Panorama político

¿Hacia un plan económico ‘tutti frutti’?

Si Pedro Sánchez es investido presidente, ¿podrán y desearán equilibrar Junts y PNV las reclamaciones económicas de la izquierda radical de Sumar, ERC y Bildu?

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El líder del PSOE, Pedro Sánchez, en el hemiciclo del Congreso, el 27 de septiembre, día de la primera votación de la investidura fallida del presidente del PP,  Alberto Núñez Feijóo

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, en el hemiciclo del Congreso, el 27 de septiembre, día de la primera votación de la investidura fallida del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo / 'activos'

Esta semana, más de 150 empresarios de Asturias, León y Galicia se reunieron en Madrid para emplazar al Gobierno español a comprometerse en la ejecución de los plazos para sacar adelante el corredor atlántico de infraestructuras, fundamentalmente ferroviarias. Los defensores del proyecto, apoyados por la CEOE, cifran el presupuesto estimado en 7.900 millones, financiados mayoritariamente por los fondos europeos. Sirve a la sociedad civil del noroeste español la experiencia de lo que está ocurriendo con la ejecución de los plazos en el corredor mediterráneo. El 16 de noviembre serán 3.000 empresarios representando a todas las provincias del litoral peninsular de ese mar quienes se reunirán en Madrid reclamando la aceleración de unas obras cuyo final se presume muy lejano. Será el séptimo encuentro desde 2016. 

Presento algunos datos que evidencian el poco peso que representan las infraestructuras en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En 2023 estaban asignados 1.695 millones al corredor ferroviario del mediterráneo, 1.648 millones al atlántico y 3.500 millones al resto de inversiones ferroviarias. 16.550 millones se destinaron en su conjunto a infraestructuras, vivienda y movilidad. Otra historia es cómo se estén ejecutando. Por comparar, se están destinando 190.687 millones solamente en concepto de pensiones. En intereses de la deuda se están dispensando 35.000 millones en 2023, cifra que aumentará a 40.000 millones en 2024 por la subida de los tipos de interés.

Salvo los defensores de regresar a la edad de las cavernas que se oponen radicalmente al progreso económico, posición respetadísima siempre que se ejerza coherentemente, la gran mayoría de los ciudadanos queremos que se mejoren las vías de comunicación. Ferroviarias y viarias. Tanto para las personas como para las mercancías. Nunca he creído, prefiero pensar bien, que los retrasos en la ejecución del corredor mediterráneo se hayan debido a una conspiración del centro llevada a cabo tanto por los gobiernos socialistas como populares. Creo que ha sido más fruto de la estulticia y la pésima gestión. 

Carece de sentido pensar que seguir vertebrando España y mejorando las líneas de comunicación de un extremo a otro es negativo. Otra discusión, muy distinta es cómo se paga el uso de las infraestructuras (peaje sí, peaje no) y quién debe gestionarlas.

En las negociaciones para la formación del próximo Gobierno se están poniendo sobre la mesa todo tipo de demandas por parte de los partidos minoritarios de carácter local. Compromís/Sumar no quiere que se amplíe el puerto de Valencia contra la voluntad de PSOE y PP; en Cataluña, ERC pide el traspaso presupuestario de la gestión de los trenes de cercanías (Rodalies) y le gustaría, como a Junts, tener la del aeropuerto de El Prat. Los partidos vascos solo quieren seguir mejorando el concierto y así, suma y sigue.

Como explicaba ‘activos’ en la portada previa a la celebración de las elecciones generales, hay más similitudes entre los programas económicos del PP y del PSOE que entre las del PSOE y algunos de sus presumibles apoyos parlamentarios. La confluencia de partidos que se ha unido bajo Sumar se opone por norma a invertir en infraestructuras, al igual que Bildu y, en menor medida ERC, que siempre que ha podido ha puesto reparos a la creación de la mejora viaria alrededor de Barcelona o a la ampliación del aeropuerto de El Prat.

Hay más similitudes entre los programas económicos de PP y PSOE que entre este último y sus presuntos socios 

Estamos en la etapa de los si. Si hay Gobierno, es difícil pensar, por mucho que nos lo quiera vender la propaganda política, que se firme un acuerdo de estabilidad a cuatro años con todos los partidos que apoyen a Pedro Sánchez. Los modelos económicos que defiende Junts -en su último Congreso ganó la ponencia liberal que aprueba bajadas de impuestos, apoyo a las empresas y a las inversiones estratégicas en movilidad- y el PNV no se parecen en nada a los de los partidos intervencionistas de la izquierda. Otra cosa es que PNV y Junts firmen cualquier programa de mínimos a cambio de más concierto, amnistías y referéndums futuribles. ¿Los próximos presupuestos? Ya se andarán.

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‘activos’ ha querido analizar hasta qué punto hay contradicciones o son solo fricciones las que existen en el conglomerado de partidos que apoyó a Sánchez. En el momento decisivo ¿podrían Junts y PNV equilibrar las demandas económicas que puedan exigir Sumar, Bildu y ERC, al nuevo Gobierno, donde se espera que sigan sentados representantes de los sumandos?

Si no hay Gobierno antes del 27 de noviembre, habrá elecciones el 14 de enero. Y si lo hay, seguro que no será fácil de gestionar.