BANCO DE ESPAÑA

De Cos ordena la lista de tareas pendientes al nuevo Gobierno

El gobernador tira de mesura y pone el foco en las prioridades del Ejecutivo de Pedro Sánchez

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, es un hombre comedido. Tanto, que no quiso amargar el día grande de la presentación del nuevo Gobierno con críticas económicas, por muy fundamentadas en datos que estén. Su alma de alto funcionario le impide aprovechar que está en la recta final de su mandato (acaba en junio del año que viene) y que en determinados momentos ha sido una de las voces molestas (si bien, comedida) con el Gobierno de Pedro Sánchez (especialmente en las pensiones). Mal que le pese a quienes intuyeron en De Cos al director de la política económica de un PP que veía a Feijóo en la presidencia, solo aprovechó la convención anual de la Asociación de Mercados Financieros para ponerle deberes al Ejecutivo. Y eso a preguntas del público asistente que, en realidad, se parecían sospechosamente a las preguntas que haría un periodista.

De Cos tiró de manual: hay que reducir los desequilibrios estructurales (léase ajustar el déficit y la deuda) y estimular la convergencia en renta per cápìta con Europa, lastrada ahora por la baja productividad. Además reclamó, también tirando de manual, un paquete de reformas ambicioso. El remate de su elegante alegato es que pidió que todo esto se afronte con "consenso entre las fuerzas políticas", como si eso ahora mismo no pareciese una utopía lejana. De Cos, eso sí, se mostró firme en asuntos muy concretos, como en rechazar que se amplíe el umbral de renta mínima anual por debajo del cual los hipotecados pueden acogerse al Código de Buenas Prácticas. Y también, como en otras ocasiones, en rechazar los impuestazos al sector arguyendo que es más deseable que ese dinero se destine a reservas para afrontar futuras dificultades.

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El momento más florentino (por lo exquisito, no sabemos si por lo madridista) de De Cos fue cuando convirtió una pregunta directa sobre si perdonar deuda (a Cataluña) creaba un desincentivo al resto de las autonomías para que fueran menos cuidadosas con sus gastos. El gobernador admitió que ese riesgo está ahí, pero tiró por elevación para recordar que este es un problema viejo. Que cuando allá por los tiempos de Mariano Rajoy se creó el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) en realidad se trataba del mismo problema, que convertía una financiación insuficiente en una excusa para gastar sin medida y esperar el rescate del Estado. La solución: una reforma de la financiación autonómica que promete ser una de las estrellas (ya veremos si estrellada) de la legislatura.

Una pena que algunas de las preguntas del público asistente que resonaban en el Casino de Madrid no llegaran a oídos del gobernador. Hubiera sido muy interesante escuchar si comparte la opinión expresada por los empresarios a través de la patronal, y en algunos casos a título particular, sobre que el encaje de la Ley de Amnistía puede acabar generando incertidumbre jurídica.