EMPLEO

EPA y paro registrado: ¿Cuál es la diferencia?

Los dos indicadores de la evolución del mercado de trabajo utilizan distintos métodos para medir el comportamiento del empleo

¿Qué es más fiable, la Encuesta de Población Activa que elabora el Instituto Nacional de Estadística, o el dato de paro registrado que da a conocer mes tras mes el Ministerio de Trabajo? En esta guía describimos las diferencias de las dos herramientas fundamentales para analizar lo que pasa con el desempleo

Personas en paro hacen cola frente a una oficina del SEPE en Barcelona para ser atendidos.

Personas en paro hacen cola frente a una oficina del SEPE en Barcelona para ser atendidos.

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La evolución del empleo y del paro no es fácil de medir: la relación con el trabajo define directamente las vidas de más de 20 millones de personas (más, si tenemos en cuenta a colectivos como los jubilados o las personas que no pueden trabajar por algún tipo de enfermedad o lesión) y esa relación fluctúa para centenares de miles de personas al compás de la estación del año, con picos de actividad laboral en momentos como el verano o la campaña de Navidad, y retrocesos fuertes cuando -por ejemplo- se acaban las vacaciones y, con ellas, los contratos de temporada.

Por eso, no puede extrañar que existan dos grandes maneras de medir el comportamiento del mercado de trabajo, y que sus cifras no sean siempre coincidentes: son mecanismos que miden de forma diferente distintos momentos del año, y que además elaboran instituciones diversas. Hablamos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y del paro registrado (que siempre van acompañados de las cifras de afiliación a la Seguridad Social). Estas son sus diferencias:

Periodicidad

Los datos de paro se conocen una vez al mes, y analizan el comportamiento del empleo del mes anterior. Por convención, se publican siempre en el segundo día laborable del mes siguiente al analizado: así, los datos de agosto se dan a conocer en los primeros días de septiembre (el día exacto depende de los festivos y del día de la semana: el sábado y el domingo no se consideran laborables).

Los datos de la EPA, en cambio, se hacen públicos una vez cada tres meses, y analizan el trimestre anterior. El día de su publicación, por convención, es el último jueves del trimestre posterior al analizado. Así, los datos del primer trimestre de un año (el periodo enero-marzo) se conocen a finales de abril (el día exacto depende de cuándo caiga el último jueves).

Método

El paro registrado, como su propio nombre indica, es un registro de las personas que se apuntan al desempleo. Así, no recoge a las personas desempleadas que deciden no inscribirse, por la razón que sea: por ejemplo, las personas que no tienen derecho a prestación no tienen muchos incentivos para apuntarse, y pueden decidir no hacerlo; es el caso de un joven que acaba de terminar sus estudios y busca su primer trabajo.

La EPA, en cambio, es una encuesta, que recoge las respuestas de los consultados: así, una persona sin trabajo que no se haya apuntado en el registro del paro (es decir, que no figuraría como parado registrado) sí podría contar como parado en la EPA, si contestase de forma fidedigna a las preguntas del entrevistador o del cuestionario. Así que la EPA escapa de las constricciones administrativas que afectan al paro registrado, pero dependen a su vez de las percepciones subjetivas de los entrevistados para confeccionar sus cifras de empleo y desempleo.

Cuándo se mide

El paro registrado es el recuento de los desempleados apuntados en las listas de los Servicios Públicos de Empleo el último día de mes; es como una instantánea de la situación del mercado de trabajo. La EPA recoge información de unos 65.000 hogares a lo largo de todo el trimestre que analiza; es como una fotografía de larga exposición.

Qué datos proporciona

El paro registrado da datos especialmente útiles de desempleo, de contratación y de prestaciones: permite conocer el número de parados (y además las cifras vienen desglosadas por sexo, por territorio, por edad...), los contratos que se hacen cada mes (y sus tipos: indefinidos, temporales, formativos...) y cuántas personas están cobrando ayudas (y de qué tipo: prestación, subsidio...)

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La EPA, además de contabilizar el número de parados, permite conocer el número de ocupados (las personas que están trabajando), el número de activos (la suma de ocupados y parados) y el total de inactivos (las personas que no trabajan y además no quieren o no pueden hacerlo: jubilados, personas con enfermedades o lesiones que les impiden trabajar, gente que ha perdido la esperanza de encontrar un empleo y por eso no lo buscan -los "desanimados"-...). Por ello, la EPA es la que facilita el dato más popular para medir la temperatura del mercado laboral: la tasa de paro, el porcentaje de parados sobre el total de activos; una cifra que no tiene equivalente entre las que proporciona el paro registrado.

Quién la hace

El paro registrado se sirve de los datos del Servicio Público de Empleo Estatal; a cargo de la EPA está el Instituto Nacional de Estadística.