CRÍTICA
'El affaire Arnolfini', de Jean-Philippe Postel: nueva teoría para un cuadro eterno
El autor, que fue médico generalista, analiza el misterioso cuadro de Van Eyck con "métodos de observación clínica"
Fernando Sánchez Mayo
La editorial Acantilado se presta a hacer libros que son joyas literarias no sólo por el contenido sino también por la exquisitez física que envuelve a los textos. En esta ocasión, pone en nuestras manos El affaire Arnolfini, uno de esos ensayos que cualquier ser humano curioso de cultura no dudaría en adquirir.
No solo estamos ante un tratado de investigación que todo aficionado al arte iconográfico debería leer para su deleite, sino que estamos también ante una historia contada con intriga y denodado interés, que hace que el lector se sienta seducido y enganchado, y quiera conocer la teoría de Jean-Philippe Postel hasta el final. No todo es lo que parece. El lenguaje oculto de los signos es la clave para deducir y descifrar qué hay detrás de la sublime pintura.
El retrato del matrimonio Arnolfini fue pintado en 1434 por Jan van Eyck, y desde entonces está rodeado de misterio por las diferentes personalidades a las que perteneció y por las múltiples interpretaciones que se han hecho de él. Estamos ante un cuadro archiconocido en la historia del arte; deslumbrante, que seduce a todos cuantos lo miran por su magnificencia, finura y perfección. La tabla, perfectamente conservada, se encuentra en la National Gallery de Londres.
Propietarios
Se desconoce el nombre del primer propietario, así como la huella de las transacciones que la hicieron pasar a formar parte de las colecciones de un tal don Diego de Guevara, quien fue a su vez paje en la corte de Felipe el Bueno, escudero de Carlos el Temerario, maestresala de Juana la Loca, chambelán, y más tarde mayordomo de Carlos V.
Don Diego se lo regaló a Margarita de Austria, hija de María de Borgoña y del emperador de Austria, Maximiliano I. Cuando éste murió lo heredó su sobrina María de Hungría, hermana de Carlos V. Así que en el año 1556 el cuadro iba camino de España en los baúles de María de Hungría, escapando así del furor iconoclasta de los calvinistas que diez años después destruyeron no se sabe cuántos cuadros en Flandes y en los Países Bajos.
El lenguaje oculto de los signos es la clave para deducir y descifrar qué hay detrás de la sublime pintura
A la muerte de María de Hungría, pasó a manos de Felipe II y permaneció en las colecciones reales españolas hasta las guerras napoleónicas. Misteriosas son también las circunstancias en las que el cuadro desapareció del Palacio Nuevo de Madrid bajo el reinado de José Bonaparte, el apodado Pepe Botella. Y misterio de nuevo sobre su reaparición en Inglaterra años más tarde.
¿Quiénes son los protagonistas del cuadro? ¿Qué se representa en esa escena? ¿Es la cara del marido la de Jan van Eyck? ¿Quién es ella? ¿Qué está ocurriendo en ese mismo momento en el que vemos a los esposos en esa actitud hierática y fría? ¿Qué nos dicen las miradas de ambos? ¿Se están desposando o es otra acción la que está ocurriendo ahí en ese mismo instante?
Jean-Philippe Postel se apoya en documentos archivados y en datos culturales asociados a todo el conjunto que conforma la pintura para sacar a flote su hipótesis
El autor de este ensayo (¿novela? o ¿solo género de investigación?) dice: "Este trabajo es el resultado de aplicar a una obra pictórica los métodos de observación clínica". Con una enorme profusión de detalles y de manera minuciosa, explica y justifica el porqué de cada uno de los elementos que conforman el cuadro.
Parcelas ocultas
Gracias a los documentos contables de la corte de Borgoña se sabe más de Jan van Eyck que de ningún otro pintor de su tiempo, sin embargo, hay parcelas de su biografía que siguen ocultas. Así, en función de lo que se sabe y de lo que no se sabe, Postel va a construir un relato de tal manera que todo va a coincidir y encajar. Y ahí está la perfección de esta obra de análisis.
No es misión mía desvelar los entresijos ni la trama ni los secretos que justifican el estudio erudito que aquí se va planteando del enigmático y bello retrato, pero, para dar pistas, hay que decir que Jean-Philippe Postel se apoya en esos documentos archivados, y en datos culturales asociados a todo el conjunto que conforma la misma pintura para sacar a flote su hipótesis: la inescrutable pose de los esposos, los majestuosos ropajes, la lámpara y una sola vela ardiendo, el espejo y lo que proyecta, la pared del fondo donde se reproduce una frase sibilina que hace las veces de firma caligrafiada en mal latín: "Johannes de Eyck fuit hic", los medallones, la ventana y lo que hay tras ella, la orientación de las chinelas, etcétera.
Al principio del libro hay una cita de Jean-Martin Charcot que dice: "Observad, seguid observando, observad siempre, sólo así se llega a ver". Pues bien, sólo así, con la observación infinita, aprenderemos a ver las cosas que este retrato universal nos dice.
'El affaire Arnolfini. Investigación sobre un cuadro de Van Eyck'
Jean-Philippe Postel
Traducción de Manuel Arranz
Acantilado
168 páginas
12 euros
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