AGRICULTURA

El cambio climático encarece los seguros agrarios en un 20% en 2023

Agroseguro estima que las indemnizaciones cerrarán el 2023 con un récord de 1.250 millones de euros

Daños en una campo de cítricos.

Daños en una campo de cítricos.

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La sequía, el pedrisco y las tormentas torrenciales han provocado unas pérdidas nunca vistas anteriormente por el sector primario español. En conjunto, la siniestralidad ha aumentado un 132% entre 2014 y 2023. Si nos ceñimos al ejercicio actual las indemnizaciones provocadas por la sequía ascendieron al 455 millones y afectaron a 2,1 millones de hectáreas. Es, con diferencia, el siniestro más grave de la historia del seguro agrario. También el pedrisco dejó importantes daños en todas las comunidades autónomas valorados en 187 millones. Los fenómenos meteorológicos extremos se han convertido en la ‘nueva normalidad’ de los agricultores y ganaderos, que ya acusan el impacto del cambio climático en el bolsillo. De seguir así, la factura de los seguros agrarios se encarecería un 20% en 2023.

La cifra se sustenta en la acumulación de acontecimientos anómalos en 2023. Según las estimaciones de Agroseguros, el ‘pool’ de 17 de aseguradoras público-privado, la cifra total de daños estimada se podría elevar hasta los 1.250 millones de euros. El récord hasta la fecha se situaba en 806 millones de euros de siniestralidad en 2022, mientras que en 2014 esta cifra fue de 497 millones. “El seguro aumenta de precio como consecuencia de fenómenos como el pedrisco, heladas, adversidades climáticas y otros”, explica Jorge Fraile, responsable técnico del área de Riesgos Climáticos y Seguros Agrarios de Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Estas subidas pueden ser del 10% o incluso del 50% según los productos y ya existen casos que, por sus características particulares, “han sufrido incrementos de hasta el 100%. Por ejemplo, en el caso de los cereales, muy afectados por la sequía, su seguro se ha incrementado un 38% respecto a la campaña anterior.

El punto de inflexión ocurre en 2017. A partir de ese año, los efectos del cambio climático se hacen cada vez más patentes: en 2018 el pedrisco causó pérdidas de 284 millones de euros, en 2020 el paso de Filomena se saldó con 60-80 millones en indemnizaciones y en 2022 se juntaron la helada (220 millones) con la sequía (118 millones). “El incremento de siniestros es claro y está produciendo un desequilibrio entre las indemnizaciones y la prima de riesgo”, explica Javier Alejandre, técnico de Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). En 2017, la prima de riesgo se situaba en los 558,8 millones, mientras que en los primeros ocho meses del año la cifra se encuentra en los 726,5 millones. Preguntados acerca de los incrementos del precio de los seguros agrarios, Agroseguro afirma que “no habrá incrementos generalizados” para mantener el sistema equilibrado, “eso nos abocaría a la inviabilidad tarde o temprano”. En cambio, “se están buscando fórmulas para no subir el coste de los seguros”, sin especificar cuáles en concreto.

Pero no solo se encarecen los seguros agrarios para los agricultores, también lo hace para el Estado. Cuando los daños derivados de los fenómenos meteorológicos superan la parte asegurada por las aseguradoras y los gobiernos autonómicos que conforman Agroseguro, la institución acude al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) para absorber esos gastos extraordinarios. El problema, asegura Ana Isabel Hidalgo, fundadora y directora de la consultora GreenLab Idea, es que “Agroseguro cada vez más acude al Consorcio y esto no permite dar estabilidad al sector, aumenta la prima de los seguros para compensar el aumento de la siniestralidad”. Desde 2017, los pagos por excesos de siniestralidad a cargo del CCS se están incrementado de manera exponencial. Este exceso se espera un pago cercano a los 400 millones de euros frente a una prima de 58 millones. En total, la prima de riesgo necesaria para compensar los gastos extraordinarios de siniestralidad ascienden a 834 millones de euros entre 2014 y 2023.

Cereales, legumbres y olivares, los más afectados

De los más de 6 millones de hectáreas que han contado este año con la protección del seguro agrario, más de la mitad han sufrido algún siniestro. Los cultivos de cereales, legumbres y oleaginosas han sufrido los peores destrozos (495 millones de euros), seguido del conjunto de las hortalizas (116 millones), uva de vino (112 millones), frutales (108 millones) y cítricos (102 millones). Todavía se están evaluando los daños sufridos por el olivar, que se estiman en cerca de 40 millones de euros por el impacto histórico de la sequía en este sector.

Aunque el cambio climático ha provocado destrozos por todo el país, algunas regiones han sido más afectadas que otras. Las heladas impactaron con mayor dureza en las dos Castillas, Andalucía y Extremadura durante el primer semestre hasta que las lluvias torrenciales y el pedrisco, junto a periodos de sequía, ampliaron los siniestros a Aragón, Comunidad Valenciana y La Rioja. En total, el número de siniestros asciende a 1.315.206 hasta septiembre con una indemnización de 959,07 millones para los cultivos más afectados.

Cuando se habla de siniestralidad, también se incluyen las indemnizaciones procedentes de los seguros pecuarios. La estimación de indemnizaciones a final de año superará los 170 millones de euros, tanto en la aseguración de accidentes y enfermedades del ganado como en la retirada de animales muertos de las explotaciones. En el caso de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), las pérdidas alcanzan los 15.000 euros para una granja de unas 100 vacas nodrizas afectadas.

Medidas de choque

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El Gobierno aprobó hace un año incrementar la subvención base en 10 puntos porcentuales en todas las líneas de seguros agrarios y elevó la línea de ayuda a 317,7 millones de euros. Con este aumento del presupuesto, la subvención mínima del ministerio alcanza el 50% en el caso de los agricultores profesionales y del 60% en el de agricultores jóvenes. Es la mayor ayuda hasta ahora desplegada y acumula una subida del 50% desde 2020.

Además de las ayudas a posteriori, existe una manera de que los productores se adapten a las necesidades actuales: la agricultura ecológica. En el Pacto Verde Europeo, la Comisión Europea aspira a alcanzar la cifra del 25% de las tierras agrícolas a la agricultura ecológica para 2030. España se sitúa entre los 10 principales agricultores por superficie, tanto de la Unión Europea como del mundo, con un 11% de la superficie agraria útil. Mediante esta técnica, los agricultores “serán más resilientes y no sufrirán tanto los efectos del cambio climático” porque los terrenos estarán más preparados, por ejemplo, con cubiertas vegetales, “y permitirá que no haya tanta siniestralidad”, asegura Hidalgo.