ADEMÁS DEL H2MED

España busca fondos europeos para construir también dos grandes corredores internos de hidrógeno

  • Diseña dos ejes de hidroductos que recorrerán todo el país y estarán conectados con Europa a través del futuro H2Med, y también dos almacenes para el hidrógeno verde en País Vasco y Cantabria.

  • El Gobierno presenta a Bruselas la candidatura de todas las instalaciones para ser consideradas proyectos de interés común y obtener financiación de la UE por hasta la mitad de toda la inversión. 

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / Efe

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España quiere convertirse en el primer hub de hidrógeno renovable del mundo y busca fondos de la Unión Europea para financiar la mitad de las inversiones milmillonarias que serán necesarias para conseguirlo. Además del corredor internacional H2Med pactado por España, Francia y Portugal para transportar el gas verde a Europea, el Gobierno español también trata de conseguir financiación comunitaria para levantar dos grandes hidroductos internos que recorrerán todo el país conectando las plantas de producción de hidrógeno y los polos industriales de consumo, y dos almacenamientos subterráneos.

El Ejecutivo ha presentado a la Comisión Europea no sólo la candidatura del H2Med para ser considerado proyecto de interés común (PIC) y obtener ayudas por hasta la mitad de los 2.850 millones de euros necesarios para construir los dos tramos de hidroductos para conectarse con Portugal (entre Celorico da Beira y Zamora) y con Francia (entre Barcelona y Marsella, con un tubo submarino).

España también ha presentado en solitario la petición de que sean reconocidos como PIC la construcción de un gran corredor de transporte de hidrógeno verde que unirá Huelva, Puertollano (Ciudad Real), Zamora y Gijón y de otro corredor que conectará Gijón, Barcelona y Cartagena, según ha anunciado el Ministerio para la Transición Ecológica, que no ha desvelado el montante de inversión previsto. Además, el Ejecutivo también busca financiación de la UE para construir dos almacenamientos subterráneos para hidrógeno en cavidades salinas en Cantabria y País Vasco.

Los dos grandes corredores de transporte se consideran un único candidato a PCI, mientras que cada uno de los almacén previstos tiene una candidatura independiente, en la que podrían participar distintos promotores. Por lo general, se consideran PCI proyectos que tengan carácter transnacional, pero corredores internos encajan en el marco legal para optar a las ayudas al considerarse reforzadores y facilitadores de las conexiones internacionales.

La base de diseño de estas infraestructuras es la denominada columna vertebral española del hidrógeno, que Enagás -el gestor del sistema gasista y operador de la red de transporte de gas- lleva diseñando varios años. Está prevista su ampliación y su desarrollo, según crezcan la producción y la demanda de hidrógeno verde, que no produce emisiones de CO2 al ser obtenido con electricidad procedente sólo de energías renovables.

Ningún gasoducto más

España pretende concentrar su apuesta de futuro en el hidrógeno verde y renuncia a la construcción de nuevas interconexiones internacionales para transportar gas natural. Hasta hace apenas dos meses, los planes pasaban por intentar recuperar el proyecto de un nuevo gasoducto con Francia a través de los Pirineos (retomando el antiguo MidCat) y lanzar -como alternativa o como complemento- un gasoducto submarino con Italia. Ni lo uno ni lo otro.

España y Francia renunciaron al renovado MidCat y han acabado por sustituirlo por un nuevo corredor que conectará bajo el mar Barcelona y Marsella con un tubo que se utilizará exclusivamente para transportar hidrógeno verde a partir de 2030, y que se complementará con otra conexión también sólo para hidrógeno entre Portugal y España.

Y el Gobierno español se dispone también a enterrar definitivamente el ‘megaplán’ de lanzar un gasoducto submarino con Italia -entre Barcelona y Livorno- que se utilizaría primero para llevar gas natural y luego se reconvertiría para transportar hidrógeno, y para el que ya se habían desarrollado los estudios previos que apuntaban a que se destinarían 3.000 millones en su construcción.

El Ejecutivo reorienta su estrategia para el comercio exterior gasista y renunciará a construir ninguna conexión internacional más que sirva para transportar gas natural, para hacer una apuesta total por la futura revolución del hidrógeno renovable, según confirman fuentes oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera.

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España cuenta con gasoductos que conectan su sistema gasista con Francia, con Portugal, con Argelia y con Marruecos, y los planes del Gobierno pasan por no sumar ni una sola instalación más que sirva para transportar gas natural y centrarse en todo caso en futuras instalaciones para hidrógeno verde (que no tiene emisiones de CO2 al producirse utilizando energías renovables y que servirá para descarbonizar sectores que tienen difícil electrificarse, como la gran industria y el transporte pesado).

Desde el sector gasista español se considera que el nuevo hidroducto con Francia y el proyecto de gasoducto con Italia son compatibles y pueden impulsarse de manera simultánea, con el objetivo de aumentar en un primer momento la capacidad de exportación de gas natural desde España al resto de Europa a la espera de que la revolución del hidrógeno verde sea una realidad. Una opción que el Gobierno descarta.