SECTOR PRIMARIO

El reto imposible de que los jóvenes se incorporen al campo

Los altos costes de la tierra y la maquinaria, la falta de servicios en los pueblos y la mala imagen de la profesión alejan de la agricultura y la ganadería a las nuevas generaciones

Un mejor tratamiento del suelo favorece a la agricultura ecológica

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Los agricultores de toda Europa se movilizan con el objetivo de visibilizar los problemas que acechan al sector primario. Entre los más acuciantes, los bajos precios a los que están sometidos y la excesiva burocracia que soportan. En el caso de España, las principales organizaciones se movilizarán en estos días con el objetivo de asegurar su futuro. Pero el porvenir de esta profesión se presenta muy negro por la falta un relevo generacional en el campo. Tan solo el 0,23% de la tierra en España está gestionada por menores de 25 años. Los menores de 35 años que se dedican profesionalmente al campo no llegan al 5%, según un estudio del Ministerio de Agricultura (MAPA). "Realmente tienes que empeñarte mucho para dedicarte al campo siendo joven. Los costes de los materiales son altísimos, un tractor cuesta 200.000 euros", asegura el agricultor turolense Marcos Garcés, de 36 años. Los altos costes de la tierra y la maquinaria, la falta de servicios en los pueblos y la mala imagen de la profesión son algunos de los principales motivos que alejan a las nuevas generaciones del sector primario.

Los jóvenes agricultores llevan tiempo denunciado las barreras para que las nuevas generaciones trabajen el medio rural. La presidenta del Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores (CEJA), Diana Lenzi, ha defendido que la Política Agraria Común "no ofrece nada nuevo" y "no ha conseguido fomentar el relevo generacional". En la Unión Europea, tan solo un 10% de los profesionales de la agricultura tienen menos de 44 años. En este punto coincide Marcos Garcés, que asegura que las políticas agrarias actuales no incentivan la incorporación de los más jóvenes. "Aquellos que llevan 20 años dedicándose campo reciben más ayudas que los que llevábamos menos tiempo con base en los derechos históricos con los que se organiza la Política Agraria Común (PAC)", explica. El 91% de las subvenciones directas de la PAC las perciben personas de más de 40 años, y el 38,14% tienen más de 65, según el Ministerio de Agricultura.

Este patrón también se repite en la ganadería, hasta el 56% de los ganaderos están ya o entrarán en edad de jubilación en la década actual, lo que supondrá la retirada en masa de la generación del "baby boom", según un análisis realizado recientemente por el departamento de ganadería de la asociación COAG a partir del censo agrario. Por ello, Luis Pérez, coordinador de Juventudes Agrarias de COAG, solicitó el pasado octubre "poner la alfombra roja" a los jóvenes que se incorporen al sector, puesto que se necesitan 200.000 de ellos para que se produzca el ansiado relevo generacional.

Pero no es fácil atraer a los jóvenes a un sector como el primario. "Es un oficio duro y cada vez está más rodeado de burocracia y exigencias regulatorias", asegura Juan Valero de Palma, secretario general de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España. "Normalmente, se hereda de padres a hijos, pero ya hay muchos padres que aconsejan a sus hijos que busquen su porvenir lejos de la agricultura", explica el Valero de Palma.

Coste de la tierra y falta de servicios

Marcos Garcés también apunta a los altos costes del terreno agrícola y la creciente especulación con ellos como parte del problema del acceso a la tierra. "Si no vienes de familia de agricultores y heredas un terreno es prácticamente imposible que puedas dedicarte al campo. Los terrenos cada vez son más caros. Alguien que empiece de cero tendría que realizar una inversión de dos o tres millones de euros", explica.

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Esta situación lleva a que los únicos que tengan posibilidades de dedicarse al campo, si se atreven, sean los hijos de los agricultores. "Son necesarias políticas adaptadas a los jóvenes para llevarlas al sector primario. Igual no todos necesitan lo mismo. Algunos tendrán problema para instalarse en las zonas rurales y adquirir una vivienda, otros necesitarán cierta formación empresarial...no hay una única solución", asegura.

La falta de servicios y el abandono del medio rural, algo ya denunciado en numerosas ocasiones por parte de colectivos de la España vaciada, también juegan en contra de la incorporación de los jóvenes al campo. "Mis hijos disponen de menos servicios educativos en la zona en la que resido, por ejemplo. Tendré que gastar dinero y gasolina para llevarlos al colegio", indica Garcés.