La crisis en Londres y Berlín pone en jaque la llegada del 39% de los turistas

El tipo de interés medio de las hipotecas en el Reino Unido está en torno al 6,5%. El doble que en España. La subida generalizada de los precios golpea a los británicos con más dureza que a los ciudadanos de la Eurozona. En territorio de la moneda única, la locomotora alemana ha entrado en recesión. Una recesión "leve", aseguran las autoridades germanas, pero preocupante. La renta o riqueza per cápita de los alemanes cayó un 2% en el primer trimestre de 2023. El país se ha empobrecido. Los dos países se han empobrecido. Como el aleteo de la mariposa que acaba por sentirse al otro extremo del mundo, la situación en Londres y Berlín amenaza nubarrones para la economía canaria. No en vano, un 57% de los turistas que visitan las Islas son ingleses y alemanes. Es más, hasta un 39% son asalariados ingleses y alemanes. Justo los más expuestos a las crisis de sus respectivos países. De cara al resto del verano, el pescado está casi todo vendido y la industria turística se anotará una temporada estival más que notable. El problema y la duda residen en si esas familias germanas y británicas de proletarios tendrán capacidad para darse una escapada al Archipiélago a partir de octubre, cuando comienza la temporada alta en Canarias.

El presidente del Gobierno regional, Fernando Clavijo, subrayó en su discurso de investidura que los turistas que vienen a las Islas son trabajadores. Esas familias inglesas o alemanas de asalariados que reservan una parte de su presupuesto anual para la visita al Archipiélago, "donde pasan el mejor momento del año y de donde se llevan, probablemente, algunos de los mejores recuerdos de sus vidas", ahondó el propio Clavijo en una reciente entrevista con este diario. Y sí, es cierto: Canarias es un destino de trabajadores y de rentas medias. Es más, no hay en España ninguna otra región en la que el negocio turístico dependa tanto de ese segmento de mercado que integran los asalariados.

Hasta un 68,3% de esos millones de visitantes a los que Canarias les da cada año la bienvenida se ubica en ese colectivo de, como mucho, asalariados, cargos medios. Así que 68 de cada cien turistas que recibe la Comunidad Autónoma, casi siete de cada diez, son tan currantes como los empleados que los atenderán en los hoteles, apartamentos, bares o restaurantes de las Islas. El segundo destino nacional más dependiente de los trabajadores extranjeros es Cataluña, donde un 56,7% de los viajeros son proletarios, un peso muy inferior al que este segmento de mercado tiene en el Archipiélago. Los datos de Turespaña muestran que, por el contrario, ni los asalariados de superior categoría laboral, ni los altos directivos, ni los empresarios son tan numerosos como los proletarios en las playas y los hoteles de la región.

Los empleados con cargos de dirección en sus empresas representan un 13,8% de los viajeros que vienen a Canarias. El peso de los cargos directivos en la clientela turística solo es inferior al de las Islas en Galicia (12,8%). Tres cuartos de lo mismo pasa con el segmento de los empresarios, que apenas son un 13,3% del total de los viajeros que cada año para en el Archipiélago. Solo Castilla-La Mancha está por debajo (11,6%).

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En términos cuantitativos, resulta así que de los 12,7 millones de turistas extranjeros que el año pasado disfrutaron de unos días en Canarias, menos de 1,7 millones son empresarios y poco más de 1,75 millones son empleados de dirección. Hay un 4,6% –unos 584.000 visitantes– del que Turespaña no tiene datos. Y los restantes 8,7 millones son trabajadores en, como mucho, puestos intermedios. Pues bien, hasta 4,9 de esos 8,7 millones de turistas-proletarios son británicos o alemanes. Son, en definitiva, ciudadanos, familias y rentas medias –en el mejor de los casos– de los dos principales mercados de la primera industria regional, que por desgracia para el PIB de Canarias son también las dos economías europeas en peor coyuntura.

En el devenir de Alemania y el Reino Unido no solo está en juego esa bolsa de 4,9 millones de turistas, sino también, y sobre todo, los alrededor de 7.000 millones de euros de facturación que le reportan cada año al tejido productivo isleño. Una suma equivalente al 17% del PIB de la Comunidad Autónoma.