La uva de Nochevieja, un cultivo que se debate entre la tradición y la renovación

Más del 80% de los dos millones de kilos de uvas que se consumirán la próxima Nochevieja en España saldrán de los viñedos del Medio Vinalopó, la comarca alicantina que ha hecho de este cultivo una de sus señas de identidad

Planta de Uvas Doce

Planta de Uvas Doce / Áxel Álvarez

3
Se lee en minutos

Solo en Medio Vinalopó puede encontrarse uva fresca en una época tan avanzada del año, Navidad, algo que los agricultores de este territorio deben agradecer a la variedad aledo -la uva de maduración más tardía de España, que sólo se produce en esta zona-, y al embolsado uno a uno de todos los racimos con un saco de papel en la propia cepa, una tarea artesanal que se realiza al inicio de verano y que permite proteger la fruta de plagas y de las inclemencias meteorológicas.

Una tradición de más de un siglo -el embolsado empezó en 1919 para combatir a la polilla del racimo- que le ha valido a la comarca contar con una Denominación de Origen que ampara a este cultivo, pero que no le libra de afrontar importantes retos, como la falta de relevo generacional de muchas explotaciones, la escasez de mano de obra o los cambios de gustos de los consumidores, que está llevando a algunos productores a abandonar las variedades tradicionales protegidas por otras sin semilla.

Una disyuntiva que se hace aún más patente en años como el actual, donde el clima no ha acompañado y la inflación ha disparado los costes de los productores y ha mermado su rentabilidad. "Ha sido un año muy duro. Hubo una brotación muy buena en primavera, porque llovió bien en marzo y abril, pero luego vinieron muchos meses de sequía y, sobre todo, de mucho calor que adelantó la maduración", se lamenta el presidente del Consejo Regulador de la DO Uva Embolsada del Vinalopó, Pepe Bernabeu.

Además, los productores no han visto compensados los mayores costes con precios más elevados, ya que el consumo ha flojeado. La uva es una fruta con fama de cara -aunque desde el sector insistan en que no es cierto-, por lo que se ha resentido por el ajuste de presupuestos que han realizado muchas familias para afrontar la inflación.

La importancia de este sector en la zona queda patente con el volumen de empleo que genera. Además de los aproximadamente 400 agricultores pertenecientes a la DO, el cultivo, embolsado, recolección y posterior limpieza de los racimos para su venta genera hasta 13.000 puestos de trabajo temporales a lo largo del año. En cuanto a la producción, el organismo regulador tenía inscritos al inicio de la campaña alrededor de 41 millones de kilos, de los que el 45% son de aledo. Sin embargo, las pérdidas dejarán la cifra final más cerca de los 36 millones.

Y el problema es que son muchos años en los que la cosecha no cubre costes, lo que ha provocado que en las últimas décadas muchas explotaciones se hayan abandonado, a medida que sus titulares llegaban a la edad de jubilación, "y los hijos preferían tomar otros caminos", señala Bernabeu

Pero no todo es negativo, estos abandonos se han compensado en parte con el aumento de tamaño de otras explotaciones y la aparición de empresas de mayor dimensión, que contribuyen a modernizar la actividad. Aunque en algunos casos sea a costa de romper con la tradición.

Noticias relacionadas

Es el caso de la firma Uvas Doce, que decidió apostar por la innovación a través de una doble vía: el cultivo de variedades sin semilla y con sabores singulares -por ejemplo, tienen varias destinadas al público infantil que recuerdan a las golosinas-, y el desarrollo de nuevos formatos de venta, como los envases con doce granos elaborados específicamente para la Nochevieja.

Solo este año comercializarán más de 600.000 de estos envases, que suponen uno de sus mayores éxitos, como reconoce la directora comercial de la firma, Miriam Cutillas. Y es solo la punta del iceberg. La compañía ya tiene 180 hectáreas en cultivo, y mueve ella sola cerca de ocho millones de kilos. Una parte de la fruta que distribuye es de importación, ya que las variedades sin semilla son de maduración más temprana y no llegan hasta fin de año, pero la firma ya trabaja en el desarrollo de nuevas variedades capaces de resistir hasta Nochevieja, para que también pueda haber uva sin semilla alicantina en esta celebración.

Temas

Agricultura