Entrevista al CEO

Emili Rousaud (FactorEnergia): "Iberdrola, Endesa y Naturgy dominan el mercado, pero no pueden competir en precios"

Rousaud es CEO y cofundador de FactorEnergia y de CreaEnergia. Licenciado en Ciencias Empresariales y máster en Dirección de Empresas y en Gestión Tributaria por Esade. Fue director financiero del grupo Bates y profesor en la UPF desde 1993 hasta 2010. También vocal de la junta directiva del FC Barcelona y su vicepresidente institucional. Se presentó a la presidencia del club en 2021. Es vicepresidente de Pimec.

Emili Rousaud, Fundador y CEO de FactorEnergia

Emili Rousaud, Fundador y CEO de FactorEnergia / JORDI OTIX

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-¿Cómo nace FactorEnergia?

-Siempre he tenido la inquietud de ser empresario. Mi tía abuela por parte de padre era una emprendedora nata. Montó un taller de costura y abrió una tienda en Barcelona y otra en Madrid. Mi padre también hizo sus pinitos. Y llegó un punto en que yo tuve la sensación de que había llegado al tope en el ámbito financiero, que ya no iba a aprender más. Entonces mi hermano me presentó a un prejubilado de Endesa que me explicó que estaba a punto de liberalizarse el mercado eléctrico y vi una oportunidad. Para cumplir los requisitos del Gobierno teníamos que ser una empresa constituida en España, tener un capital mínimo y acreditar experiencia. Esto último era un problema. Había que hacer que alguna empresa del sector de la distribución eléctrica dijera que nos asesoraba. Una local, del Ayuntamiento de Montoliu (Lleida), lo hizo. Fuimos al ministerio y obtuvimos la licencia. Pero entonces había que buscar la inversión. Hubo dos empresas interesadas: la belga Engie Electrabel y la constructora catalana Copcisa. En aquel momento necesitábamos 200 millones de pesetas. Creé un plan de negocio, sin saber los márgenes que obtendríamos, y Copcisa aceptó. Ellos ponían 10 pesetas por cada una que nosotros aportábamos. Pusimos en marcha la empresa y en el año 2000 tuvimos nuestro primer cliente.

-Entonces, todo fue rodado.

No todo. El propietario de Copcisa, Benet Carbonell, estaba muy preocupado por su capital. Para tranquilizarlo, le aseguré que me bajaría el sueldo a la mitad hasta que la empresa ganara dinero. Fue uno de los puntos claves. También me dijo que aportaría los 200 millones, pero, si en el futuro la empresa perdía dinero, la diluiría. Por eso siempre me he preocupado por que la empresa fuera rentable y no dependiera de terceros. Así, comenzamos en 2001 siendo seis trabajadores y ahora somos más de 300.

-¿Qué más han hecho en todo estos años?

Nos hemos internacionalizado. Tenemos 14 oficinas en España y luego saltamos a México, Portugal, Bulgaria y Chile. Ahora estamos estudiando hacia dónde dirigirnos.

Nunca pensé que nos haríamos tan grandes. En 2022 facturamos casi 1.000 millones de euros

-¿La estructura sigue siendo la misma que en el inicio?

No. En 2008, Copcisa sufrió mucho la crisis y desinvirtió en todo lo que no estuviera relacionado con la construcción. En 2010 entró un fondo que se llama JZ International y mi hermano aprovechó la coyuntura para dejar la compañía. En 2017 entró otro fondo de pensiones, de Ontayo (Canadá). El canadiense tiene ahora el 50%; JZ International, el 25%, y yo, otro 25%. 

-¿A qué velocidad han crecido?

A partir de 2007 empezamos a tener beneficios. Entonces no pensé que nos haríamos tan grandes. El año pasado facturamos casi 1.000 millones de euros.

-¿Cómo se sitúa la compañía en estos momentos en el mercado?

Somos una empresa centrada en dar un buen servicio y un precio muy competitivo. Hemos superado ya los 250.000 suministros, sumando gas, electricidad y representación. El objetivo es seguir creciendo. Es evidente que la compañía es un éxito porque tenemos clientes muy fieles. Tienen una gran confianza en nosotros y, a la vez, somos muy reconocidos en el mercado.

-¿Contra quién juegan?

Hay tres compañías dominantes: Iberdrola, Endesa y Naturgy. Además, ha habido una gran diversificación por parte de las petroleras, de forma que Repsol y Galp han entrado también a comercializar con la electricidad. Y hay otras, como FactorEnergia, que compiten siendo mucho más pequeñas. Nuestra ambición fundacional fue la lucha contra el cambio climático, algo que nos ha ayudado mucho a crecer. Al principio no se valoraba el hecho de que subministráramos energía verde, pero actualmente ya tiene un gran peso. Nuestro cliente le da valor. Y es certificada. Por todo ello estamos en un momento muy interesante. Creamos hace dos años una filial dedicada a la generación renovable. Y estamos impulsando la transición energética. 

-¿Cuál cree que es la clave de este éxito del que habla?

La clave es ser el primero.

-¿Ser el primero en qué?

En crear una energética independiente en España. Cuando se liberalizó el mercado, todas las grandes obtuvieron automáticamente las licencias. Nosotros somos el primer proyecto empresarial que se crea desde cero, pide una licencia y la obtiene. El día en que presentamos todos los papeles en el ministerio, el secretario de Industria del momento, Enrique Vicent, quiso hablar conmigo. "Esto no está pensado para ustedes", me dijo. Yo le contesté que había leído la normativa y que creía que la cumplíamos.

-Volviendo a la actualidad: estamos en un momento de crisis energética…

Que se ha aplacado mucho. En 2021 las pasamos canutas. Tuvimos pérdidas. Facturamos casi 700 millones de euros y perdimos casi tres millones. Desde que fuimos rentables, en 2007, hasta ese año, no habíamos tenido pérdidas. Y la mitad de ellas venían porque queríamos salir a bolsa y nos gastamos una pasta en asesores, abogados, big four… Si lo llego a saber…

-Si lo llega a saber, como dice, ¿habría descartado la salida?

Eso no lo descartaremos nunca. Pero nuestra aspiración ahora es consolidar nuestra posición en España. Es muy difícil llegar a ser más grandes que las grandes. La mayoría de ellas son empresas centenarias, que vienen de un momento en que no había mercado libre, de un oligopolio.

"En 2021, vendíamos por debajo del precio de mercado y tuvimos pérdidas. Hemos actualizado los precios"

-En 2022 no solo superaron las pérdidas, sino que hicieron récord de facturación.

Sí. Porque crecimos mucho en cuota de clientes. En 2021 vendíamos por debajo del precio de mercado, pero teníamos que respetar los contratos que ya había firmados. Conforme estos se fueron acabando, fuimos actualizando los precios. Aun así, fuimos capaces de ofrecer precios mejores que la competencia y crecimos en cuota de clientes. Tenemos acuerdos muy favorables de compra a precio fijo con productores independientes de energía renovable.

-¿Cuánta energía renovable compran y cuánta producen?

El 40% la compramos a productores a precio fijo y el 60% la compramos en el mercado o la importamos de Francia.

-¿Diría que FactorEnergia es la operadora que trabaja con la energía más limpia?

Depende de cómo se defina limpia. Nosotros acreditamos la energía renovable con la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), que es la garantía más clara. Pero no hay un estándar claro. Plantar árboles no siempre es compensatorio.

-¿Qué porcentaje suministran? 

No puede ser toda. En determinados momentos no tenemos suficientes certificados de origen renovable. Tenemos que buscarlos. Actualmente tenemos medio millón de kilovatios 100% verdes. Cuando suministramos más, tenemos que llegar a acuerdos con productores. En estos momentos podríamos estar hablando del 75% del suministro renovable.

-Asegura que lo hacen con un precio más bajo que la competencia. ¿Cómo lo consiguen?

Lo podemos hacer porque somos pequeños. Si una grande quiere ofrecer un mejor precio que nosotros, tiene un problema: sus millones de clientes. Si tiene 7, 8 o 9 millones de clientes y baja el precio, su margen se reduce mucho. Si nosotros lo hacemos con nuestros 250.000, no tanto. El motivo por el que puedo ofrecer el mejor precio es que el mercado está dominado por empresas grandes que no pueden bajar tanto sus precios.

-¿Hacia dónde va el modelo energético en España?

Hay una gran oportunidad para hacer que España se convierta en líder energético, con energía muy económica. Esto, hace 20 años, era impensable. Aquí no tenemos recursos energéticos convencionales: no tenemos petróleo y el carbón español cuesta el doble de extraer que el del centro de Europa y da la mitad de rendimiento térmico. Pero tenemos el recurso renovable. Desde aquí se tiene que luchar contra el cambio climático que afectará muy especialmente a todos los países del Mediterráneo. Si nosotros mismos no nos comprometemos, nadie lo va a hacer. Nos hemos convertido en una empresa muy comprometida con la transición energética y nuestro futuro estará muy vinculado a ella. Ahora mismo, gracias a la inversión que se ha realizado en energía solar en España, ha habido un cambio de paradigma: la energía es más barata de día que de noche. Hay que saber aprovechar esta oportunidad.

-¿Qué opina sobre el impuesto a las eléctricas? ¿Está justificado? 

A nosotros no nos ha afectado demasiado. Pero es verdad que en este país es muy fácil poner impuestos y muy difícil sacarlos. Tenemos mucha presión fiscal, en general. Creo que es positivo que se paguen impuestos. En los países en los que no hay, no hay cohesión social, acaban por no funcionar. Hablo de América Latina, por ejemplo. Pero tiene que haber una cierta equidad. En el caso de las eléctricas, el precio se disparó a niveles exacerbados. Por una parte, tienes a Naturgy, que tiene el gas con contrato fijo. Lo compra al precio de siempre, pero no lo vende al mismo, porque el gas mundial vale cuatro veces más. Si produces la energía con gas, es verdad que se ha disparado mucho. Pero las energías solar, eólica, hidráulica o nuclear no valen tanto. Las compañías que la producen con estas fuentes están ingresando por un precio elevadísimo y les está costando lo mismo que antes de la crisis. Es cierto, a estas empresas se les han disparado los ingresos. Pero cuando la situación de precios se normaliza, ¿qué sentido tiene mantener el impuesto?

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-Para cerrar la entrevista, ¿echa de menos el Barça?

No. Todo en la vida tiene su momento. Disfruté mucho en los años en los que estuve, hasta dimitir en 2020. La etapa final se torció mucho, pero el inicio fue fantástico. Estaría encantado de ayudar al FC Barcelona, pero ahora el equipo tiene lo que el socio eligió. Entendieron que era Joan Laporta quien lo tenía que pilotar. Me parece que se han tomado decisiones arriesgadas, pero confío en que todo se acabe reordenando. Formar parte del FC Barcelona implicaba muchos sacrificios, era un trabajo no remunerado. Yo no le saqué nada en especial, más que disfrutarlo como futbolero que soy.

"CreaEnergia no es para quien le guste el papel"

-Hábleme sobre su nueva apuesta, CreaEnergia.

Estaba en París en el puente de diciembre de 2022. Leí en los periódicos digitales españoles sobre el ChatGPT y pensé que sería un cambio de paradigma, que la inteligencia artificial se abría para todos, más allá de las empresas de los estadios más altos del Ibex35. Teníamos que meternos de lleno. Así nació CreaEnergia. Buscamos a recién licenciados en informática que les atrajera trabajar en ello y que tuvieran muy buen expediente académico, y comenzáramos a contratar a gente. Nuestro sistema consiguió hablar. Pero le pusieron una voz neutra. Hicimos un brainstorming y propusieron utilizar la de Jordi Pujol [expresidente de la Generalitat de Catalunya] o la del rey emérito. Queríamos que fuera una empresa con las tarifas muy baratas, con muy poca estructura, enteramente digital, transparente y muy sostenible. Buscábamos hacer una empresa de producto low cost. FactorEnergia está muy enfocada a pymes e industrias, además de servicios, y Crea es para las familias. Y entonces se propuso utilizar la voz de Belén Esteban, porque es una persona que se identifica con el concepto de transparencia. La inteligencia artificial tiene la gracia de que puede resolver rápidamente consultas muy recurrentes y con poco valor añadido, como pedir la última factura. Si una familia quiere la factura en papel, su empresa no puede ser CreaEnergia.


-¿Cuál es la situación de Crea en estos momentos?

Está naciendo. Es un proyecto nuevo. Cogerá empuje con los años. De momento, sigue siendo muy pequeña. Somos ocho personas en el equipo.