CRISIS BANCARIA

Estabilidad financiera 2.0

La diferencia con respecto a 2007 es que la regulación bancaria es más estricta y exige más capital y de mejor calidad

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Credit Suisse

Credit Suisse / Agencias

En 2008 el mundo vivió la peor crisis financiera en los últimos 80 años. Aunque han pasado ya 15 años es lógico que Wall Street y main street lo recuerden y vuelvan los miedos. ¿Es el Silicon Valley Bank el canario en la mina de otra crisis financiera? El fenómeno financiero es aún el gran desconocido para los economistas y nadie puede contestar con certeza a esta pregunta.

En 2008 el problema fue el elevado endeudamiento mezclado con inflación de activos. Cuando pinchó la burbuja inmobiliaria los inversores temieron no recuperar su dinero y se refugiaron en deuda pública de Estados Unidos, Alemania y Japón. Eso provocó dificultades para renovar la deuda, forzó a vender activos y hundió sus precios. La deflación de activos activó la contracción del crédito, el colapso de la inversión, del PIB y del empleo.

La deuda mundial hoy es muy superior a la de 2008, especialmente en países emergentes y sobre todo en China. China ha dejado de tener elevados superávits por cuenta corriente y ha aumentado significativamente su deuda, tanto el Estado como las empresas. En Estados Unidos las empresas también tienen más deuda ahora que en 2007. Durante más de una década esas deudas se financiaban a tipos próximos al 0%. La inflación parecía haber desaparecido y los bancos centrales priorizaban el crecimiento y la estabilidad financiera a la estabilidad de precios.

La pandemia provocó una grave distorsión de las cadenas de suministro y de producción mundial y la inflación volvió. Los bancos centrales se vieron forzados a subir los tipos de interés y a reducir sus balances, parando las compras de deuda y no renovando los vencimientos. En el último año las primas de riesgo, tanto de bonos corporativos como de deuda pública de países altamente endeudados, se mantuvieron en niveles anteriores a la pandemia. Pero la quiebra del Silicon Valley Bank ha provocado una inestabilidad en los mercados financieros globales que no se recordaba desde la crisis de 2008.

Burbuja tecnológica

La subida de tipos de la Fed ha pinchado la burbuja tecnológica y es lógico que sea un banco de California el más afectado. El problema es que era también el banco del private equity internacional y de muchas empresas cripto. Varios bancos regionales en EEUU está sufriendo duras caídas en bolsa y en Europa grandes entidades como Credit Suisse o Deutsche Bank están registrando también un fuerte castigo.

La quiebra del Silicon Valley Bank es por fuerte crecimiento del crédito y excesiva concentración de préstamos en la burbuja tecnológica. Pero en el mercado se ha filtrado el rumor de que la causa de su quiebra ha sido la compra masiva de deuda pública a tipos de interés muy bajos con minusvalías. A los bancos con alto ratio de deuda sobre capital, les hacen el estrés de valorar esa cartera a precios de mercado y si se han comido el capital son objetivos para vender sus acciones en corto en la bolsa.

Regulación más estricta

La diferencia con respecto a 2007 es que la regulación bancaria es más estricta y exige más capital y de mejor calidad. Y los bancos centrales ya conocen lo que sucedió en 2008 y tienen más herramientas para garantizar la estabilidad financiera. Pero el miedo es libre e impredecible y obliga a ser prudentes. El BCE tiene este jueves su reunión y había anunciado una subida de tipos de interés. Pero en los últimos días los tipos de las letras del Tesoro a un año del Gobierno alemán han bajado casi un punto porcentual, anticipando que el BCE no sólo no subirá tipos sino que tendrá que bajarlos en los próximos meses.

Si el BCE quiere contribuir a dar un mensaje de tranquilidad este jueves debería mantener los tipos de interés y esperar y ver. Si el mes que viene la estabilidad financiera ha vuelto al mercado y la inflación no remite pueden retomar las subidas. Pero subir tipos cuando los inversores descuentan bajadas provocaría mayor desconcierto y mayor inestabilidad financiera. La Fed debería hacer lo mismo en su próxima reunión.

España es de los pocos países en el mundo que se ha desapalancado desde 2007. La deuda de empresas y familias ha bajado unos 30 puntos de su renta disponible desde entonces. En la crisis anterior los bancos españoles tenía más crédito concedido que depósitos y necesitaban emitir bonos con garantía hipotecaria en los mercados para financiarse. Cuando estalló la crisis subprime en EEUU y colapsaron los mercados de capitales, los bancos españoles dejaron de emitir y se vieron forzados a recortar el crédito que ya no podían financiar.

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Ahora la banca española tiene 200.000 millones más de depósitos que crédito y eso es un dique de protección para que la inestabilidad de los mercados no afecte al crédito, a la inversión y al empleo. El problema ahora es la deuda pública que es casi el triple que en 2007. De momento, en la última semana los inversores han comprado masivamente deuda española, la rentabilidad del bono a 10 años ha bajado 50 puntos básicos hasta el 3,25% y la prima de riesgo con Alemania sigue próxima a 10 puntos básicos. El Gobierno debería anunciar que elimina el impuesto extraordinario a los bancos españoles y, sobre todo, debe mandar una señal clara y contundente de consolidación presupuestaria en el programa de estabilidad que enviará a Bruselas en abril.

Como aprendimos en 2010, cuando los inversores pierden la confianza cuesta sangre, sudor y lágrimas recuperarla.