TECNOLOGÍA

El interés de la defensa y el espacio por comunicarse por láser impulsa a las empresas del sector

La reactivación de esta tecnología impulsa empresas como Fyla, líder en creación de pulsos cortos y luz blanca

Pere Pérez, fundador y CEO de la empresa de dispositivos láser Fyla.

Pere Pérez, fundador y CEO de la empresa de dispositivos láser Fyla. / ‘activos’

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La saturación del espectro radioeléctrico y la creciente exigencia de extremar la seguridad por la incertidumbre geopolítica, con fuerte demanda de innovación tecnológica por parte del área de defensa, está reabriendo el interés por las comunicaciones basadas en láser y no en radiofrecuencia, con derivadas como el WiLight. 

"Hay un movimiento enorme", explica Pere Pérez, fundador y CEO de la empresa de dispositivos láser Fyla, entre cuyos clientes figuran el CERN, el MIT y las universidades de Stanford y Princeton. Cuando se utiliza luz en las comunicaciones, por su propia naturaleza, aumenta el ancho de banda. En recintos cerrados, se puede apostar ya por fuentes de luz blanca convencionales, como los halógenos, para portar las comunicaciones. Pero si el rango de distancia es mayor no sirven, hay que recurrir al láser.

El principal tractor de las comunicaciones ópticas hoy son las agencias espaciales. La irrupción de las megaconstelaciones de satélites de baja órbita, como Starlink, OneWeb y Kuiper, ha acelerado el ritmo de la innovación. 

En el marco del Perte Chip, Fyla colabora en el proyecto Enlace con el Instituto de Astrofísica de Canarias, las universidades Politécnica de Valencia y Carlos III de Madrid y empresas del sector como Peta Optik, encargada de diseñar el transmisor y las comunicaciones ópticas del sistema. Ya se han realizado las primeras pruebas.

Tibieza en España

En España los movimientos son aún tibios. Telefónica e Indra impulsan proyectos de innovación solo en calidad de supervisores, y Cellnex Telecom es la mejor posicionada para reactivar los ensayos que ha realizado en localidades como Barcelona. En el mundo brillan ya empresas como Transcelestial (Singapur), Mynaric y Tesat-Spacecom, filial de Airbus Defense (Alemania) y Cailabs (Francia).

Junto a los satélites, el sector de las aplicaciones para defensa vive estos días un estallido sin precedentes en décadas y las comunicaciones por láser se están posicionando como una de las tendencias claves a seguir. La línea de transmisión entre un puesto de emisión y un avión resulta materialmente imposible de interferir. Habría que encontrar un hilo de información de apenas un nanómetro de diámetro en movimiento. 

Además, la tecnología todavía no tiene estándares, lo cual deja "superinteresantes" puertas abiertas. "En principio, la idea es modular de manera digital, pero está por decidir", añade el CEO de Fyla, con respaldo inversor de Bullnet Capital y Jeanologia.

Eso juega a favor de la empresa valenciana, porque su principal aportación consiste en lanzar "pulsos ya generados en una frecuencia de repetición muy alta". Cada pulso (el flash de una cámara sería una analogía) se correspondería con un bit de información. Fyla sabe cómo producirlos con alta intensidad para evitar efectos atmosféricos de atenuación (la humedad afecta a la luz), que es una de las desventajas que tiene la comunicación láser. 

No solo eso, Fyla fue finalista de los prestigiosos Prisma Awards 2022 de la Photonics West al conseguir los pulsos más cortos del mercado a nivel mundial: 15 femtosegundos (10 elevado a -15 segundos). En ese casi imposible espacio de tiempo, la luz llega a efectuar unos pocos ciclos de vibración y así cambia la naturaleza de los procesos de interacción luz-material.

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Fyla es especialista también en el diseño de fibras cristal fotónico. Gracias a ello consigue generar láser de luz blanca, su otra gran aportación al cambio de paradigma tecnológico. El láser clásico emite de forma monocromática, de modo que solo puede realizar un determinado tipo de tareas. La luz blanca comprende todo el espectro, un solo emisor puede cubrir todas las necesidades posibles.

En el caso de la búsqueda de planetas o aplicaciones que tienen que ver con astrofísica, por ejemplo, funciona "como un peine de frecuencias ópticas y sirve por ello de referencia absoluta para imágenes que nos lleguen de cualquier tipo", evitando el efecto Doppler del espacio, explica Pérez.