EMPLEO

Stellantis Vigo plantea un ERE voluntario para 60 empleados de administración y 30 operarios

La planta asegura que hay duplicidades y necesita aligerar costes por la transición al vehículo eléctrico y la competencia china

La factoría de Stellantis Vigo, que alcanzó los 531.000 vehículos producidos.

La factoría de Stellantis Vigo, que alcanzó los 531.000 vehículos producidos. / STELLANTIS

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El patrón de Stellantis volvió a señalar este viernes a la producción de China como el principal competidor. “Estaremos listos para la lucha, pero será un audra lucha”, señaló Carlos Tavares durante una rueda de prensa telemática, que condiciona el éxito de los modelos eléctricos fabricados en Europa a que sean aptos para el bolsillo de la mayoría de consumidores. Algo que sí están consiguiendo las marcas del gigante asiático. De ahí que Tavares priorice la reducción de los costes de producción como paso previo al abaratamiento de los automóviles. “Si no protegemos la rentabilidad de las empresas que desarrollan vehículos más eficientes –afirmó–, no se puede conseguir que sean asequibles para el cliente”.

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Esa fue también una de las razones que los responsables de la planta del grupo en Vigo dieron este viernes al comité de empresa para arrancar las negociaciones de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Stellantis quiere prescindir de 90 trabajadores en Balaídos. Son 60 de puestos administrativos y cuadro de mando que, según trasladó la compañía a los sindicatos, estén duplicados después de la fusión de FCA y PSA que dio lugar al nuevo grupo a principios de 2021. Otros 30 son operarios de producción que por su situación tengan dificultades para desempeñar el puesto de trabajo. Las salidas serían voluntarias, por decisión de Stellantis y de los propios afectados entre los 5.002 empleados indefinidos. Los alrededor de 1.500 temporales quedan al margen.

Además de los efectos de la fuerte expansión de la producción china en el sector, Stellantis reiteró al comité de empresa en la necesidad de rebajar los costes estructurales “para consolidar la transición del vehículo de combustión al eléctrico”. Sostiene que es imprescindible aligerar un 40% la factura de sacar un coche a la calle para alcanzar niveles similares de rentabilidad. Además, la compañía apunta a los problemas en las cadenas de suministro por las tensiones geopolíticas. Los sindicatos aseguran que, de momento, no están notando falta de componentes por la crisis en el mar Rojo. La próxima reunión se celebrará el jueves.

Tavares insiste: sin ayuda pública no habrá nuevos proyectos

Stellantis insiste en condicionar nuevas inversiones en España para la producción de vehículos eléctricos a lograr un acuerdo con el Gobierno sobre subvenciones. Ejecutar esas nuevas inversiones, que incluyen una gigafactoría de baterías para coches eléctricos en la planta de Figueruelas (Zaragoza) “es la intención” de la empresa, pero “si acordamos los subsidios adecuados con el Gobierno español”, señaló el consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, en una rueda de prensa telemática. Las inversiones supondrían “un cambio muy significativo en términos de tecnología, por lo que es normal que recibamos alguna contribución”, justificó.

“Si no obtenemos contribuciones de los gobiernos, podemos poner las compañías en peligro”, advirtió el ejecutivo, quien precisó que las conversaciones del grupo con el Gobierno español “continúan”. Para la planta de Vigo está también pendiente la concesión de ayudas para implantar la nueva plataforma para la producción de la gama de eléctricos. Tavares también dijo confiar en que los problemas de la cadena de suministro internacional por los ataques a navíos comerciales en el mar Rojo no afectarán al sector automovilístico, aunque advirtió de que eso dependerá “de la duración del problema”.