OPINIÓN

Un impulso crucial al autoconsumo

La transición energética avanza con paso firme gracias a un nuevo marco normativo, un sector preparado y hogares y empresas que persiguen pasar de ser consumidores pasivos a agentes activos

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Una casa unifamiliar con placas solares en el tejado.

Una casa unifamiliar con placas solares en el tejado.

Parece que el cambio, los eventos históricos y la importancia de la inmediatez se han convertido en parte de la "nueva normalidad" de nuestras vidas. Una pandemia inédita, una recuperación mundial que tensó todas las cadenas de suministro y responder a un reto de abastecimiento y precios como ha sido la invasión de Ucrania por parte de Rusia han mantenido la energía como tema de actualidad en muchos ámbitos.

Y es que, a veces, los árboles no dejan ver el bosque: la transición energética estructural que sigue avanzando a paso firme y que nos deja muy buenas noticias. Es una transición para abordar la crisis climática, pero también reindustrializar nuestra economía -las renovables, más baratas que el resto de fuentes de energía, ya están atrayendo industria y empleo a nuestro país- y situar la ciudadanía en el centro.

Giro copernicano

El ejemplo más claro de ello es el autoconsumo. Un giro copernicano. Es resultado de un cambio normativo que empezó en 2018, se consolidó en 2019 y ha venido reforzándose con un Plan de Recuperación que empezó por apoyar la generación distribuida, con más de 1.120 millones de euros para el autoconsumo y baterías en hogares, administraciones y empresas. 

Los paneles solares empiezan a poblar nuestros tejados: cada año se instalan aproximadamente a 200.000 hogares

El sector ha crecido el 60% en los últimos 12 meses y todavía se necesitan nuevos profesionales para cubrir la demanda

Un cambio que empezó en el Boletín Oficial del Estado (BOE), en guías técnicas y en una hoja de ruta que hoy en día es una realidad: los paneles solares empiezan a poblar nuestros tejados (unos 200.000 hogares instalan autoconsumo al año) y se han generado puestos de trabajo (el sector ha crecido el 60% en un año y todavía se necesitan nuevos profesionales para cubrir la demanda) y cadena de valor, nuevos modelos de negocio. 

Hablamos de políticas que tienen impactos muy tangibles. Un crecimiento del 1.200% desde el año 2018. A buen ritmo para cumplir los objetivos que nos fijamos en la hoja de ruta del autoconsumo de entre 9 y 14 GW en 2030, que pronto deberemos actualizar para recoger el impacto del impulso de autoconsumo.

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¿El porqué de este éxito? El marco normativo y un sector preparado. Pero el éxito es de la sociedad; hogares, empresas y administraciones buscando pasar de ser consumidores pasivos a agentes activos de la transición energética. Las comunidades energéticas son un magnífico ejemplo de esta transformación. 

¿El reto por delante? Primero, seguir trabajando en la mejora continua como parte de la política pública. Y segundo, pasar de la lógica de "picos de actividad" a una actividad sostenida y sostenible en el tiempo, propia de la transición energética con empleos, cadena de valor y oportunidades que perduren en nuestra sociedad y en nuestra economía durante años y décadas.