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Jack Beds, la tienda de colchones con ADN Cortefiel que prevé facturar 5 millones de euros el año que viene

El consejero delegado de Jack Beds, Alejandro Arrufat (en el centro), junto a Xavier Ortega, director de finanzas, y Maria Plaza, directora de Márketing.

El consejero delegado de Jack Beds, Alejandro Arrufat (en el centro), junto a Xavier Ortega, director de finanzas, y Maria Plaza, directora de Márketing. / CEDIDA

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Jack Beds está frente a su primer gran punto de inflexión. Tras más de seis años en marcha y con 10 tiendas en funcionamiento en la provincia de Barcelona, la empresa de venta de colchones va a centrar sus esfuerzos de los próximos meses en demostrar que su negocio es rentable y escalable. La compañía terminará este año con cerca de 3,5 millones de facturación, y su fundador ve claro que el siguiente rondará los 5 millones, así que ya estudia el modo de replicar en Girona todo lo conseguido en torno a la capital catalana. “Me queda mucha Catalunya –sintetiza este emprendedor–. Y quiero hacerla muy bien porque nos va a hacer entender cómo gestionar la empresa sin que yo esté en la oficina”.

Este empresario, Alejandro Arrufat, montó el proyecto tras muchos años de certeza de que el camino para el que le preparaba entonces la educación secundaria, la formación profesional o incluso la universidad (tres sendas que ha recorrido) no iban con él. Estudió administración, informáticamecánicacomunicación… montó una consultoría de márketing, una empresa de eventos nocturnos, una plataforma de compraventa de coches… pero, al final, lo que lo cambió todo fue encontrar un trabajo en un negocio de venta de colchones.

Allí descubrió que en la industria faltaba un tipo de empresa: una que no centrara toda su marca en la oferta y que vendiera producto de calidad a un precio asequible. Esta ambición no se entiende sin las enseñanzas de su abuelo, Josep Maria Arrufat, que fue el responsable de que Cortefiel llegara a Catalunya, así como el primer director comercial de esta cadena de ropa (donde acabaron trabajando también el propio emprendedor y sus padres) y que le inculcó desde bien joven que el servicio comercial de gama alta estaba muy relacionado con hacer las cosas bien hechas. El nombre de Jack Beds, por cierto, es un homenaje a este directivo textil: JAC es Josep Mª Arrufat Capdevila.

“Vi claro que faltaba un nicho de mercado entre la gama baja y la gama alta, porque existían colchones de 4.000 euros y colchones de 600 euros”, recuerda el fundador de Jack Beds. “Las marcas de gama ‘low cost’ iban todas enfocadas al 70% o 80% de descuento, la única propuesta de valor que tenían era la oferta, y en el caso de la gama alta te ibas a un tipo de ticket de 3.000 o 4.000 euros”, sostiene este emprendedor. Para competir, decidió hacerlo a través de todo lo que no es el colchón: es decir, aplicar descuentos muy agresivos a un canapé, por ejemplo, para poder vender colchones de calidad a un precio razonable. “Desisto de ganar dinero con lo que no son colchones para poder competir con la estrategia de la oferta”, confiesa.

Estrategia de crecimiento

De este modo, a la que contrató a un proveedor para que le fabricara el tipo de colchón que él tenía en mente, abrió una pequeña tienda en el barrio de Gràcia, y, en cuanto las populares fiestas de este barrio barcelonés le pusieron al público en bandeja, el negocio empezó a funcionar prácticamente solo.

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Esta primera tienda, que se acabó trasladando a Travessera de Gràcia –una arteria mucho más concurrida–, pronto fueron dos. Y luego, tras un acuerdo con Enisa y un par de bancos, otras tres. Este año, tras varios ejercicios reinvirtiendo todo lo ganado en abrir hasta 10 tiendas, de multiplicar su plantilla hasta los 40 trabajadores, y de acudir a un ‘family office’ para obtener algo más de caja, Jack Beds presentará beneficios por primera vez. Y esta es la señal que Arrufat esperaba para empezar a pensar en un crecimiento más allá de la zona que puede controlar él personalmente.

“Queremos acabar bien el año, empezar muy bien el siguiente y hacer mucha caja, porque sabemos que con buenos números y mucha caja podemos sacar mucha más financiación propia”, sintetiza el directivo. “Queremos seguir creciendo con recursos propios”, asegura Arrufat, que tiene claro que no quiere acudir al capital riesgo para financiar su crecimiento, porque no quiere perder parte del accionariado, ni arriesgarse a diluir la esencia de la compañía. “Si nos plantamos a mitad del año que viene con un resultado espectacular, demostraremos que somos capaces de replicar esto”, ultima el emprendedor, que espera, si todo va bien, estar cerrando 2024 con un plan de apertura de cuatro tiendas y un pequeño almacén logístico en Girona.