IMPUESTOS

Todo lo que debe saber para ajustar cuentas con Hacienda antes de 2023

El último mes de año es también la última oportunidad para poner sus cuentas en orden. Conozca los 'trucos' de última hora y las novedades para las que hay que prepararse ya

Oficina de la Agencia Tributaria.

Oficina de la Agencia Tributaria.

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Es el momento de prepararse para ajustar cuentas con Hacienda. Estamos en una situación en la que, de forma general, la previsión es que lleguemos a una presión fiscal récord el año próximo, al alcanzar un 43,5% del PIB. Esto quiere decir que, directa o indirectamente, vamos a pagar más impuestos. Desde 'Activos' le ayudamos a sacar partido a su margen de actuación. Materialice, parcialmente, las pérdidas por sus inversiones en bolsa o en los fondos, aporte a su plan de pensiones privado... El Gobierno ha presupuestado que la recaudación de impuestos en 2023 crezca un 7,7% y supere los 262.000 millones de euros. La parte más importante la aportan los ingresos por IRPF, que crecen más del 7%, hasta 113.000 millones. Por orden de importancia le sigue el IVA, con 86.000 millones (un 5,8% más estimado); el Impuesto de Sociedades, con más de 28.000 millones (un 7,6% más) y los Impuestos Especiales, con 22.000 millones y un aumento superior al 8%. Finalmente, la partida de Otros Tributos aportará casi 13.000 millones, con un aumento cercano al 20%.

1. Qué estamos a tiempo de hacer antes de que acabe 2022

Hay todo un campo donde 2022, desde el punto de vista fiscal, puede ser muy bien aprovechado como es la base del ahorro del IRPF: cuántos impuestos se pagan por los rendimientos generados en Bolsa, en fondos de inversión o en vivienda, entre otros, pero también las ganancias o pérdidas cuando se vende cualquiera de estos activos.

Es previsible que 2022 cierre como uno de los peores años de rendimientos de la Bolsa, de la renta fija y de otros productos de inversión. En este momento, por ejemplo, un inversor en el Ibex 35 está perdiendo un 6,7% en el año, un inversor que tenga un fondo de renta fija a largo plazo está perdiendo un 7,9% o un inversor que tenga un fondo de renta variable mixta está dejándose un 12% (un fondo de Bolsa americana está perdiendo en torno a un 11%, y en emergentes más de un 17%), según los últimos datos disponibles de Inverco.

Dado que la caída de los mercados financieros se ha generado por la recesión que se va a producir (o que está produciendo), la caída de los beneficios empresariales esperados y el escenario de subida de los tipos de interés (la Bolsa siempre se anticipa a la economía), es probable también que 2023 sea un año mejor desde el punto de vista de la inversión financiera, con lo cual el contribuyente probablemente generará más ganancias por las que tendrá que tributar a un tipo mayor, según lo que se está planteando por el Gobierno.

Una buena estrategia es materializar una parte de estas pérdidas mediante la venta parcial de la cartera (sea de acciones, fondos, bonos…) y con ello generar una pérdida patrimonial que sirva para compensar las ganancias que se obtendrán en 2023 (con un límite de compensación del 25% de los rendimientos del ahorro positivo) y hasta los cuatro ejercicios siguientes. 

Esto es especialmente indicado para los contribuyentes que están en los «bordes» de los tramos, ya que un pequeño cambio de un año para otro les puede hacer ahorrarse una cantidad importante de dinero. Sin embargo, esta estrategia debe ser limitada y parcial (nunca vender toda la inversión) ya que vender inversiones cuando su precio está muy abajo multiplica las pérdidas y provoca perderse el rebote alcista que puedan tener.

Concretamente, para ser muy eficientes desde el punto de vista financiero-fiscal, el importe obtenido con la venta de los activos financieros que han generado una pérdida patrimonial importante debe destinarse a comprar otros activos distintos que también hayan caído de una manera importante y que tengan expectativas de subida en los siguientes meses. Estar fuera del mercado nunca es bueno. En el caso de los fondos de inversión, el importe de la venta obtenido con fondos que han hecho minusvalías no se debe destinar a comprar otros fondos porque fiscalmente entraría en el régimen de traspaso que exonera de tributación el cambio de un fondo a otro.

2. Las novedades a la hora de pagar impuestos este 2022

En plena recta final de tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2023, estamos más cerca de la entrada en vigor de un conjunto importante de medidas fiscales en los principales impuestos. Pero también como consumidores/ahorradores con alta probabilidad asumiremos en el precio final del producto o servicio que estemos comprando o en que estemos invirtiendo nuevas figuras fiscales como los tres impuestos recién creados sobre las energéticas, la banca y las grandes fortunas

Sin obligación de declarar

Centrando la atención en los impuestos que más atañen a la mayoría de los contribuyentes, las principales novedades suponen para algunos una subida relevante de la presión fiscal, y sólo para unos pocos tendrá un cierto alivio. Es el caso de los trabajadores con menor nivel de renta, donde si tiene más de una nómina no tendrá que presentar declaración hasta superar los 15.000 euros. Esta casuística es cada vez mayor conforme hay más asalariados con contratos a tiempo parcial cuya suma de emolumentos supera escasamente el salario mínimo interprofesional a 14 pagas.

Los que sí presentan la renta

Pero el otro aspecto que afecta al que sí hará declaración de la renta de 2023 (que se presenta en 2024) es la ampliación de la reducción por rentas del trabajo hasta 6.498€ (antes 5.565€) si los rendimientos netos del trabajo son iguales o inferiores a 14.047,5€ (antes 13.115€), y 6.498€ (antes 5.5656€) menos el resultado de multiplicar por 1,14 (antes 1,5) la diferencia entre el rendimiento del trabajo y 14.047,5€ si los rendimientos netos del trabajo están comprendidos entre 14.047,5€ y 19.747,5€. En este caso, se pretende reducir la carga fiscal de aquellos que deben presentar declaración (aun estando por debajo del mínimo cuando se tiene un pagador) y que a poco que tengan un incremento del salario, saltan de tramo (el límite del segundo al tercer tramo del IRPF está en 20.200€ de base liquidable). Un salto de este segundo tramo al tercero, aunque sólo sea por un euro, provoca que Hacienda se lleve 0,52 euros por cada euro de más que el contribuyente ingresa. Este segmento de la población es el que fiscalmente se verá más beneficiado el año que viene y percibirá el dinero en 2024 cuando haga la declaración de 2023. 

Más presión fiscal sobre el ahorro

Pero fuera de esta tipología de contribuyente (el 20% de las liquidaciones realizadas de acuerdo con la última estadística de declarantes de la Agencia Tributaria), el resto se enfrenta a un 2023 con más impuestos. Es el caso de los ahorradores que generan dividendos y beneficios altos cada año, o aquellos que hacen plusvalías muy altas cada año. Se regulan nuevos tipos de gravamen, añadiendo dos tramos a la base liquidable entre 200.000 y 300.000€ con tipo del 27% (antes 26%) y a partir de 300.000€, en el que se aplica el tipo del 28% (antes 26 %).

Menos IRPF y más cotizaciones para los autónomos

También es el caso de los autónomos: los que facturan menos de 19.747,5 euros también se beneficiarán de una ampliación de la reducción por actividades económicas, siempre y cuando esté tributando en modalidad directa simplificada (aquí no están los de módulos). Hay otro pequeño cambio en la deducción por gastos de difícil justificación (pasa del 5% al 7%), pero que tiene muy poco impacto porque el máximo desgravable sigue siendo de 2.000€.

Este cambio en IRPF no compensará lo que le subirá el coste de las cotizaciones sociales (que en la práctica también son impuestos, aunque su clasificación normativa sea diferente) mediante el sistema de cotización por ingresos reales. Las cuotas mensuales supondrán una subida relevante en aquellos autónomos que facturan por encima de 2.000 euros al mes y que, hasta ahora, cotizaban por la base mínima, resultando una cuota mensual en torno a los 300 euros.

Reducción de impuestos para las pequeñas empresas

Por último, en 2023 entrará en vigor una reducción del tipo impositivo del impuesto de Sociedades para las empresas con unas ventas inferiores a un millón de euros en 2022. Los beneficiarios pagarán dos puntos menos de impuesto de Sociedades, del 25% general al 23%. Sin embargo, el número real de empresas que podrá ver reducida su carga tributaria no es elevado porque la mayoría de las pequeñas empresas en España tienen pérdidas en sus cuentas de resultados (en torno al 35% de las pymes registró rentabilidad negativa según el Banco de España), con lo cual tampoco pagarían por Sociedades.

3. Consejos clásicos para ahorrar impuestos

El manejo básico (dentro de lo que se puede) de la base general

Existen varias indicaciones habituales para reducir la base sobre la que se calcula el impuesto total a pagar en junio de 2023 correspondiente a 2022 y que se comparará con lo ya pagado durante el año. Es todo lo referido a retrasar o adelantar el cobro de ingresos extraordinarios que no son procedentes de rentas recibidas regularmente (como es el caso de salarios, bonus…) según en qué tramo del IRPF está el contribuyente ahora y el año que viene. Si estos ingresos extra aumentarán el año que viene la base hasta saltar de tramo, conviene adelantarlos a 2022. Y al revés en el caso de que sean perjudiciales para la base actual.

De igual forma, ante incrementos esperados del salario que sean relevantes en 2023, conviene aumentar o disminuir retenciones para graduar la cantidad a devolver o a pagar en la declaración del año que viene.

La tradicional aportación a los planes de pensiones

Concretamente, en el caso de los planes de pensiones individuales, tiene todo el sentido hacer la aportación de los 1.500 euros ahora, a final de año, cuando el mercado ha caído de una manera importante, y es más probable que las rentabilidades para el próximo año se recuperen (como se dice en finanzas, por principio de reversión a la media).

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De esa forma, al mismo tiempo que se genera la desgravación fiscal, comprar con precios bajos garantiza una rentabilidad alta a poco que el fondo de pensiones se recupere (ahora mismo, un plan de pensiones de renta variable está perdiendo de media hasta octubre un 10% en el año)

Este mismo consejo se aplica en el caso de que el trabajador tenga la suerte de que su empresa tenga un plan de pensiones de empleo. En este caso, el límite de aportación se incrementa en 8.500 euros, siempre que tal incremento provenga de contribuciones empresariales o de aportaciones del trabajador al sistema de previsión por importe igual o inferior a la aportación del empresario. Éste es el mecanismo que el Gobierno introdujo para estimular los planes de empleo frente a los individuales.