CIFRAS RÉCORD

El precio del aceite de pescado alcanza su máximo en Europa por la escasez de Perú

El precio del aceite de pescado alcanza su máximo en Europa por la escasez de Perú

Un pescador peruano muestra uno de los ejemplares capturados por su embarcación.

Un pescador peruano muestra uno de los ejemplares capturados por su embarcación. / MOLLY EDMONDS

4
Se lee en minutos

No han sido pocas las noticias que durante las últimas semanas se han escrito sobre la vertiginosa alza del precio del aceite de oliva, agravada por la pésima campaña que ha patrocinado el campo español. La merma en la producción, vinculada en parte al cambio climático y arropada por la insaciable inflación, ha supuesto un doloroso quebradero de cabeza para los agricultores. La gota que colmó el vaso después de meses y meses viendo subir el coste del agua, la electricidad, los fertilizantes... Una gota que ahora mismo vale oro.

Algo así ha pasado con el aceite de pescado, aunque ni se haya hablado tanto del tema ni sea consecuencia inmediata del encarecimiento del aceite de oliva. De hecho, no tiene nada que ver. Su valor se ha duplicado en dos años, como confirma el informe Fishmeal and Fish Oil, publicado hace días por Eumofa, y actualmente se encuentra en su máximo histórico.

El precio se ha disparado por una razón fundamental: la falta de soberanía alimentaria respecto a este bien y la dependencia directa de países como Perú –principal productor mundial por delante de naciones como Islandia, Dinamarca, Chile, Estados Unidos, Noruega y Sudáfrica– para satisfacer la demanda comunitaria. El gigante sudamericano lleva dos años encadenando malas campañas: en 2022 debido al nulo rendimiento de la pesquería de la anchoveta, una de las especies con las que se elabora el producto, y este 2023 por los estragos del fenómeno El Niñoque ha forzado a paralizar la actividad.

“La evolución del valor del aceite de pescado está ligada a los precios peruanos”, ratifica el estudio, que señala que “una temporada fallida en Perú podría provocar una disminución de hasta el 20% en la producción mundial”. Eso parece que fue lo que pasó el año pasado, casi al milímetro, pues las importaciones de aceite de pescado de la Unión Europea se redujeron un 19% hasta las 196.500 toneladas.

El bloque comunitario es en sí deficitario y prueba de ello fue el balance comercial de este último ejercicio: en su conjunto, arrojó un resultado negativo de 51.000 toneladas y 101 millones de euros. Cada año, los Veintisiete producen entre 120.000 y 190.000 toneladas de aceite de pescado, entre el 10% y el 15% del total generado en el planeta. Sin embargo, el 39% del aceite de pescado utilizado en acuicultura se consume solo en Europa.

Es precisamente esa una de sus mayores aplicaciones, ser empleado como ingrediente esencial en los piensos que se emplean para dar de comer a los peces de las piscifactorías. En 2021, tres de cada cuatro kilos de aceite de pescado se destinaron a tal fin, cerca de 700.000 toneladas. En esta línea, casi el 58% del aceite de pescado se usó para alimentar a dos importantes especies, el salmón y la trucha.

Hacia la economía circular

El bajo rendimiento obtenido tras los desembarques provocó en 2022 un descenso del 41% en la producción de aceite de pescado en Perú; esto ocasionó a su vez una fuerte presión sobre los precios, ya que el resto de grandes productores no consiguieron compensar la brutal caída peruana. “Desde el inicio de 2022, los precios mundiales del aceite de pescado han continuado subiendo y alcanzaron un máximo histórico entre el invierno y la primavera de 2023, superando los 3.650 euros por tonelada en mayo. Esto fue un aumento del 42% con respecto a mayo del año pasado y un aumento del 139% con respecto al mismo mes de hace dos años”, evidencia el documento.

El incremento de los precios es constatado al otro lado del charco, en nuestra costa, por compañías como la viguesa Afamsa (Agrupación de Fabricantes de Aceites Marinos). Su CEO, Manuel Sierra, reconoce no obstante que no está previsto que este encarecimiento se contagie a la acuicultura, trayendo consigo pescado piscícola más caro. “Los piensos llevan un 3%, 4% o 5% de aceite de pescado, no es una cantidad tan elevada como para que se note una subida”, remarca. Donde sí se ha sentido, al revés, es en las píldoras ricas en Omega 3 que también se elaboran a base de este producto y que se pueden encontrar en supermercados, herbolarios y farmacias: “Eso obviamente tuvo que doblar su precio”.

Si somos tan dependientes de países como Perú es, además, porque aquí las medidas medioambientales son muy rigurosas. En Europa –en general y salvo al norte con ciertas especies–, ya está prohibido hacer aceite de pescado a base de pesca salvaje –es decir, pescando a propósito para producir este compuesto–. Eso sí está permitido en Perú y otros países latinoamericanos y africanos, pero en España se trata de un producto fabricado con restos de pescado.

Noticias relacionadas

Es lo que se denomina “coproducto” y en el caso de Afamsa refinan más de 10.000 toneladas de “oro del mar” al año, quitándole la acidez, decolorándolo o desodorizándolo a petición de sus clientes. Incluso volviéndolo sólido si es necesario. Otro aspecto relevante en este contexto es el papel que juega la firma a la hora de revalorizar los descartes y demás sustancias que, sin esta vía, estarían condenados a desecharse y acabar siendo residuos: “El aprovechamiento es total, es una economía circular perfecta. Si no se tratara de esta manera, dándole otra función, el material que generan las lonjas o los mercados supondría un problema de sostenibilidad bastante serio”.

El objetivo es contribuir a sacar partido a todo, dándole una segunda vida de mil formas distintas.