ANÁLISIS

Un año de la guerra en Ucrania en los mercados

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Varios paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa

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A punto de cumplirse el primer aniversario de la guerra en Ucrania, la percepción que tenemos como espectadores, así como también de inversores, es que nada ha cambiado y que incluso la situación ha empeorado. Principalmente debido a la solicitud de Ucrania a los países de la OTAN de armamento avanzado, véase tanques, aviones y misiles. Salvo los tanques, el resto de material solicitado se ha negado taxativamente hasta ahora.

Las sanciones impuestas por Occidente se siguen manteniendo, pero tras un año intenso en el que además de la guerra, consecuencia o no de ella, los niveles de inflación alcanzaron máximos en algunas economías de los últimos 40 años. Para combatir este marco económico, los bancos centrales han estado subiendo los tipos de interés para enfriar la economía y mantienen un tensionamiento en el sector energético que afecta de manera crítica a Europa, a pesar de que recientemente los precios han caído en algunos casos a niveles previos al conflicto.

Precisamente desde Bruselas, Ursula Von der Leyen ha vuelto a presentar una nueva ronda de sanciones contra Rusia que esperan que entre en vigor el mismo 24 de febrero, cuando se cumple exactamente el primer año de la guerra. Este paquete será el décimo, y aunque los argumentos siguen siendo que Rusia es la mayor perjudicada por estas medidas, la realidad de este último año ha sido que Europa ha recibido el mayor impacto al verse obligada a sustituir las importaciones procedentes de Rusia que en 2021 suponían el 32% del total del gas natural, a través de gasoductos, a un marginal 3% a finales de 2022.

El viejo continente ha tenido que acudir durante este año a otros exportadores de gas, como Estados Unidos y varios países de Latinoamérica, con el consecuente aumento de los costes y del precio final debido a que el transporte por vía marítima no sólo tiene en cuenta el coste del transporte (combustibles y fees portuarios), sino también los costes de procesado del gas natural, que requiere ser transformado en GNL (Gas Natural Licuado) para su transporte. Adicionalmente, los enclaves de almacenamiento de GNL en Europa son insuficientes para una importación que actualmente supone casi el 50% del total. Esto sigue siendo un reto para los principales países del viejo continente que, además de incurrir en mayores costes de importación y de construcción de estos almacenes, se ha generado un nuevo problema: el coste temporal.

El GNL que Estados Unidos es incapaz de introducir en Europa está siendo exportado a China, que tiene capacidad de pagar precios mayores encareciendo el mercado global. Por lo tanto, las consecuencias de la guerra no sólo han afectado geográfica, social y económicamente a Ucrania, sino que derivado de las sanciones globales a Rusia la estructura del mercado global de la energía ha sufrido importantes cambios que podrían no volver atrás.

En el contexto sobre la evolución de los diferentes mercados bursátiles, además de los cambios producidos en los principales índices y plazas mundiales, las fluctuaciones en los precios de las diferentes materias primas (principalmente energéticas y metales industriales) y las variaciones en el mercado de divisas han sido los grandes protagonistas a lo largo de estos últimos 365 días:

Como podemos observar en la tabla superior, a pesar de que el contexto sobre la guerra no ha cambiado ni tampoco hay horizonte visible que ponga fin al conflicto, los precios principalmente de las materias primas cotizan a precios inferiores, incluso en algunos casos con fuertes caídas con respecto al precio de partida previo a la guerra.

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Curiosamente, el precio del gas natural ha sido el que más variaciones ha tenido. Tras un año de la guerra, el precio del gas TTF (de referencia en Europa) ha caído casi un 43%. En el momento de mayor volatilidad, el precio llegó a alcanzar los 10$ por unidad equivalente a un incremento del 123% sobre el precio inicial. Cuando mayor preocupación existía sobre la inflación y cuando los incrementos de tipos de interés de los bancos centrales se encontraban en el ecuador de las alzas totales hasta la fecha de hoy.

Precisamente, el efecto restrictivo de los niveles de inflación y de tipos de interés, han repercutido sobre la demanda global, factor que ha motivado las caídas en los precios de las materias primas mientras que el conflicto todavía no ve la luz al final del túnel.