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El 15% de los españoles han sufrido una situación de acoso laboral a lo largo de su vida

Algunas de las prácticas más utilizadas por los perpetradores son el 'mobbing', el acoso psicológico o el ciberacoso

Semana laboral de 4 días: así funcionará el programa piloto en España.

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P.B.

En algunos entornos laborales, por su exigencia y sus cambios, los directivos pueden encontrar dificultades en el proceso de identificación y gestión del acoso en el trabajo. Eso no significa que no ocurra. Según el último informe de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo de 2021, aproximadamente un 15% de los españoles se han visto sometido en al menos una situación de acoso laboral a lo largo de su vida. Y a nivel mundial, alrededor del 22% del total de la población sufren actualmente acoso laboral o 'mobbing', según la última encuesta global de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una cifra que representa unos 743 millones de personas.

La alta prevalencia a nivel mundial, junto con la gravedad de las consecuencias para las víctimas y su impacto en todos los sectores de la sociedad requiere de una detección temprana y de su prevención. El acoso laboral provoca a quien lo sufre trastornos de ansiedad, estrés y depresión, así como problemas del sueño y de concentración y memoria. Con el tiempo, estos problemas psicológicos, unidos a los dolores musculares y somatización crónica, conllevan un deterioro de su salud general y en un descenso del rendimiento y de la motivación en el trabajo. También afecta a la empresa por el incremento del riesgo de absentismo de la persona y bajas laborales prolongadas, o incluso, recibir reclamaciones o denuncias ante la Inspección de Trabajo.

Durante los últimos años, con el auge de la digitalización y de las TIC, ha dificultado el proceso de detección y gestión de las malas prácticas dentro del entorno de trabajo. “Hoy en día, el entorno socioeconómico exige a las empresas ser socialmente responsables. Velar por un ambiente laboral saludable es una de las responsabilidades de los directivos de las organizaciones, y, de hecho, no hacerlo puede suponer una negligencia", afirma Diogo Ogando, suscriptor senior de D&O de Hiscox Iberia.Sin embargo, ciertas acciones ya son bien reconocidas. Hiscox ha elaborado junto al despacho de abogados Muñoz Arribas una Guía de Prácticas Laborales donde identifica las cinco prácticas más utilizadas.

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La primera de ellas es el 'mobbing'. Según la de definición de la OIT, es toda acción hostil verbal o psicológica que se da de forma sistemática y persistente hacia un único individuo en el lugar de trabajo, siempre bajo el pretexto de ofender a esa persona, intimidarla o humillarla. Se manifiesta en la difusión de rumores falsos, en el aislamiento del compañero o en menosprecios o calumnias. En lo que en España se conoce como acoso laboral en general, un concepto distinto del 'bullying', que es un acto de acoso o maltrato que ocurre entre estudiantes en el ámbito educativo y tiene un carácter más físico que psicológico. El segundo tipo es el 'bossing', un acoso laboral que proviene de una autoridad jerárquica en el lugar de trabajo, como un gerente o responsable, que aprovecha su situación de poder para hostigar a un empleado. En ocasiones, el agresor se sirve de amenazas de despido con el fin de inducir miedo a la víctima para aumentar su productividad o provocar su renuncia laboral.

Aunque el ciberacoso se relaciona normalmente con el ámbito estudiantes, en los últimos años se ha convertido en un riesgo emergente en los lugares de trabajo, con especial énfasis a causa del teletrabajo. Este tipo de acoso engloba cualquier comportamiento agresivos o 'mobbing' que tengan lugar a través de los canales digitales como las llamadas, la mensajería instantánea, las redes sociales o el correo electrónico. Existe también un tipo de acoso cercano al 'mobbing' o 'bullying' con alguna diferencia. El llamado 'harassment' es el acoso sistemático y constancia hacia un individuo en el entorno laboral, pero este suele ocurrir exclusivamente por motivos en base a las características y diferencias individuales, como la edad, la etnia o la orientación sexual. Por último, el 'stalking' es un tipo de acoso psicológico en el que el agresor irrumpe de una forma perturbadora y reiterada, y sobre todo, no solicitada, en la vida de una persona con la que no tiene relación o no la ha tenido con anterioridad. Esta práctica puede darse en el entorno laboral con comportamientos como el acercamiento físico indeseado, hurto de objetos de la víctima, acceso a información confidencial de la víctima, vigilancia durante el horario laboral o incluso abuso sexual.

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