EMPRESAS

Lego: todos los secretos de un imperio juguetero de 9.300 millones

Un pequeño ladrillo de juguete surgido de la mente de un humilde carpintero danés en 1932 fue el origen de una gigantesca compañía multinacional con parques temáticos, ventas y negocios por todo el mundo

Varias familias disfrutan de las atracciones en el Legoland situado en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos.

Varias familias disfrutan de las atracciones en el Legoland situado en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos.

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Quién iba a decir que algo tan elemental como un pequeño ladrillo de juguete, surgido de la mente de un humilde carpintero danés, sería el origen de una gigantesca compañía que en el último año ha sido capaz de generar un volumen de negocio superior a los 9.300 millones de euros. Pues esa es la realidad actual de Lego, una empresa con presencia en más de 130 países, que ha sabido forjar un imperio gracias a la combinación de su propia actividad juguetera con otras vías de ingresos que se están revelando como sumamente rentables. Este es el caso de los parques de atracciones Legoland, repartidos por distintas partes del mundo y en fase expansiva, así como de producciones audiovisuales en forma de series y películas.

Todo empezó en 1932, cuando Ole Kirk Christiansen, un maestro carpintero, decidió poner en marcha en la ciudad danesa de Billund una empresa que, en sus inicios, se centró en la fabricación de juguetes de madera de alta calidad para los niños que en aquellos momentos estaban viviendo la Gran Depresión. El nombre de la firma fue toda una declaración de intenciones, toda vez que Lego procede del danés leg godt, que significa jugar bien. Con todo, los primeros ladrillos no vieron la luz hasta 1958, cuando Christiansen empezó a experimentar con plásticos e incorporó a las piezas que fabricaba unos pequeños tubos que permitían que encajaran entre sí.

Ese fue el nacimiento de todo un universo, puesto que estos bloques posibilitaron múltiples combinaciones constructivas que, desde entonces, han hecho las delicias de los niños y niñas de todo el mundo, a la vez que han convertido a esta empresa familiar en una de las más rentables a nivel también internacional.

Un parque temático de Lego.

/ Jesper Rais

Proceso de expansión

Y es que la compañía inició, a raíz de este lanzamiento, un imparable proceso de expansión que le permitió consolidarse, primero, en el mercado europeo, a comienzos de los años 60, antes de que solo una década después diese el salto a Estados Unidos y, de ahí, al resto de los continentes. También fue en esa época cuando la firma inauguró en el mismo municipio danés de Billund el primero de sus parques de atracciones, una línea de negocio complementaria que pronto obtuvo una buena acogida, como lo demuestra el hecho de que en el primer año pasaran por allí 625.000 visitantes.

Pero no todo fue un camino de rosas. La caducidad de la patente de los bloques de construcción en 1981 propició que surgieran varios competidores que imitaron el modelo de Lego, caso de las jugueteras Tyco y la española Tente, entre otras. A ello se le sumó, ya a mediados de los años 90, los cada vez más notables cambios tecnológicos en el sector juguetero y, sobre todo, la irrupción de los videojuegos, dos factores que llevaron a la compañía danesa a registrar las primeras pérdidas de su historia, hasta situarla en 2004 al borde de la quiebra con unas pérdidas de 287 millones de euros.

Un árbol construido con figuras de Lego.

/ Jesper Rais

Grandes remedios

Y, a grandes males, grandes remedios. Los Christiansen decidieron en ese momento otorgar la presidencia a Jorgen Vig Knudstorp, un joven consultor que se convirtió de esta forma en el primer consejero delegado de Lego que no pertenecía a la familia fundadora y que aplicó un drástico plan de choque que incluyó el despido de 2.000 trabajadores, la venta de todos los parques temáticos, en aquellos momentos cuatro, al grupo Merlin Entertainments, y la recuperación de las colecciones de construcción más rentables. 

También, y eso fue una iniciativa que se ha consolidado y sigue reportado beneficios a la compañía, apostó por lanzar películas y series basadas en productos de la marca, llegando a acuerdos con productoras de tanto prestigio como Warner Bros. La reconversión resultó todo un éxito, dado que, a partir de ahí, Lego volvió a remontar de forma paulatina el vuelo, hasta superar en 2015 a Mattel como la mayor juguetera mundial en ventas, algo que perdura en la actualidad.

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Los números cantan por sí solos. Lego, dirigida actualmente por Niels B. Christiansen, es hoy en día una compañía con 24.000 empleados, cuyos principales centros de producción se encuentran situados en Dinamarca, Hungría, República Checa, México y China. Las ventas el año pasado, el del 90º aniversario de la compañía, alcanzaron un récord de 64.866 millones de coronas danesas (unos 8.581 millones de euros), el 16,9% más que un ejercicio antes, mientras que los beneficios netos crecieron un 3,7% hasta situarse en los 13.782 millones de coronas (unos 1.852 millones de euros). Y todo en un contexto complicado por las presiones inflacionarias sobre los costes de los materiales, los fletes y la energía, lo que no impidió que la firma inaugurara 155 nuevas tiendas propias, elevando a un total de 904 los establecimientos que forman parte de la red de comercios físicos de la multinacional en todo el mundo.

Para Vincent Plane, country manager de Lego Iberia, el secreto de todo ello está en el ladrillo. Según sus palabras, "se trata de un juguete que perdura en el tiempo porque se ha transmitido de generación en generación y que permite a los niños y niñas su desarrollo a través del juego lúdico; a ello hay que añadir la capacidad de la compañía para reinventarse y seguir innovando para satisfacer a sus fans". Plane, además, resalta que el grupo atraviesa por un buen momento, con un crecimiento sostenido de las ventas, particularmente desde 2018, a pesar de que por medio se ha cruzado una pandemia mundial. "Contamos con más de 700 referencias -explica-, y continuamente estamos renovando nuestro portafolio, que está mostrando una gran solidez", concluye.