos viendo ya ejemplos excelentes, como los que están haciendo CaixaBank, que ya está implementando IA generativa a escala, compañías como Repsol, implementándolo en exploración, y Telefónica, utilizándolo para la red. Hay ya un montón de ejemplos donde están viendo los beneficios que tiene la IA generativa.

"La digitalización nunca ha destruido empleo"

PREGUNTA (P.) Una de las cosas que más preocupan ahora mismo de la IA es el impacto que va a tener en el mercado laboral. ¿Va a destruir empleo?


RESPUESTA (R.) Definitivamente, no. De hecho, y lo digo como algo basado en la experiencia que estamos viendo a nivel mundial, es todo lo contrario. Las compañías que están adoptando la IA más rápidamente generan mejores resultados, liberan de tareas a sus empleados y permiten que esa asignación de esfuerzo pueda pasar a nuevos proyectos, para los que se suele necesitar más gente, con lo que acaban contratando más. 


P. Habla de las empresas que están adoptando ya la IA, pero yo le pregunto por el conjunto del mercado laboral. ¿No habrá recorte de empleos?


R. No. De hecho, esta no es la primera generación de IA. Ya vimos con el machine learning que determinados trabajadores se podían ver impactados y tampoco hubo destrucción de empleo porque se reubicaron en otras áreas. La digitalización, el ordenador, jamás ha provocado destrucción de empleo, pese a que se habló de que podía ocurrir. Todo lo contrario, ha generado probablemente la creación más rápida de empleo que se ha visto en la humanidad. Y esta IA en particular no está destinada a eso, no es el objetivo. El objetivo es ayudar a las personas, que tenga un impacto en el negocio y, por lo tanto, que ese círculo virtuoso genere aún más empleo. Creemos que es el momento de adoptar esta tecnología con velocidad, porque la clave que te va a diferenciar no es si aplicas inteligencia artificial o no, sino la velocidad a la que lo haces y también cómo lo haces.

P. ¿Qué aplicación es la que más le ha sorprendido hasta la fecha?

R. Probablemente una de las que más me toca la fibra es la que hicimos con la Comunidad de Madrid, con el Sermas [el Servicio Madrileño de Salud]. Específicamente en un departamento que se encarga de analizar enfermedades raras infantiles. El hecho de que un médico no sea capaz de detectar un determinado síntoma o una determinada enfermedad, o que pueda tardar años en hacerlo, puede suponer la diferencia entre que una vida continúe o no continúe. Hemos sido capaces de utilizar una solución de IA generativa que permite que el médico, cuando está analizando el caso de un paciente, el algoritmo -el copiloto-, sea capaz de decirle «analiza esto o haz este tipo de pruebas», y de esa manera acortar algo que se tardaba años en detectar a días. Es un caso donde ves realmente cómo nos va a cambiar la vida. 

P. ¿Y desde el punto de vista de negocio?

R. Hay múltiples ejemplos, pero creo que lo más interesante ha sido ver cómo, en las compañías donde el CEO se ha implicado y lo ha tomado como un caso de negocio y ha asumido el liderazgo, hay una adopción más rápida y un impacto mayor.

P. ¿Hasta dónde llega ya la capacidad de la inteligencia artificial? ¿Qué puede hacer y qué no?

R. Estamos lejos de llegar a un momento de inteligencia artificial general, hay todo tipo de discusiones acerca de ello y nuestra posición es que todavía nos queda bastante tiempo. 

En España ya vemos proyectos de inteligencia artificial que se pagan solos en seis meses

P. ¿A qué se refiere con inteligencia artificial general, a que supere la inteligencia humana?

R. A que tenga todo el raciocinio y el sentido común que puede tener el ser humano. Por el momento lo que estamos viendo es que es una inteligencia artificial que son meramente vectores semánticos, meramente cálculos matemáticos matriciales, con un montón de capacidad de proceso, algoritmos cada vez más sofisticados, pero sin duda no tiene propiedades humanas y no las va a tener. Ahora bien, sí va a darte cada vez más posibilidades. De hecho, en la primera generación hablamos de una inteligencia artificial que era capaz de generar texto e interpretarlo de forma cada vez más sofisticada. Cuanto más preciso seas en tus preguntas, más precisa será su respuesta. Pero lo más interesante ahora es que hablamos de la multimodalidad. Es decir, que sea capaz de analizar y generar imagen, voz, texto... Todas las combinaciones que quieras tener, con lo que las posibilidades ya son muchísimo mayores. 

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P. Sin embargo, usted suele repetir que la IA necesita un freno de mano humano. Explíquese.

R. En toda innovación siempre ha sido necesario un freno humano. En todas las casas tenemos un fusible, un interruptor que corta la luz. No sé si es necesario ya, pero siempre lo hemos tenido. Cuando el primer ascensor se anunció en la feria de Nueva York en 1850 y tantos, un tal Otis cortó el cable y el ascensor no se cayó encima de todos los asistentes, sino que se paró porque tenía un freno de seguridad. Es decir, pensamos que toda innovación tiene que tener siempre las características de seguridad necesarias y que siempre exista una regulación que controle cómo se está haciendo, que haya transparencia. Por ejemplo, que cuando yo genere un contenido con IA, que tenga una marca de agua para que se pueda saber que esa imagen o esa voz son artificiales. Eso previene fake news y, de hecho, hemos anunciado un acuerdo con la agencia Efe en este sentido. Es muy importante que todos lleguemos a un acuerdo en todo el ecosistema para regularlo, porque, si lo hacemos así, adoptaremos la tecnología muchísimo más deprisa porque tendremos más confianza. Nosotros ya lo estamos haciendo, desde 2017 tenemos una oficina de IA responsable.