610,8 km
¿Con qué candidato se iría a una expedición de alto riesgo?
Se trata de apostar por el que, ante el el bloqueo de la mayoría de la expedición, sea capaz de mantener la calma y tomar las decisiones adecuadas.
Romería de alpinistas ascendiendo al Everest
El jueves por la noche cenábamos en Girona 20 señores: ejecutivos de empresa, exalcaldes, periodistas en activo y pasivo, historiadores y sabios. Por ese grupo han pasado a lo largo de los años como invitados personalidades muy distintas. Desde el, entonces, príncipe de Asturias y su esposa, hasta el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont. En esta ocasión, sin invitado, se habló de casi todo. Uno de los presentes dio en el clavo en medio del debate diciendo "un momento, aquí no estamos hablando de religión, sino de matemáticas» a propósito de si en una Catalunya independiente gestionaríamos mejor el aeropuerto. En fin, lo de siempre.
En el fragor de la tertulia recuperamos dilema: ¿a la hora de votar se tendrán en cuenta las matemáticas, leáse la economía; o la religión, léase emociones, dogmas, creencias dispersas? ¿O acaso hay un tercer factor decisivo, llamémosle confianza? Es aquí donde recuerdo las cinco preguntas que, 'copyright', siempre recuerdo antes de unas elecciones. Merecen pensarlas. Referencian a la personalidad de los candidatos y, en ella, no afecta ni la ideología ni el color del pelo. Estas son (el orden no altera su relevancia):
1. ¿Con qué candidato a presidente se iría a una expedición de alto riesgo? Apostamos por ir acompañados con alguien que en un momento de peligro o gran incertidumbre, ante el bloqueo de la mayoría de la expedición, sea capaz de mantener la calma, y tomar la decisión adecuada liderando el grupo.
2. ¿A quién le dejaría usted sus hijos o nietos 48 horas sin tener que preocuparse por nada? Quizás es una prueba más difícil que la anterior. Obliga a tener mucha paciencia; pero, más importante aún, ser capaz de buscar entretenimientos para los chiquillos -pantallas prohibidas-, alimentarlos bien -comida basura solo está permitido un día de cena-, jugar y contarles cuentos (que no sean de políticos). Por supuesto, está terminantemente prohibido contratar canguros.
3. ¿A quién le prestaría 10.000 euros con la garantía de que se lo devuelve en 12 meses? Vale, en vez de intereses, habrá una invitación a un restaurante. Este caso aplica la confianza en la displicencia económica, en la capacidad del candidato de gestionar bien sus recursos. En EEUU se usa una pregunta similar: a quién le compraría usted un coche de segunda mano.
4. ¿Con qué candidato montaría usted una empresa, al 50% cada uno? Vale tanto una 'start-up' que haga cosas ininteligibles en Inteligencia Artificial hasta una peluquería. Hay que conocer muy bien al socio, fiarse de que es una persona con valores, que no va a mentir en los momentos difíciles en que se discute un problema financiero o operativo y que es coherente. Sobre todo, que es capaz de aceptar la distribución de funciones y aptitudes.