CAMBIO DE SEDE

Ferrovial se va de España; ¿cómo afecta a su cotización?

Los analistas apuntan a que este movimiento de la compañía de Rafael del Pino será positivo para su acción

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino.

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino.

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Ferrovial se muda; moverá su sede de España a Países Bajos. Menor carga fiscal, mejor acceso a financiación y menos trabas burocráticas son algunas de las razones que al compañía ha esgrimido. Mientras, la acción de la compañía de Rafael del Pino tiene una valoración en la Bolsa española en estos momentos de 26,76 euros después de estar subiendo hoy más de un 1,20%. A priori, cabe esperar que este movimiento favorezca su cotización.

Para Darío García, analista en XTB, este cambio de sede "debería afectar positivamente". Ferrovial busca mejorar la liquidez de su acción y facilitar el acceso a su empresa de más inversores a escala global, lo cual debe de ser interpretado en positivo en el mercado. "No hay motivos para pensar que pueda ir hacia abajo; esta acción tiene más un perfil de evolución alcista que todo lo contrario". "Ferrovial busca mejorar en Bolsa, además de mejorar en su actividad", comenta este analista, que también destaca que el presidente de esta compañía, Rafael del Pino, tiene como objetivo que la acción de su empresa "sea más potente y tenga más recorrido".

27 euros en el corto plazo

XTB maneja una posible horquilla de crecimiento del valor de la acción de Ferrovial: "puede alcanzar los 27 euros en unas semanas". Su máximo histórico de cotización se sitúa en casi 30 euros a 21 de febrero de 2020, al filo del inicio del confinamiento en Europa por la crisis sanitaria del coronavirus.

"Una acción 'internacional"

El 93% de los accionistas de esta compañía de infraestructuras no son españoles, según destaca García: "es una acción de carácter internacional". Además, según los resultados de 2022, el 80% de su negocio procede de fuera de España. "Es una compañía que se ha adaptado al mercado, dedicada a la gestión de infraestructuras". Hoy por hoy, debido a los costes, esta actividad de mantener las infraestructuras supone un negocio más rentable que la construcción desde cero, que son "negocios que dan muchas pérdidas". Es en este nicho donde Ferrovial es líder. Y tampoco es la única empresa española que realiza negocios de este tipo en el extranjero. Otras constructoras como ACS también buscan construir fuera de España "porque las licitaciones que dan los gobiernos extranjeros son más atractivas". Generalmente, se trata de países en vías de desarrollo con potencial para crecer y de grandes trabajos que solo las grandes empresas como Ferrovial son capaces de llevar a cabo.

"Debe todo a España"

Sin embargo, este movimiento no ha gustado en el Gobierno de España. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha calificado como erróneo este cambio de rumbo y ha apuntado: "se trata de una empresa que debe todo a España. No resulta aceptable que una empresa que ha nacido y crecido aquí gracias a la inversión pública de los ciudadanos españoles muestre esta falta de compromiso con su país". Estos comentarios terminaron perjudicando la cotización de esta acción a cierre de ayer: "El mensaje de Calviño caló y hubo ventas", señala Darío García.

Holanda, trampolín a EE.UU.

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Uno de los motivos por los que Ferrovial se muda de país es tener más fácil llegar a cotizar en Wall Street, objetivo declarado por la propia empresa. Establecer su sede en Holanda puede servir como empuje para lograrlo: Países Bajos y Estados Unidos cuentan con un tratado de comercio desde 1959 por el cual "a los nacionales y empresas de cualquiera de las partes se les otorgará trato nacional con respecto a la participación en todo tipo de actividades comerciales, industriales, financieras y de otro tipo con fines lucrativos (actividades comerciales) dentro de los territorios de la otra parte, ya sea directamente o por medio de un agente o a través de medio de cualquier forma de entidad jurídica lícita".

Sin embargo, el Gobierno español no cuenta con nada a su alcance, ningún mecanismo jurídico, para obtener una situación medianamente parecida que resultase más atractiva para Ferrovial por encontrarse dentro de la Unión Europea. Por contra, el acuerdo entre Holanda y EE.UU., al ser anterior a la aparición de la Unión, cuenta con toda vigencia.