CÍRCULOS CONCÉNTRICOS

Triunfadores y perdedores del Ibex 35

Las empresas con el mejor y peor comportamiento del índice más seguido de la Bolsa tienen un común denominador: ambas nacieron en Sabadell

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Sede del Banco Sabadell.

Sede del Banco Sabadell.

En menos de dos años, Banco Sabadell ha pasado de ser un moribundo financiero, atrancado por la compra del TBS británico y a punto de ser engullido por BBVA a precio de saldo a recuperar el aliento. Tras revalorizarse su acción en Bolsa un 73% en 2021, la entidad presidida por Josep Oliu va camino de ser la que mejor comportamiento tendrá en el Ibex 35 en 2022, con un incremento que, hasta el lunes, era del 43,7%. Su capitalización se acerca a los 5.000 millones de euros; a final de 2020 valía menos de 2.000 millones.

Fue en diciembre de aquel año donde asumía todo el poder ejecutivo del banco César González-Bueno. Sus decisiones no se hicieron esperar: «O recortaba un 22% la plantilla o la marca Sabadell desaparecía» dijo en la Junta de Accionistas de 2022. Junto a esta medida se unió el cierre del 25% de las oficinas. En los nueve primeros meses del año, el grupo obtuvo 709 millones de beneficios frente a 370 en el mismo periodo de 2021.

Cuando el 31 de octubre de 2007 Fluidra salía a bolsa con un valor de 732 millones, Banco Sabadell -que llegó a tener un 20% del primer fabricante mundial de piscinas- valía 8.500 millones de euros. En 2021, Fluidra fue una de las grandes estrellas del mercado español. Llegó a valer 7.000 millones de euros. Este año, tras tener el peor comportamiento bursátil del Ibex, su capitalización cerrará algo por debajo de los 2.800 millones.

Tras varios años de crecimiento, orgánico y vía adquisiciones acelerado y beneficiado por la pandemia, la compañía frenó en 2022, con un aumento de costes y una caída del beneficio neto en los primeros nueve meses. Pasó de 221 a 179 millones, mientras la deuda neta ascendía de 933 a 1.325 millones. «Estamos muy confiados en nuestro trabajo para fortalecer la posición del grupo para su éxito a largo plazo», señaló Eloi Planes, presidente y representante de una de las cuatro familias fundadoras, en la reunión con analistas.

Son la cara y la cruz del aumento de los tipos de interés en el escenario macroeconómico. Benefician el negocio bancario y perjudican al negocio industrial o de servicios que ha crecido en los últimos años financiando su crecimiento con deuda. El aumento de este coste pasa factura a otra de las empresas que había sido más estimada por los inversores en los últimos años: Grifols, cuya sede en Sant Cugat del Vallès se encuentra a cuatro kilómetros de la de Fluidra y a dos de la del Sabadell.

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Con 9.000 millones de deuda a su espalda, el fabricante de hemoderivados decidió nombrar como presidente ejecutivo a su consejero Steven Mayer e iniciar un proceso de reorganización de sus negocios para seguir reduciendo deuda, que puede incluir la venta de algunos negocios, que dependen en un 90% del mercado internacional. «El desapalancamiento es la principal prioridad», citan en la empresa. Grifols vale hoy en Bolsa 4.300 millones frente a los 13.400 que valía al final de 2019. 

Distinta es la situación de Laboratorios Rovi, que de ser la mejor empresa en su evolución en el Ibex en 2021 (+99%) pasa a ser la segunda peor, con una caída hasta el lunes del 50,43%. Las razones son una menor expectativa de crecimiento de los ingresos en 2023 que se vieron aupados por la fabricación para Moderna de la vacuna anticovid, empresa con la que ha firmado un acuerdo para diez años. Rovi, de origen familiar y presidida por Juan López-Belmonte, nieto del fundador, está pendiente de la aprobación de nuevos fármacos y licencias. Su valor, que llegó a los 4.100 millones el año pasado, está en 2.000 millones.

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