CRÍTICA

'Golpe de gracia', de Dennis Lehane: un Lehane muy Lehane

El autor bostoniano regresa con una novela donde vuelve a contar el mundo desde unas calles carentes de suerte y de esperanza, a través de personajes desfavorecidos que no logran salir adelante

El escritor estadounidense Dennis Lehane

El escritor estadounidense Dennis Lehane / Xavier Cervera

Marta Marne

El bullicioso verano de 1974 le sirve a Dennis Lehane (Boston, 1965) de telón de fondo para ambientar su última novela, Golpe de gracia. El juez Wendell Arthur Garrity Jr. decidió que había que poner fin a la segregación racial en las escuelas públicas de Boston. Para solucionarlo, dictaminó que un porcentaje de estudiantes negros de secundaria serían trasladados en autobús a centros con un predominio de estudiantes blancos, y viceversa. La idea no convenció demasiado a los padres, que se lanzaron a las calles y amenazaron con no enviar a sus hijos a clase. 

Este es el tipo de población -el tipo de barrio- favorito de Lehane para contarnos el mundo. Y en esta ocasión lo hace a través de Mary Pat Fennessy, una madre de cuarenta y tantos a la que lleva al extremo para ver hasta dónde es posible tensar la cuerda. Jules es todo lo que le queda a Mary Pat en la vida. Tras perder a su hijo Noel por sobredosis, a su primer marido de forma temprana y de divorciarse, solo tiene a una adolescente de 17 años cada vez más difícil de controlar.

Una noche no regresa a casa tras salir por el barrio con su novio Ron. Pese a la preocupación de Mary Pat, todos intentan quitarle hierro al asunto. Estamos en los 60; los chavales a veces desaparecen varios días pero siempre acaban volviendo. Llama a unos y a otros y empieza a hacer preguntas. Y que los amigos de Jules coincidan al milímetro en sus respuestas hace que empiece a tomarse su desaparición muy en serio.

Virtudes

Una de las mayores virtudes del libro es la medición de los tiempos por parte del autor: sabe qué contar y en qué momento hacerlo. Hasta el punto de que no importa demasiado que el lector tenga claro lo que ha pasado, lo que va a pasar y cómo va a terminar todo. La organización de los capítulos es impecable y sabe dónde introducir los giros y cambiar el foco. No lleva siendo uno de los grandes del género durante 30 años por casualidad.

La organización de los capítulos es impecable y Lehane sabe dónde introducir los giros y cambiar el foco

La construcción de los personajes es destacable. Pero resulta llamativo que un autor de la talla de Lehane no deje pistas previas de algunos rasgos fundamentales. Justo cuando es necesario justificar que Mary Pat es capaz de intimidar y zurrar a cualquier tipo del barrio es cuando se nos revela que en la infancia ya era ese tipo de chica. Y no parece importar que su vida sea un desastre: elabora sola un plan con el que caigan las torres más altas de todo el vecindario. Siempre es una buena noticia que haya protagonistas femeninas fuertes y con personalidad en la ficción. Pero no hay que olvidar que un retrato masculino con nombre de mujer no lo convierte en femenino.

Cuando uno se enfrenta a una novela de Lehane sueña con volver a encontrarse con su estilo y su forma de mirar la realidad. Esas calles donde no viven ni la suerte ni la esperanza, esos personajes desfavorecidos que no logran salir adelante. Esta obra es justo eso: un lugar de confort que nos hace volver a leer el mismo libro de Lehane. Porque hay autores que, pese a que escriben una y otra vez la misma historia, consiguen que esta funcione para sus lectores. Que la calidad narrativa sea muy superior a la media tal vez tenga algo que ver.

'Golpe de gracia'

Dennis Lehane

Traducción de Aurora Echevarría Pérez

Salamandra

352 páginas

22 euros