Tormenta bancaria

Arturo Bris (IMD) teme que los accionistas se opongan a la compra de Credit Suisse

  • El valor que recibirán los accionistas por cada título es sensiblemente inferior a su última cotización, así que el director del ránking de competitividad duda de si los accionistas aceptarán el trato

Logos of Swiss banks UBS and Credit Suisse are seen in Zurich

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"Suiza nunca volverá a ser la misma". Así de tajante se muestra el profesor Arturo Bris en un artículo para el International Institute for Management Development, o IMD, una de las más importantes escuelas de negocios del mundo, cuyo campus se encuentra en la ciudad de Lausana, Suiza. Y es que este fin de semana se ha producido, a sus ojos, "una destrucción masiva de riqueza" con la compra de Credit Suisse por parte de su rival UBS. Porque los accionistas del banco comprado recibirán 0,76 francos suizos por acción, un valor muy por debajo de los 1,86 francos suizos a los que cotizaba a cierre de sesión del viernes.

"Sospecho que los mayores accionistas de Credit Suisse Group no aceptarán el trato", continúa. Ni tampoco los fondos de pensiones suizos, que poseen gran cantidad de acciones. Y pone en duda, además, que el trato sea finalmente satisfactorio para UBS. Porque los costes y "riesgos" de la operación podrían asustar a sus clientes, depositantes y accionistas.

Por otra parte, defiende que el coste del rescate corre totalmente de los contribuyentes suizos. Además, recuerda que el futuro de los 16.000 empleados que trabajan en la red minorista de Suiza está en el aire, porque la sucursal de Credit Suisse está justo en frente de la de UBS, con lo que una de las dos posiblemente cerrará. Y "habrá pérdidas significativas" en las ramas de gestión patrimonial de ambos bancos. La reputación de la banca suiza se ha visto, por todo ello, irremediablemente "dañada", así que muchos clientes y depositantes se irán de ambos bancos, augura Bris.

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El resultado de esta crisis es un gran banco con un poder "casi monopólico" en algunos segmentos de los mercados suizos, lo que no es para nada deseable para los clientes. Y que va a salir muy cara, porque además de la inyección de liquidez de 100.000 millones de francos, hay que contar con los costes potenciales de la pérdida de empleo y los cargos de reestructuración, entre otros aspectos.

Aunque pone en valor la rapidez de las autoridades suizas para evitar una crisis bancaria desbocada, duda de si finalmente la fusión funcione. "Casi nunca lo hacen", advierte. "Ahora es una criatura más grande y de movimiento más lento", por lo que "debemos permanecer cautelosos", concluye.