Mujeres en lo más alto del podio económico

Educación y legislación. Sin ellas, el papel de la mujer en el mundo de la empresa y la economía no alcanzará la paridad con el hombre. Son las recetas de Núria Rodríguez-Planas 

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Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional

Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional / 'activos'

Núria Rodríguez-Planas es una de las economistas españolas más prestigiosas. La mayor parte de su carrera la ha realizado en Estados Unidos, donde empezó a trabajar para el consejo de Gobierno de la Reserva Federal, el banco central de aquel país. ‘activos’ tuvo la oportunidad de entrevistarla con motivo de haber obtenido una ayuda económica del Consejo Europeo de Investigación de 2,49 millones de euros para estudiar los factores de violencia doméstica en la Unión Europea. La investigadora de la CUNY (City University of New York) desarrollará su proyecto en la Universidad de Barcelona, donde forma parte del prestigioso Institut d’Economia de Barcelona.

La entrevista con Rodríguez-Planas no deja indiferente. Aporta, desde prismas muy diversos, su experiencia profesional como mujer y economista en un mundo que mayoritariamente ha sido dominio de los hombres.

Solo tres mujeres han obtenido el Premio Nobel de Economía: Elinor Ostrom, Esther Duflo y Claudia Goldin


Un ejemplo: solo tres mujeres han obtenido a lo largo de la historia el Premio Nobel de Economía. Elinor Ostrom (Los Ángeles, Estados Unidos, 1933-2012) fue la primera. Lo ganó en 2009 por sus estudios sobre la gestión de recursos públicos en defensa del bien común generados por las propias comunidades. En 2019, lo recibió Esther Duflo (París, 1972) por sus conclusiones para crear sistemas que eliminen la pobreza; Nobel compartido, por cierto, con su esposo, Abhijit Banerjee. Y fue en 2023 cuando se otorgó el último de estos galardones a una mujer, Claudia Goldin (Nueva York, 1946), por sus investigaciones sobre el papel de la mujer en el lugar de trabajo. Economistas reconocidas como la italiana Mariana Mazzucato, la canadiense Janet Currie y la cubanoestadounidense Carmen Reinhart son candidatas seguras para próximas ediciones, entre una lista que se va ampliando con el tiempo.

En la memoria, el papel de la británica Joan Robinson, autora de una de las obras claves del siglo XX, Economía de la competencia imperfecta (1933), y que tenía en John Maynard Keynes a uno de sus grandes admiradores. Si en vez de Joan se hubiera llamado John, habría ganado el Nobel.

Puestos decisivos

En las instituciones económicas internacionales, el papel de la mujer en posiciones claves ha ido incrementándose en los últimos años. La gerente del Fondo Monetario Internacional es la búlgara Kristalina Georgieva; su número dos es la india Gita Gopinath, donde fue su economista en jefe. Preside el Banco Central Europeo la francesa Christine Lagarde -también dirigió el FMI-. Janet Yellen es la secretaria del Tesoro de Estados Unidos. Antes fue presidenta de la Reserva Federal y presidenta del consejo de asesores económicos del Gabinete de Bill Clinton. En Europa, otra mujer, la ex vicepresidenta primera del Gobierno español, Nadia Calviño, acaba de empezar su mandato como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). En otros países, el papel de la mujer sigue ascendiendo. Aunque sea muy lentamente. En el país más poblado de la Tierra, la India, solo hay dos de ellas en un Gobierno de 27 ministros. Una es la ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman.

A lo largo de la entrevista, Rodríguez-Planas pone en evidencia muchos de los inconvenientes que han impedido hasta la fecha que la mujer estén ya compitiendo al mismo nivel que el hombre en puestos claves de la Administración y la empresa privada. Hay un factor educativo, que arrastra muchos años y que solo un gran cambio generacional puede modificar. Empieza desde que somos niños y niñas: cocinar y coser eran cosas de mujeres y, en la mayoría del mundo, sigue siéndolo. En muchas sociedades, el objetivo sigue siendo que la mujer se quede en casa y el techo de cristal -el momento de dar a luz y cuidar a los hijos- es aún un obstáculo por solucionar en Occidente.

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¿Cómo se arregla? Educación, sí; pero, también legislación, según Rodríguez-Planas. Legislar los permisos de maternidad y paternidad adecuadamente, facilitar políticas de ayuda en casa, abrir más guarderías y generar fórmulas reales de conciliación familiar. Los horarios laborales, especialmente en España, aún son una barrera. Y la vida después del trabajo en muchas profesiones enmarca un mundo donde la mujer no existe: desde irse de copas hasta ver el fútbol. Es en este ambiente donde las relaciones informales, si no se está metido en ellas, pueden levantar o hundir una carrera. Decidir, incluso, salarios. Lograr la paridad en los puestos directivos debería ser obligatorio. El discurso de la economista choca con el de otras mujeres que llegan a altas posiciones directivas y que se oponen radicalmente a estas legislaciones ya que no quieren que se las identifique como cuotas.

Junto a intensificar el debate sobre el papel de la mujer en el trabajo, un tema mucho más dulce para iniciar el año: un recorrido por la historia de la gran fábrica de chocolate española, Valor. Otro ejemplo de éxito familiar.