CRISIS BANCARIA

¿Por qué se ha hundido en bolsa Credit Suisse y qué puede pasar con el banco?

El desplome de la entidad suiza en la bolsa vuelve a desatar el pánico de los inversores

FILE PHOTO: A man walks near the Credit Suisse bank headquarters in New York

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El fantasma de una nueva crisis financiera vuelve a cernirse sobre la banca mundial. Tras la caída del estadounidense Silicon Valley Bank hace unos días, el pánico de los inversores se centra ahora en Credit Suisse, cuyas acciones se han hundido un 24,94% en bolsa y han arrastrado a la baja las cotizaciones del resto de la banca europea. El Banco Central de Suiza ha tenido que salir al paso y defender que la entidad es sólida, además de prometerle liquidez en caso de necesidad. La entidad suiza atraviesa graves problemas de viabilidad desde hace años, pero ha vuelto al centro de la diana en un contexto de creciente temor a los efectos sobre el sector financiero de las subidas de tipos de los bancos centrales para combatir la inflación.

1 ¿Qué es Credit Suisse y qué importancia tiene?

Credit Suisse, fundado en 1856 en Zurich, es el segundo mayor banco suizo tras UBS, uno de los 20 mayores de Europa y uno de los 50 más grandes del mundo. Es decir, una entidad de las llamadas sistémicas, con amplias interconexiones en el sistema financiero global. La entidad cerró el año pasado con unos 540.000 millones de euros en activos (algo menos que CaixaBank, por ponerlo en perspectiva), 50.480 empleados, y presencia en unos 40 países. El grupo se dedica sobre todo a la banca privada (gestión de grandes patrimonios), la gestión de inversiones en activos financieros (como fondos de inversión y pensiones), y banca de inversión (asesoramiento y servicios financieros para empresas e instituciones), además de contar con un banco comercial al uso en Suiza. En España, cuenta con activos por valor de 10.062 millones de euros.

2 ¿Por qué los inversores huyen del banco en bolsa?

Credit Suisse lleva teniendo todo tipo de problemas desde hace años, agudizados en la última parte del pasado ejercicio. Las dudas sobre su modelo de negocio y rentabilidad hacen sospechar desde hace tiempo a los grandes inversores sobre la calidad de sus activos, y por tanto sobre si su solvencia es suficiente para afrontar posibles pérdidas latentes. A ello se suma que ha sido objeto de múltiples escándalos, con un elevado coste en forma de sanciones y condenas. El banco, así, perdió el año pasado unos 7.400 millones de euros, muy por encima de los 1.674 millones de 2021, y admitió que para 2023 también prevé unos "sustanciales" números rojos. Además, sufrió una "significativa" salida de recursos de clientes por valor de unos 126.000 millones, toda una muestra de desconfianza. Además, su segundo accionista, Harris Associates, vendió toda su participación. Sus acciones han bajado este miércoles hasta un mínimo histórico de 1,7 francos suizos por título, frente a los 12,66 de enero de 2021 y los 7,14 de hace un año.

3 ¿De qué escándalos ha sido objeto?

El banco se ha visto envuelto en multitud de escándalos en los últimos años, en muchos casos con un elevado coste económico. En 2021, así, las autoridades de Estados Unidos y Reino Unido le sancionaron con unos 450 millones de euros por sobornos en Mozambique entre 2013 y 2016. También ese año, tuvo que reconocer unas pérdidas de más de 5.000 millones por la caída del fondo estadounidense Archegos, así como otros más de 1.600 millones por la quiebra del británico Greensill Capital, que le obligaron a recortar el dividendo. Por si fuera poco, registró un caso de espionaje a sus propios directivos en 2019 (que costó el cargo al entonces consejero delegado, Tidjane Thiam), mientras que a principios de 2022 su presidente, el portugués Antonio Horta-Osorio (exprimer ejecutivo de Santander UK y Lloyds), tuvo que dimitir, menos de nueve meses después de llegar al cargo, tras revelarse que se había saltado la cuarentena impuesta por el coronavirus, entre otras cosas para asistir a un partido de tenis en Wimbledon. También el año pasado, se conoció que el banco guardó durante años fortunas de personas acusadas de torturas, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, corrupción y otros crímenes graves, por un valor conjunto de unos 100.000 millones de dólares entre 1940 y la década de 2010. En 2022, asimismo, acordó pagar 467 millones en Estados Unidos por un litigio sobre valores respaldados por hipotecas que se remonta a la crisis de 2008, así como 238 millones en Francia para evitar ser procesado por prospección ilegal de clientes y fraude fiscal.

4 ¿Por qué se hundió su acción este miércoles?

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El banco volvió al foco hace unos días al retrasar la presentación de su informe anual al reconocer "debilidades materiales" en el control interno y el reporte de sus estados financieros. El desencadenante de su desplome bursátil, con todo, han sido unas declaraciones de Ammar al Khudairy, presidente del banco estatal saudí. La entidad árabe es la principal accionista de Credit Suisse con el 9,88% de las acciones desde que a finales del año pasado acudió con 1.530 millones a la ampliación de capital que lanzó el banco suizo para reforzar su solvencia y tratar de despejar las dudas de los inversores. En una entrevista en 'Bloomberg', el banquero saudí descartó tajantemente que su entidad vaya a poner más dinero en caso de que Credit Suisse necesite reforzar aún más su capital. "La respuesta es absolutamente no, por muchas razones más allá de la razón más simple, que es reglamentaria y estatutaria", apuntó, en referencia al incremento de requisitos legales que supondría elevar su participación por encima del umbral del 10%.

5 ¿Qué puede pasar ahora?

Su presidente, Axel Lehmann, venía descartado de forma tajante que el banco vaya a necesitar un rescate público, pero tras el derrumbe bursátil, la entidad solicitó a las autoridades bancarias suizas que le hagan una muestra pública de apoyo. El Banco Central de Suiza y la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero Suizo (FINMA) salieron en defensa de su solvencia a última hora del miércoles y le prometieron liquidez "si es necesario", un mensaje fundamental destinado a tranquilizar a los inversores y clientes y cortar la fuga de depósitos que viene sufriendo la entidad en los últimos meses. De hecho, la entidad ha anunciado en la madrugada de este jueves que pedirá hasta 50.000 millones de francos suizos al BCS para garantizar su estabilidad. El banco presentó el pasado octubre un plan estratégico a tres años para tratar de resolver sus problemas y convencer a los inversores, que incluye entre otras medidas un fuerte recorte de costes y el adelgazamiento y posible venta de su negocio de banca de inversión. Si continúan las ventas masivas en bolsa, con todo, es difícil que lo pueda llevar a cabo. Sobre todo porque suelen conllevar salidas de depósitos, como han admitido estar recibiendo sus rivales UBS y Deutsche Bank. Y no hay banco que resista una retirada mantenida y masiva de los fondos por parte de sus clientes. Está por ver, por tanto, si el mensaje de las autoridades será suficiente o no para parar la sangría.