RESULTADOS BANCARIOS

Los bancos del Ibex pagan 12.552 millones en impuestos en 2023

Las seis entidades que cotizan en el principal selectivo español abonan 11.432 millones por el impuesto de Sociedades a nivel consolidado y 1.120 millones por el gravamen especial a la banca

Gran banca Ibex.

Gran banca Ibex.

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Los seis grandes bancos del Ibex han pagado 12.552 millones en impuestos en 2023 al abonar el impuesto de sociedades y el gravamen extraordinario a la banca que se liquida en los tres primeros meses del año con cargo al año anterior y por el que ya pagaron 1.120 millones. Las entidades se han visto sometidas a una fiscalidad especial que el Gobierno justificó en el aumento de los beneficios del sector debido a la subida de tipos del Banco Central Europeo. Los bancos cotizados destinaron 11.432 millones al pago de Sociedades a nivel consolidado el pasado año, un 17,4%% más de lo que abonaron en 2022, cuando pagaron en conjunto 9.736 millones de euros, aunque hay que tener en cuenta que Unicaja estaba encuadrada en el mercado continuo. En principio el impuesto extraordinario se aprobó para dos ejercicios, pero el Ejecutivo lo ha prolongado también a 2024. Las previsiones del sector financiero indican que estas empresas tendrán que abonar este ejercicio hasta 1.493,5 millones por las ganancias 'extra' del pasado año, lo que supondría un 30% más.

Entre la gran banca, CaixaBank es la que prevé que abonará una cantidad mayor de este impuesto en 2024. La entidad cree que pagará hasta 500 millones. El Banco Santander cree que tendrá que pagar hasta 338,5 millones, mientras que Sabadell esperan tener que abonar 190 y Bankinter estima que pagará entre 90 y 100 millones. Estimaciones del mercado indican que Unicaja puede llegar a pagar entre 90 y 100 millones. Además de este impuesto especial, la subida de tipos y la reactivación de la actividad bancaria han impulsado los beneficios del sector y también los impuestos que pagan las entidades. "El pago de estos impuestos, además otros tributos soportados, sitúa a los bancos españoles a la cabeza de Europa en su contribución a las arcas públicas. Tanto España como en los países en los que opera, la banca es uno de los sectores que más aporta para mantener el Estado del Bienestar", señala José Luis Martínez, portavoz de la Asociación Española de la Banca.

El incremento de los beneficios bancarios (los bancos cotizados ganaron 26.336 millones de euros, un 26,32% más respecto a 2022) se produce en un contexto de elevado ruido político ante las críticas de los sectores más radicales del Gobierno, que critican lo que consideran un exceso de ganancias. Ione Belarra, secretaria general de Podemos, formación que ya no forma parte del Gobierno aunque sí tuvo ministros la pasada legislatura, ha avanzado que su partido trasladará al ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, una propuesta para reforzar el impuesto extraordinario sobre la banca, de manera que se recaude el 50% del beneficio de cada entidad en los próximos seis años.

Las entidades llevan el impuesto a la Justicia

Este impuesto fue diseñado por el Gobierno de Pedro Sánchez en julio de 2022 con el objetivo de gravar los beneficios extraordinarios que ha registrado la banca como consecuencia de la subida de tipos. El sector financiero nunca ha compartido esta visión y señala que el margen de intereses no ha crecido en la misma medida que los beneficios, por lo que han recurrido este impuesto en los tribunales. "Creemos que mantener este tipo de fiscalidad especial para la banca es contraproducente, tanto para la economía española como para la banca. Y un sector financiero sólido es fundamental para impulsar el crecimiento y la competitividad de la economía", explica José Luis Martínez, el portavoz de la Asociación Española de la Banca. El incremento de los tipos de interés ha contribuido al avance de los beneficios de la banca, pero los expertos apuntan a que su rentabilidad no cubre el coste de capital del sector. "La rentabilidad de los bancos españoles está todavía por debajo de la obtenida por buena parte de sus pares en Europa", indica Martínez.

El gravamen extraordinario se paga en dos partes: una primera a cuenta, en febrero, y una segunda en septiembre. Cada uno de estos pagos se realiza por la mitad del desembolso completo estimado. Por lo tanto, se realiza un adelanto que puede revisarse más tarde, una vez que las compañías aprueben sus cuentas definitivas. Hasta entonces, todavía se pueden llevar a cabo ajustes o revisiones.

Aunque este gravamen extraordinario se implantó con un carácter temporal de dos años, para 2023 y 2024 (recaudando sobre los resultados de 2022 y 2023, respectivamente), la intención del Gobierno es volverlo permanente. En una entrevista con el grupo Prensa Ibérica la pasada semana, el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido que el gravamen a la banca no ha impedido al sector alcanzar beneficios récord.

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Cuerpo se ha reunido con diversas entidades tras su toma de posesión y algunas de ellas le han trasladado la petición de que el impuesto se modifique para reducir lo que considera un "carácter discriminatorio". La configuración actual deja fuera a entidades que ingresan menos de 800 millones de euros por margen de intereses y comisiones netas, lo que favorecería a la banca extranjera que opera en España, según han denunciado entidades como Bankinter, Banco Santander o CaixaBank.

El Ministerio de Hacienda calcula que recaudará unos 3.000 millones de euros gracias a los impuestos extraordinarios a banca y energéticas. Se trata de cálculos provisionales. En el caso de la banca, es probable que este gravamen se incremente, pero en el sector energético es probable que la caída de los beneficios en el sector aminore la cantidad recauda con la fiscalidad especial. La recaudación del impuesto el año pasado por parte de la banca fue de 1.263 millones de euros, menos de la mitad de los 2.900 millones de euros que se recaudaron junto con el impuesto a las energéticas.