INVERSIÓN EXTRANJERA

Los petrodólares suman inversiones de más de 16.000 millones en las principales empresas españolas

El dinero procedente del Golfo Pérsico está presente en el capital de grandes compañías españolas como Iberdrola, Colonial, IAG, El Corte Inglés, el grupo Prisa, Enagás o Cepsa. Desde este miércoles, también en Telefónica

Archivo - Varios paneles del Ibex en el Palacio de la Bolsa de Madrid.

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La historia de la democracia española es casi la historia del impacto de los petrodólares en nuestra economía y nuestras empresas. Por razones históricas y culturales, las relaciones en el siglo XX entre los países del Golfo Pérsico y España han sido muy fluidas. Más allá de las turbias relaciones del dinero árabe con el poder político e institucional, el desembarco oficial de los petrodólares tuvo lugar a mediados de los años 80 del siglo pasado, en plena liberalización económica del Gobierno de Felipe González. Estas primeras inversiones dieron paso luego las fructíferas relaciones entre los grandes grupos empresariales españolas. Ejemplo de ello es prolongada vinculación de Cepsa y Mubadala, el fondo soberano de Emiratos Árabes, que entró en el capital de la empresa en 1988 como accionista minoritario. O más recientemente las inversiones de Qatar en empresas como Iberdrola. El brazo inversión qatarí también mantiene participaciones en empresas emblemáticas como el grupo Prisa o El Corte Inglés. A las que se suma desde este miércoles los 2.100 millones con los que Arabia Saudí entrará en el capital de Telefónica. Todas estas inversiones suman hasta los 16.577 millones de euros.

Allá por los años 80, Kuwait Investment Office (KIO), el brazo inversor del Gobierno kuwaití, tomaba el control de la empresa catalana Torras Hostench, a la que se fueron sumando operaciones de compra como Cros, la azucarera Ebro o Explosivos Río Tinto, que se fusionó con Cros y dio lugar al hólding Ercros. El artífice de este crecimiento vertiginoso, que convirtió al Grupo KIO a comienzos de los 90 en el mayor conglomerado industrial que operaba en España, fue el financiero Javier de la Rosa, hombre de la total confianza de los kuwaitíes y uno de los personajes decisivos en aquella España de la cultura del pelotazo.

Ha llovido mucho desde los tiempos de KIO, pero el dinero del Golfo Pérsico se ha posicionado entre los principales grupos españoles. Aunque BlackRock es uno de los grandes accionistas del Ibex actualmente al sumar inversiones cercanas a los 20.000 millones de euros, el dinero árabe también se ha hecho un hueco imporante entre los buques insignia de las empresas españolas. Qatar Invesment Authority, de manera directa o mediante otras compañías, acumula hasta 9.000 millones en el Ibex 35. El fondo soberano es accionista desde 2011 de Ibedrola, la mayor cotizada del Ibex, y actualmente mantiene una posición del 8,7% del capital, y que tiene un valor de 6.106 millones de euros. El dinero qatarí también está presente en el accionariado de otros grandes del Ibex como la inmobliaria Colonial (19%), que equivale a un valor de 570 millones, y el grupo hispanobritánico IAG (25%), valorada en unos 2.359 millones.

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Otras inversiones realizadas mediante dinero qatarí en empresas emblemáticas son las de El Corte Inglés y el grupo Prisa. El jeque Hamad Bin Jaber al Thani llegó a poseer un 11,07% del capital de los grandes almacenes, aunque el grupo español pactó desembolsar alrededor de 387 millones de euros para recomprar el 5,53% en junio de 2022. En el caso del grupo Prisa, el miembro de la familia real de Qatar Khalid Thani Abdullah Al-Thani conserva una participación del 4,91% del capital, que equivale a unos 19 millones de euros en base al valor de Prisa actual. De forma indirecta, los qataríes también mantienen inversiones hoteleras, especialmente en Barcelona. Qatar Diar llegó a pagar hasta 200 millones de euros por el hotel W. En 2014, Marriott vendió el hotel Renaissance en Barcelona al fondo del Ejército qatarí por 78,5% millones de euros.

El brazo inversor de Emiratos Árabes, Mubadala, mantiene un 3% de participación en Enagás, lo que equivale a unos 123 millones, según el actual valor de mercado de la compañía. Fuera de las principales compañías del Ibex, los emiratíes también controlan el accionariado de la energética Cepsa. Llegaron a poseer el 100% del capital, pero en 2019 vendieron al fondo Carlyle el 37% por unos 2.900 millones, por lo que la participación saudí en la energética equivaldría a 4.900 millones de euros teniendo en cuenta ese precio de mercado.

La caída de KIO

El momento de mayor impacto mediático de KIO y Javier de la Rosa llegó a finales de los 80, cuando a través de Cartera Central, una de sus filiales inversores, dinamitaron el proyecto de fusión de los entonces grandes bancos Central (donde controlaban más de 25%) y Banesto. Una unión que en unos meses hubiera llevado a la cima de los grandes bancos españoles a un entonces jovencísimo (apenas 40 años) Mario Conde.


La historia de KIO fue tan fulgurante en su desembarco como en su caída. Su máximo responsable en España, Javier de la Rosa, acusado de malversación y fraude por las propias autoridades saudíes, fue despedido en 1991 y en 1992, el Grupo Torras presentó la que entonces fue la mayor suspensión de pagos de la historia de España, con un pasivo de 243.000 millones de pesetas, que al cambio quedarían en unos ahora irrisorios 1.500 millones de euros.