CRÍTICA

'Ciudad feliz’, de Charles Montgomery: la ciencia de la felicidad urbanística

El escritor canadiense nos deslumbra con un esperanzador ensayo sobre cómo el diseño urbano puede abrirse paso entre tantos errores

Charles Motgomery.

Charles Motgomery. / Capitan Swing

Marc Masmiquel Mendiara

Heródoto, tras pasear por su natal Halicarnaso nos dijo con sinceridad: "Contaré la historia de las ciudades que iré visitando, tanto las grandes como las pequeñas". La mayor parte de las que un tiempo eran grandes, se han ahora convertido en pequeñas; y aquellas que durante mi vida he visto crecer y convertirse en poderosas, antes tenían dimensiones muy reducidas.

25 siglos después seguimos buscando la ciudad que nos permita ser felices. Puede que la ciudad en sí misma no nos haga felices, pero sí ayuda, y además es responsable de que podamos desarrollar nuestra civilidad, por eso la civitas es el cogollo de este asunto.

La ciudad feliz es un libro para toda persona que aspira a una vida más allá del agujero negro consumista, eso incluye a alcaldes inteligentes, y a toda la tropa de individualistas que poblamos las urbes y sobrevivimos entre alquileres palpitantes y dislocados.

Suena extraño hacer una reseña sobre felicidad en el ámbito urbanista cuando en lo familiar he sufrido cuatro meses de estrés buscando una nueva vivienda. No, la ciudad no siempre es amable, ni en sus procesos, ni en sus condiciones. Pero sobrevive, no el más fuerte, siempre el más tenaz. Y conspirando por un mundo mejor, la tenacidad analítica y sensible de Charles Montgomery nos invita a conocer ejemplos inspiradores de ciudades. Son ejemplos a imitar, y sería un sueño que en Palma y megalópolis diversas se innovase en esa línea.

La ciencia de la felicidad

Charles es un escritor y urbanista canadiense que nos deslumbra con un esperanzador ensayo acerca de cómo el diseño urbano puede abrirse paso entre tantos errores. Henri David Thoreau visualizaba la vida ciudadana como millones de seres viviendo juntos en soledad; sin dudar de ello, sí que cabe explorar cómo el cruce del diseño urbano y la ciencia de la felicidad nos metamorfosea el dinamismo estresante de las ciudades en una plataforma viva y comunitaria de desarrollo personal y social, más ahora, donde muchos desafíos climáticos nos ponen en la palestra de hacer sombra a los mitos desarrollistas del cemento.

Montgomery, con palabra ágil y ejemplos envidiables, nos marca la pauta de cómo transformar los estereotipados modelos urbanos en otra cosa

Montgomery no es un soñador, es un tipo pragmático pero sensible, cofundador de Happy Cities un ‘equipo A’ de interdisciplinariedad para incentivar comunidades más felices, saludables e inclusivas. Destaquemos que su primer libro (The Last Heathen) ha sido premiado con el Charles Taylor de no ficción literaria en 2005, entre otros galardones.

Italo Calvino ya nos lo recordó: "Las ciudades son un conjunto de muchas cosas; memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos".

Montgomery, con palabra ágil y ejemplos envidiables, nos marca la pauta de cómo transformar los estereotipados modelos urbanos en otra cosa, en escenarios de vida, salud y desarrollo. La urbanidad (urbs) puede moldearse con una civilidad (civitas) que proteja el hogar común (oikos).

'Ciudad feliz'

Charles Montgomery

Traducción de Blanca Gago

Capitán Swing

416 páginas

25 euros

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