ENTREVISTA

El economista mallorquín Antoni Riera: "Baleares es la cuarta región europea que ha encajado la mayor erosión de renta per cápita por la pandemia"

Nacido en Santa Margalida (Mallorca) en 1969, está casado y es padre de tres hijos. Es catedrático de Economía Aplicada en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y director técnico de la Fundación Impulsa Balears. Por otra parte, se considera "aprendiz de poeta" y es un gran amante de la natación, la gastronomía y, en los últimos tiempos, del cultivo de la tierra

Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa Balears.

Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa Balears. / B. Ramón

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Toni Traveria

PREGUNTA (P.) A punto de cerrar el primer semestre del año, ¿cuál es el diagnóstico de la economía mallorquina? ¿Cuáles son sus fortalezas y sus debilidades?

RESPUESTA (R.) Desde una perspectiva de corto plazo o coyuntural, el nuevo ejercicio se ha estrenado con un balance económico mejor de lo esperado y, con ello, Baleares está escapando de la tendencia a la desaceleración de la senda de crecimiento que parecía inevitable hace tan solo unos meses. ¡Sin duda, es una buena noticia! Baleares está sorteando un contexto internacional que sigue plagado de riesgos a la baja, como la elevada inestabilidad geopolítica, el endurecimiento de la política monetaria ante las tensiones inflacionistas y, más recientemente, la proliferación de importantes turbulencias en los mercados financieros. Desde una perspectiva de largo plazo, sigue sin corregir los desequilibrios que arrastra tras una larga etapa de desarrollismo. Ello explica las dificultades que continuamos teniendo para trazar una senda de crecimiento que sea capaz de sostener, e incluso mejorar, los estándares insulares de bienestar. ¡Sin duda, es una mala noticia! Desde la entrada del nuevo siglo, el proceso generador de rentas en Baleares es insuficiente para garantizar la prosperidad colectiva que corresponde al estadio de desarrollo alcanzado. Este hecho, que ha ampliado los diferenciales negativos de renta per cápita respecto a la media europea, coincide con las dificultades que las islas presentan para mejorar su posición competitiva en Europa. Así, pues, a pesar de que Baleares ha liderado la recuperación de la actividad y del empleo a escala nacional, sería erróneo desviarse del objetivo fundamental de forjar un patrón de crecimiento estable, capaz de asegurar a medio y largo plazo el progreso económico y social.

P. ¿Cómo calificaría la situación del turismo en Mallorca?

R. Baleares debe revisar cómo aborda la gestión del hecho turístico, así como en qué reside, se explica y se mide el éxito turístico. Y es que, si hablamos de desarrollo y prosperidad regional, y no solamente de actividad, debemos descartar de una vez por todas la perspectiva convencional y reduccionista, centrada en una visión puramente de mercado turístico y de medida de volúmenes -o récords de afluencia-, para avanzar hacia una visión más global y a largo plazo del valor económico, social, ambiental... que como región somos capaces de crear a partir del apasionante fenómeno del turismo. En Impulsa Balears estamos convencidos de que nuestro actual liderazgo turístico no responde a nuestra intensidad turística -o número de plazas o número de turistas que somos capaces de atraer-, sino a nuestro potencial turístico, es decir, de la capacidad que hemos cultivado como región para desarrollar y desarrollarnos de la mano del turismo. Somos la sexta región entre 315 de 42 países que luchan, con nosotros, por fundamentar su prosperidad en el turismo. 

P. ¿Corremos el riesgo de morir de éxito? 

R. Si por éxito entendemos que Baleares mantenga viva la capacidad de seguir desarrollando la actividad turística y, simultáneamente, desarrollarse y prosperar a través del turismo, sí, creo que corremos cierto riesgo. Ya no es suficiente que las islas mejoren respecto a sí mismas, sino que deben hacerlo respecto al entorno europeo si aspiran a alcanzar los estándares de bienestar de las regiones más avanzadas. Porque no se trata de mantener, elevar o reducir la intensidad turística, sino más bien de impulsar nuestro potencial turístico.

El economista Antonio Riera.

/ B. Ramón

P. ¿Nos encaminamos hacia un cambio de modelo no solo turístico sino en el conjunto de la economía mallorquina o balear? 

R. No comparto la expresión cambio de modelo. Si con ello se quiere dar a entender que es preciso corregir nuestra especialización productiva, le niego la mayor. Hace más de siete décadas que nos abrimos, por primera vez, al turismo. Siete décadas después, el archipiélago es la quinta región europea más especializada en comercio, hostelería, restauración y transporte. En nuestro entorno de referencia, somos una de las regiones que más sabe de turismo. No en vano las especializaciones denotan concentraciones, ya no solo de valor añadido y empleo, sino de importantes bolsas de conocimiento productivo. ¡Y eso solo desde la óptica productiva! Tras esta o, junto con esta, en la comunidad hemos ido orientando y canalizando recursos y esfuerzos para forjar nuestro potencial turístico. Lo hemos hecho a través del talento de nuestra gente, de los activos naturales y culturales heredados, de los proyectos de los emprendedores, de la tecnología que hemos integrado, del marco institucional y normativo que hemos ido ampliando, de las infraestructuras y los equipamientos que hemos construido... El problema de Baleares no es su especialización productiva o, en otras palabras, lo que produce sino cómo lo produce. La clave está en forjar una estructura productiva competitiva que pivote sobre una mejora continua de la productividad total de los factores. Esta es la única vía para que el proceso generador de rentas del archipiélago asegure el retorno de la inversión, la consecución de salarios más elevados y, en conjunto, la mejora de todos los estándares de bienestar.

"La crisis de los últimos 15 años afectan a la capacidad de generar bienestar de manera mucho más estructural"

P. En economía se suele apelar a menudo a la necesidad de tener cierta seguridad jurídica. ¿Hasta qué punto nuestra economía se puede ver afectada por un cambio de Gobierno como el que se va a producir próximamente en Baleares?

R. Después de más de 40 años de democracia, nos hemos dotado de los instrumentos necesarios no solo para que se den cambios de Gobierno pacíficos, legales y democráticos, sino también para que permanezca un Estado de derecho que garantice la igualdad ante la ley y un cuerpo legislativo pluralista. No tengo ninguna duda de que los actores económicos así lo valoran.

P. Inflación disparada, tipos de interés altísimos... ¿De qué modo nos afecta el escenario económico mundial?

R. La digestión de shocks exógenos como los que estamos afrontando es difícil, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo que Baleares, al igual que las economías de nuestro entorno, ya lleva acumulado durante los últimos años. No en vano la coyuntura económica se ha teñido estos últimos tiempos de acontecimientos especiales, como la guerra de Ucrania, que han alterado la senda de crecimiento regional más allá de lo que son sus propios fundamentos. Por ello es tan importante que Baleares refuerce sus fundamentos competitivos y gane resiliencia frente al advenimiento de posibles nuevos shocks. 

El economista Antoni Riera.

/ B. Ramón

P. Asistimos a una sucesión de crisis: la financiera que estalló en 2008, la pandemia de covid que se extendiópor todo el mundo en 2020, la guerra de Ucrania que se inició en 2022... ¿Nos tenemos que preparar para vivir siempre bajo la incertidumbre y la preocupación constante? En todo caso, ¿cómo han afectado en la práctica todas esas crisis al bolsillo y al bienestar de la ciudadanía de Mallorca?

R. Las crisis vividas durante los últimos 15 años, como la financiera de 2008 y, más si cabe, la reciente motivada por la irrupción del covid, confirman que ralentización o pérdida de actividad no solo se traduce en una caída instantánea de empleo, que se recupera cuando el ciclo económico remonta, sino que afecta a la capacidad de generar rentas y, por tanto, al bienestar de manera mucho más estructural. En términos reales, la renta per cápita de Baleares retrocedió el 6,8% durante el periodo 2008-2013 y el 15%, el doble, durante el ciclo 2019-2021. Estas caídas representan una pérdida de poder adquisitivo real superior a la media de las regiones de la UE-27. De este modo, las islas han pasado de disfrutar de una renta per cápita, ajustada por el poder de paridad de compra, que era un 10,3% superior a la media europea en 2008, a asumir una renta que ya en 2013 era el 4,2% inferior a la media europea. En una línea similar, el decalaje encajado a raíz de la pandemia ha supuesto ampliar este diferencial negativo desde el 2,6% en 2019 al 18,8% en 2021. ¡Es un impacto mayúsculo! ¡Somos la cuarta región europea que ha encajado la mayor erosión! Al margen de estos dos episodios de fuerte crisis, la erosión del diferencial de renta per cápita de las islas respecto de la UE-27 se viene observando de manera progresiva desde la entrada del nuevo siglo. 

"No se trata de mantener, elevar o reducir la intensidad turística, sino de impulsar nuestro potencial turístico"

P. Y esto supone ...

R. Baleares ha pasado de estar entre las regiones más ricas de Europa en 2001, en la posición 46 de 233 regiones europeas, a situarse en la posición 136 en 2021. Implica una pérdida de 90 posiciones en 20 años. ¡Es una pérdida mayúscula! ¡La mayor de todas las regiones de Europa! ¡Algo no estamos haciendo bien! Y, sin embargo, no somos capaces de situar el debate. La solución consiste en activar palancas de competitividad que, centradas en la eficiencia, la innovación y la sostenibilidad, eleven la productividad y la conviertan en la piedra angular de nuestro patrón de crecimiento. 

P. ¿La pandemia ha supuesto, en su opinión, cambios significativos de paradigmas en el terreno laboral? ¿El teletrabajo ha llegado para quedarse? ¿Ya no queremos trabajar por encima de cualquier otra consideración?

R. La implementación del teletrabajo ha permitido mitigar los impactos de la pandemia en los mercados laborales; sin embargo, la viabilidad del teletrabajo no es la misma para aquellos puestos que requieren con frecuencia de la interacción física con otros, el uso de maquinaria en un lugar específico... que en actividades como la atención telefónica, el procesamiento de datos o la programación informática.

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P. ¿Se posiciona a favor o en contra de la aplicación de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito laboral? ¿Puede el capital humano verse amenazado?

R. A favor. Las nuevas tecnologías digitales inteligentes impactarán cada vez más positivamente sobre la competitividad y la productividad de todos los sectores económicos, y las regiones que se excluyan de este mundo perjudicarán a sus ciudadanos, porque perderán peso y relevancia en una carrera en la que los demás seguirán progresando de forma exponencial.